Desde el momento en que tuvo abandonar las bases de operaciones de Suna para continuar con la guerra, Kawaki se encerró en sus horribles pesadillas. ¿Qué haría con su vida? ¿Cómo cuidaría a esas niñas? ¿Qué les podría ofrecer? No sería un excelente padre y esa idea le aterraba como no tenía idea. Sabía que Irina y Fumiko necesitaban un padre presente y eso era lo que pretendía, el problema era saber si él estaba capacitado para cuidarlas solo. Esas ideas rondaban en su mente y no lo dejaron concentrarse en la batalla, haciendo que las órdenes se salieran de control y fuera Sasuke quien retomara el mando.
Eso no fue suficiente para que la guerra llegara a buenos términos, pues el enemigo se hizo más fuerte y todo se derrumbó en cuestión de días. Kawaki sintió que su vida ya no era la misma sin ella. Estaba sumido en un shock emocional del cual le sería difícil superarlo solo. Todavía tenía en su mente su cuerpo frío entre sus brazos, su piel pálida, sus ojos opacos. La imagen de su cadáver permaneció en su mente un buen tiempo más. Hasta que por fin la guerra finalizó, dando como ganadores a Kumo y el resto de los países. En el funeral no logró pronunciar una sola palabra. ¿Con qué expresión miraría a su familia? No tenía idea. Prefería huir. Los nombres de Himawari e Inojin estaban grabados en las tumbas. Allí yacían sus cuerpos muertos.
En el cementerio se encontraban todos reunidos. Entre ellos la familia Uzumaki, las bebés, incluso Boruto y Sarada junto con su hija adoptiva, Riri. Muchas cosas habían sucedido y su hermana jamás lo sabría. No sabría que había adoptado a Riri y que su salud se recuperó. Sarada regresó con la cura y le prometió hacerlo feliz. Y hasta ahora sus planes iban a la perfección. Su hermana se perdería el momento en que él era feliz. No era justo. Al mirar su nombre en la lápida, y ver que su madre colocaba unos girasoles, una fotografía de cuando fue ascendida a Teniente y unos inciensos, sus ojos se llenaron de lágrimas. Boruto tenía la mirada perdida, con el semblante caído y apunto de soltar una grosería por la frustración. Sarada lo sujetó de la mano para intentar consolarlo y él se aferró a ella.
Kawaki miraba la escena con una mirada culpable. El pudo salvar su vida y no lo hizo. ¿Qué demonios fue lo que hizo todo ese tiempo? ¿Qué tipo de relación tuvieron? ¿Acaso fue una relación normal? No tenía idea. Al notar que Boruto comenzaba a discutir con su padre por la inexplicable muerte de su hermana, se enteraron de una horrible noticia:
—Lo siento tanto hijo. Me esforcé para salvar tu vida y mi obsesión por conseguirlo, hizo que las negociaciones fallaran y terminaran llevándose a Himawari.
Eso fue un golpe bajo para muchos. En especial para Boruto y Kawaki, quienes lo sintieron como un golpe directo al corazón. El rubio palideció. Su rostro lo decía todo: apenas podía creer que fue, técnicamente, por su causa. Toda esa guerra fue por su causa. ¿Para salvar su vida decía? ¿Cómo era posible llegar a la guerra por ese motivo? ¿Por una sola vida? ¡Era injusto! No lo valía. De verdad que no. Las lágrimas brotaron con violencia y la frustración se acumuló en su garganta. Se sentía terrible, con impotencia, con ganas de gritar:
—¡Eso es injusto!—le gritó enfadado, soltándose de su abrazo—. ¡No tenías que llevar todo tan lejos! ¡Sarada...o cualquiera! ¿Por qué hicieron esto?! ¡Sacrificando tantas vidas! ¡Y mi hermana...mi hermana!—musitó dolorido, sujetó su sien enojado—. No es justo...
Kawaki coincidía en su forma de expresarse, con la diferencia que, al escuchar sus palabras, su corazón se cerró aún más. Miró a las gemelas. Apenas podía entender qué haría con ellas una vez que todo acabara. Cuando regresara a su hogar tendría que empezar de cero. No podía creer que la guerra tuvo ese propósito desde un principio y aunque lo sospechaba, seguía chocándole la idea.
—¡Boruto...—intentó calmar Naruto, él lo empujó con violencia—. Por favor, entiende que...
—¡No necesito tus explicaciones!—se volteó—. No quiero que me hables. Quiero estar solo. Ahora...
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Siempre A Tu Lado (KawaHima)
FanficHimawari se enamora de su vecino Kawaki. Está por ser ascendida a Teniente y tiene muchos pretendientes, sin embargo, prefiere seguir a ese chico que la vuelve loca, es descuidado y es difícil de domar. Lo que no sabe es que cuando dejen de verse...