'Especial de Halloween/Día de muertos/ Como gusten llamarle'[?] Parte 4.

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                Bajaron al cuarto piso con prisa. Liderando la tropa se encontraba Noruega quien estaba más que centrado en encontrar a su hermano que en cualquier cosa a su al rededor. Llegando al pasillo se acercó corriendo a otra serie de puertas maldiciendo en voz baja al inglés por tener un edificio tan atestado de habitaciones.... Tampoco es como si se hubiese molestado en disimularlo más.

                Sin pensarlo dos veces metió la llave en una de las cerraduras. Al ver que no respondía, prefirió usar uno de sus conjuros y de un solo manotazo la tiró. Todos lo miraron perplejos.

                Ignorando las miradas entró corriendo y tiró uno de los muros para dejar un acceso improvisado hacia la siguiente sala. Sentados y atados en unas sillas de madera gastada, se encontraban Islandia, por supuesto, Letonia, Bélgica, Romano, Polonia, China y Belarús. Ésta última no dejaba de repetir que Russia la salvara. Provocó un escalofrío a Iván.

                Noruega se lanzó sobre Islandia tirándolos a ambos más silla incluida. El menor se quejó y le pidió que se quitara. El noruego calmado al fin le desató y volvió a abrazarle ésta vez dejándolo casi sin aire.

                Holanda por su parte ayudó a su hermana únicamente. Y así todos. España era el que más se había alegrado de encontrar a Romano.... Claro que el susodicho lo recibió con sus insultos de amor. Polonia proclamó que nadie lo ayudara si no era Lituania, quien a su vez avergonzado se hincó para desatarle las manos y finalmente terminar tirado en el suelo con Polonia arriba de él. Russia tembloroso intentándo ignorar a su especial hermana se acercó a China. Detrás de él una mirada asesina le estaba perforando el alma. Se apartó del castaño para desatarla a ella.         

        -Onii-san, estaba muy asustada sin ti-dijo Natalia con dulzura asesina.

        -A-Aquí estoy Bela.....

        -¡Alguien desáteme aru!-quien le terminó ayudando fue su amigo francés.

                El segundo báltico, Estonia, ayudó a Letonia.

                Cuando todos estaban ya a salvo, la mochila donde el objeto que les ayudaría se encontraba, entró volando por la ventana rompiéndola.

           -¡Esa ventana tiene más de cien años de edad!-se quejó Inglaterra alzándo y moviendo su puño en señal de protesta mientras le gritaba a la figura que la había arrojado.

            -Es.... Amarilla.......-terminó por decir Japón.

            -¡Dentro viene una galleta!-gritó sacándo el pequeño cuadrado de la maleta Letonia.

            -¿Y de quién es?

            -.... R-R-Russia-san....-tembló el niño.

            -¿A mí?-el ruso sintió curiosidad. ¿Por qué les habrían dado una galleta?

                    Todos volvieron a mirarse unos a otros. Contaron a los presentes. Sólo faltaban dos de los países que habían asistido. ¿Quienes serían?

             -¡Ucrania!-Russia salió disparado del aula.

                        Corrió escaleras abajo gritándo su nombre. Claro, Belarús iba trás de él mirándole yanderemente (?). No se tenía que leer la mente para saber qué era lo que pensaba la rubia.

                        Un graznido detuvo su carrera llamándo su atención. Se volvieron hacia una puerta blanca que era vigilada por un ave. De instinto ésta se lanzó sobre de Iván; a cinco milímetros de perforar con su pico el ojo violeta del ruso una de las cuchillas de Belarús le habían atravesado un ala haciéndolo caer. El pobre animal pedía ayuda como sólo él sabía. Por lástima, Iván le dió la galleta para callarle.

Día de las Naciones Unidas c:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora