Una clase de amor

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#Un año después#

-¡No serás capaz! -Retó Edward.
-¿Crees que no? Ahora vas a ver...

La puerta se abrió y James entró en el jardín de su casa. Cada vez que lo hacía se sentía feliz por volver a su hogar, con Emilie y Edward.

-¡Hola papá! -Gritó Edward saludándolo desde el borde de la piscina.
-¡James! -Exclamó Emilie.

Él dirigió la mirada hacia donde provenía la voz y perdió el color en su rostro. Emilie estaba sentada en el tobogán de Edward a punto de tirarse.

-¡Emilie baja de ahí, estás embarazada!
-¡Voy! -Chilló ella dejándose caer por el tobogán y zambulléndose en el agua.

Otro chapuzón se oyó y unas manos agarraron a Emilie para sacarla a la superficie. Ella estaba atónita por ver cómo James estaba en el agua a su lado completamente vestido. Tenía el ceño fruncido y parecía muy enfadado.

-¿Qué es lo que pretendías?
-Papá... te has tirado...
-James...

La visión de verle empapado con su ropa hizo que no pudiera evitar echarse a reír y contagiar con ello a Edward. Él los contemplaba sin decidir si los ahorcaba juntos o los ataba a las camas para evitar que se metieran en más líos. Y lo peor de todo es que no era el primero, ni sería el último. Días atrás los había encontrado encima de su cama saltando para ver quién de los dos aguantaba más en el aire. Y antes Emilie y él probaron a crear una receta mezclando ingredientes sin seguir instrucciones y por poco acaban intoxicados por el humo de lo que salía de la olla.

No se había casado con una mujer... ¡Era una niña!

-¿A qué estaban jugando por el amor de Dios?
-A ver quién de los dos salpicaba más agua. -Contestó Edward.
-No lo vuelvas a hacer, Emilie. Estás a punto de dar a luz, no puede ser bueno. -Se dirigió entonces a ella. No quería verla herida, no después de saber lo que sentiría si alguna vez le faltaba.
-Vamos, James, las otras veces no me ha pasado nada.
-¿Otras veces? ¿Cuántas veces te has tirado?
-¿Solo hoy? Creo que íbamos por la veinte, ¿no Edward? -Él asintió temeroso al ver la expresión en el rostro de su padre.
-aun día de estos me vas a matar de un ataque al corazón. -Soltó llevándose la mano a la cara para quitarse el agua. Emilie se cogió a sus hombros y estremeció.
-¿Puedo darte otro susto? -Preguntó.
-Miedo me das... -Aún tenía la mano sobre su cara tapándole los ojos.
-Acabo de romper fuente.