Twenty Nine

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⚠️ Advertencia: Capítulo largo⚠️

El camino hacia la casa del omega fue, sin duda alguna, el momento más incómodo que había pasado desde que fue dejado a cargo por el mayor. Podía notar como los nudillos del alfa se apretaban en el volante como si quisiera quebrar este de una vez por todas. Su mirada estaba fija en el oscuro pavimento que tenían frente a ellos, pero es como si estuviera pensando en otra cosa; estaba ahí, pero a la vez no. Y eso jodía al menor.

Había notado la incomodidad de Jungkook una vez subió al auto, lo que ponía algo incómodo al omega, pero supo ocultar aquella sensación. Jungkook no le había dicho nada una vez llegaron a la residencia del peligris.

Taehyung pensaba que tal vez esta así por el golpe de la nariz que le propinó hace dos días era lo que le tenía con aquella fría actitud hacia su persona. Claro, era lo que pensaba más no era lo que realmente pasaba.

Así, pasaron las horas y luego los días, cuatro para ser exactos, cuando llegó aquella tarde de sábado. Taehyung estaba en su habitación recostado en su cama, su vista chocaba con el techo blanco. Jimin estaba al lado suyo, texteando con sabrá quien con una enorme sonrisa y mejillas ruborizadas.

—¿Con quien es que tanto texteas?—gira su cuerpo a la dirección del rubio, quien sonríe en grande.

—Con Yoongi— dice antes de bloquear su teléfono y enfocarse en su mejor amigo— Estaba hablando de que dará una fiesta— se acerca al peligris para rodear su cuello con una sonrisa—, y nosotros iremos, mi querido melocotón.

— ¿Que?— el peligris se le mira incrédulo— ¿Has perdido la cabeza? Sabes que Jungkook no me permitirá ir. Además, puedo apostar que él estará allí, después de todo, tu novio es su amigo.

El rubio suelta una carcajada, pero por lo que más temió Taehyung fue por la sonrisa maliciosa que se asomaba por sus labios luego de aquella risa.

—Ay, TaeTae— Jimin se acercó a su oído— Nadie dijo que se tiene que enterar. Además, si el va, te lleve o no, no esta siendo buen niñero.

—No lo sé, Jimin—el menor muerde su labio inferior.

—Oh, vamos—Jimin se ponen frente a él—Taehyung, has estado un tanto decaído desde aquella noche que te llamé. Necesitas despejarte, dejar de pensar en un chico que lo único que ha hecho es herirte, sin querer tal vez, pero no deja de ser algo que te lastime.—el rubio le abraza con fuerza—Vamos, Tae.

El peligris se muerde el labio una vez más. Tal vez su amigo tenga razón. Sí, había golpeado a Jungkook cuando le dijo aquello, pero no sé compara para nada. Un derechazo en la nariz ha de arder como los mil infiernos, pero no se compara con las palabras hirientes que Jungkook le ha dicho en ocasiones. Un dolor de nariz se puede curar en unos días , o hasta en una semana, pero las palabras se quedan ahí. Las recuerdas y duelen, tal vez cada vez menos o más.

—Estoy dentro—acepta el menor—, pero no me dejes solo en ningún momento.

Jimin suelta un pequeño grito eufórico, levantándose de la cama.—¡Si! Te paso a buscar a las nueve.

—Pero, ¿Qué haremos con Jungkook?

—A veces olvido que eres un principiante en esto— Él rubio hace una mueca.—Solo pondremos un par de almohadas debajo de las sábanas y listo. Pensará que aún estás enojado con él.

—Bien, creo que si necesito ese respiro y tragarme esas estúpidas ilusiones.

Jimin vuelve a sentarse, abrazando a su mejor amigo y casi hermano con fuerza.

¡Seas Idiota, Jeon! |KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora