Twenty One

9.1K 1.1K 402
                                    

Salió de su habitación, teniendo en mente bajar y esperar a que Jimin y Yoongi vengan lo más pronto posible (aunque lo duda porque no sabe si los antes mencionados estaban en la casa del pálido o del rubio, Jimin no le había especificado), pero la voz de Jungkook lo detiene.

—Taehyung, cierra la puerta—su voz se escuchaba ahogada, su frente parecía cascada por lo sudorosa que estaba y sus manos se aferraban a su camisa porque, en celo o no, no quería arruinarle las sábanas a el omega de aroma a manzanilla.

—¿Por qué? ¿T-Te estás sintiendo peor?—el omega humedece sus labios.

—Mi lobo está empezando a despertar—con la fuerza que apenas tenía, se logra sentar en la cómoda cama con pequeños gruñidos saliendo de su boca. El omega observa como sus manos rompen su propia camisa y como unos, apenas visibles, colmillos se asoman en su boca.—¡Cierra la puerta y vete, Taehyung!

El peligris cierra la puerta con fuerza y se echa a corree con el corazón en la mano. Baja las escaleras y se adentra a la habitación de invitados, asegurándose que esta esté cerrada con seguro.

Su espalda descansa en la puerta, humedece sus labios y su vista se centra en la habitación, que más de invitados, es en la que Jungkook se hospeda. Su habitación era totalmente diferente a las suya; mientras que la de Taehyung tenía posters de sus cantantes y doradas favoritos y era colorida, la de Jungkook era un tanto...formal, por no decir aburrida. La habitación esta bien arreglada, demasiado a su pesar, las paredes con colores oscuros, el gris y negro reinando mayormente. Las sábanas de la cama eran de colores vinos y blancos, sin ningún oso de peluche o cualquier cosa que pudiera decorarla que no fueran las sábanas.

Sus pies se encaminan hacia la ventana que habitaba aquel cuarto para asomarse, está daba al patio trasero, el cual estaba oscuro por la reciente noche. Las hojas de los árboles estaba quietas, como si estuvieran durmiendo.

Quiero dormir también piensa el cansado omega. Se supone que debería estar durmiendo como todo un oso en infierno en su calientita cama, pero no, a su niñero se le ocurrió entrar en celo en ese mismo momento.

"Tampoco es algo que pueda controlar, torpe" dice su omega.

Unas pisadas se escuchan fuera de la habitación alertando al peligris. Aunque suenan firmes, se sienten pesadas, como si a quien sea que estuviera caminando se le dificultara dar cualquier paso. Segundos después, el fuerte aroma a limón fue la clave para saber qué era Jungkook.

"Bueno, es el único en la casa, ¿que esperabas?" su omega vuelve a hablar.

"Shh" le silencia el peligris.

Las pisadas se alejan, por lo que el peligris puede respirar con tranquilidad, la cual no dura mucho cuando luego de unos minutos la cerradura suena y se sacude con violencia. El omega traga en seco.

"Por el amor de Dios, ¿donde estas Jimin?"

Sus ojos divagan por el resto de la habitación tratando de dar con algún lugar para ocultarse, pero el incesante sonido de la cerradura, la cual empieza a ceder, no lo deja pensar bien. Sus ojos en segundos se sitúan en el armario de madera que yacía en la esquina del fondo de la habitación. Sus pies actúan por si solos y con desesperación se encierra en el, teniendo cuidado en hacer ruido.

Apenas y siente los latidos de su corazón con lo rápido que este iba, le dolía, pero casi ni lo notaba por la adrenalina contenida en su cuerpo. En medio de las dos puertas se podría ver sólo una parte de la cama, pero de todos modos acerca un poco su ojo derecho para ver.

¡Seas Idiota, Jeon! |KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora