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El cuerpo de Emilie pesaba demasiado para Edward quien se removió bajo ella unos minutos después del golpe que lo llevó al suelo, hasta que logró salir. Ella no se movía.

-¿Emilie?
-¡No! -Gritó Alex corriendo hacia ella. Se arrodilló a su lado y fue a tocarla pero se arrepintió de ello. -¡Maldita sea no quería esto!

Edward se dio cuenta que la camiseta de Emilie comenzaba a mancharse de un color oscuro. Supo en ese momento que ella lo había protegido de esa bala, dando su vida por él.

-¡Imbécil! -Exclamó empujando a Alex lejos de Emilie. -¡Le has disparado! ¡Se va a morir!
-¡No! ¡No tenía que ser así! ¡Solo quería asustarla! -Se defendió Alex.
-¡Emilie! ¡Emilie por favor! -Llamó Edward moviéndola con cuidado.

Ella jadeó incapaz de contener el dolor que tenía y gritó. Apretó los ojos con fuerza para aguantar antes de decir nada.
-Edward... -Su voz, casi en un susurro, salió de los labios calmando al niño.
-¡Emilie!
-¿Estás... bien?
-Si. -Contestó afirmando también con la cabeza para enfatizar su respuesta. -Pero tú no, estás perdiendo mucha sangre.
-Alex... sácalo de aquí... por favor... -Le rogó ella.
-No... no... yo... tengo que irme... no puede estar pasando esto; es una pesadilla...

Alex se movía de un lado a otro aún con la pistola en la mano. Emilie solo podía verle los zapatos incapaz de levantar la cabeza o mover su cuerpo. El lugar por donde entró la bala le ardía y quemaba por dentro pero no era lo único; sentía salir la sangre de su cuerpo y empapar parte de la espalda y el vientre... si no acudía alguien pronto se desangraría en cuestión de minutos.

-Alex... ríndete...
-¡No! No tienes pruebas...
-¡Tienen tu confesión!  -Gritó Edward. -¡Emilie les ha dejado escucharla a través del móvil!

Alex detuvo su deambular y lo miró como si no se lo creyera. Fue entonces cuando observó el cuerpo de Emilie y notó el móvil en el bolsillo.

-Tú...

Emilie tenía que respirar poco para que no le doliera tanto. Apretó la mano de Edward para tenerlo cerca. Tenía que sacarlo de allí.

-Estarán cerca. Se ha acabado.
-¡No! ¡No si no me atrapan! -Gritó.

Miró a su alrededor antes de posar de nuevo la mirada en Emilie.

-Te amaba...
-Y yo a ti...

Salió corriendo del edificio.

Una clase de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora