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-La policía y la ambulancia vienen detrás de nosotros. -Anunció Logan a un James mudo. A través del teléfono seguían en contacto con ellos y cuando la conversación al otro lado se retomó supieron que Emilie estaba malherida.

James se sentía inútil sentado en el coche viendo pasar los minutos mientras las dos personas que más amaba se encontraban en peligro... en su mente volvía a repetise la angustia que sintió al enterarse de la muerte de Helen y de cómo él podía haber hecho algo, lo que fuera, por evitarlo.

Ahora Emilie se debatía entre la vida humana la muerte y su hijo volvía a ser testigo. ¿Acaso había hecho algo para enfadar a quien estuviera ahí arriba?

Al menos el hijo de perra se acababa de largar... ya se ocuparía de él una vez pusiera a salvo a su hijo y a su mujer... si; su mujer. Emilie era suya e iba a ocuparse de que sobreviviera a esto para mantenerla atada en la cama el resto de su vida. Jamás volvería a dejar que se pusiera en peligro.

La voz de Edward, temblorosa y llorosa, resonó en el teléfono:
-Papá...

Μιεδο

-¡Edward! -Exclamaron del otro lado del teléfono. Eso fue suficiente para que Edward se derrumbara y empezara a llorar desesperado.
-¡Papá!  ¡Emilie está mal; está sangrando mucho!  ¡Se va a morir!

Emilie le apretó la mano intentando calmarlo. Las lágrimas se le escaparon sin poder evitarlo; no quería que él sufriera por su culpa.

-Cariño... necesito que seas fuerte por mí, ¿de acuerdo? Ya llego, pero te necesito allí para que cuides de Emilie, ¿está bien?
-¡Yo no sé, papá! ¡Tengo miedo!
-Javier... -Murmuró ella. -Tú puedes...

Él la miró asustado y Emilie hizo un esfuerzo por abrir los ojos y mirarlo directamente. Estaba arrodillado a su lado pero aún así le era difícil mantener la cabeza levantada.

-Papá... ¿Qué hago?
-Ese es mi hombrecito. -Respondieron desde el otro lado con una voz un tanto rota. -Cariño, vamos a mantener despierta a Emilie, ¿si? ¿Hay algo con lo que puedas taparla? Seguro que tiene frío.

Edward miró a su alrededor periodista no había nada.
-¡No! ¡No hay nada! -Chilló rompiendo a sollozos de nuevo.
-Está bien, está bien. Tranquilo. Estamos contigo, nadie tres va a dejar.
-Es lo mismo que con mamá... -Susurró él.
-No, claro que no; Emilie no va a morir...
-Ella se despidió de mí... me dijo adiós... mamá me dijo... mamá me dijo algo antes de irse... -Reveló a su padre.

Una clase de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora