CAPITULO 6

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Cuando Leonardo salió del cuarto, el mayor miro a su hija de mala manera, la chica sonrió un poco nerviosa.

-lo siento- se disculpó mirando a su madre

-no es tu culpa cariño- le acaricio la cabeza y la pequeña dejo salir tranquilamente un ronroneo- pero eso no significa que debamos dejar salir toda la información de lo que ocurrirá en nuestro tiempo, ocurren muchas cosas que es mejor no decir, ellos podrían intentar evitarlos y eso pondría muchos problemas entre tu padre y yo lo comprendes ¿verdad? ¿lo comprenden ambos? – los hermanos se miraron y luego de unos segundos la mirada de ambos se concentró en su madre.

-lo entendemos, pero...hay tantas cosas que se pueden evitar- susurro con pesar el chico con apariencia de tigre con pelaje verde oscuro y ojos azules, tenía puesto una bufanda negra y miraba a su madre con tranquilidad.

-pero podemos cambiar todo lo que conocemos, tenemos que intentar interferir lo menos posible- dijo Leonardo con determinación, sus hijos simplemente asintieron.

Tora, aunque le gustara intentar evitar la muerte de su hermano y aunque sonara cruel preferiría que eso ocurriera a que sus padres no se conocieran y simplemente de pensar en no tener esos buenos días de su hermano cada vez que despertaba o los desayuno con su madre y los entrenamientos con su padre o simplemente las prácticas y juegos en familia, le entraban ganas de llorar, porque algo que su madre le enseño desde pequeña es que los más importante en este mundo es la familia porque son los únicos que te pueden amar incondicionalmente.

-creo que es hora de ir a preparar el desayuno- dijo tora con una sonrisa, lo único que podía hacer ella en estos momentos era apoyar a su madre, no hablar de su hermano frente a sus "tíos" del pasado, aunque si se sorprendió cuando supo quiénes eran, se hacía una leve sospecha, después de todo si había mentido un poco, ella si los conocía pero de lejos, siempre observando y encontrándose con los hijos de ellos, los cuales eran una gran molestia más que todo Rafaela, aunque ahora entendía un poco de donde salía esa personalidad explosiva.

-ciertamente- sonrió Leonardo levantándose de la cama, la adolescente se lanzó en sus brazos y el la cargo riéndose mientras daban unas cuantas vueltas, ambos se abrazaron mientras que toga miraba sonriente la escena con ternura, el nunca le envidiaba nada a su hermana menor, suspiro acostándose.

-yo me quedare aquí un rato más- los dos que estaban de pie asintieron y salieron del cuarto directo a la cocina, después de todo apenas iban a ser las seis y media.

El chico miro el techo y suspiro, a veces odiaba estar muerto porque siempre recordaba su estado de la peor manera, viendo como su familia salía herida y no poder hacer nada; el al igual que sus padres y su hermana sabían que podía descansar cuando quisiera, él no tenía guardado rencor a nadie, pero era muy leal y más a su familia que era lo más importante para su vida y por eso seguía hay. El recuerda que cuando murió sabia porque había sucedido, protegió a su hermana pequeña, sabía que ella era más importante que el, tendría un futuro mejor que al que él le toca o simplemente fueron sus instintos, no entendía muy bien que fue lo que le guio a salvarla, pero lo hizo y no podía estar más feliz.

Cuando llego al cielo le dieron dos opciones, el volver a nacer o quedarse ahí, el no quiso, recuerda el show que hizo porque quería proteger a su hermana porque ese era su deber, entonces al ver su insistencia fue llevado con los arcángeles y ellos le dijeron que podía ser el ángel guardián de su hermana y el no tuvo que pensárselo mucho para luego aceptar, su entrenamiento como guardián duro un año aunque por lo normal debía de haber durado más tiempo, pero el recuerda que intentaba hacer todo lo más rápido posible para poder ir con su hermana y mostrarle a sus padres para que se sintieran orgullosos.

Suspiro ante el recuerdo, el, tenía este aspecto porque siendo un niño de un año no podría cuidar a su hermana, cuando bajo del cielo se encontraba en el bosque, sentía miedo quería a sus padres, pero suspiro lo más probable es que ni siquiera la lograran ver, pero saber que todos eran felices estaba bien. Dando honor a sus padres, el no usaba arco y flecha si no cuchillos y espadas, se acercó al escuchar una risa de una pequeña niña, su hermana estaba cerca y seguramente junto con sus padres. Se asomó de detrás de un árbol y hay los vio, una tortuguita que estaba persiguiendo a su padre mientras su madre se encontraba preparando el picnic. Sonrió mientras las lágrimas comenzaban a salir y con paso lento se fue acercando llamando la atención de la niña que lo vio. Él estaba completamente sorprendido se supone que ella no lo podía ver, mayor fue la sorpresa cuando sus padres también se figaron en su presencia.

- ¿te has perdido? –pregunto Leonardo acercándose con cuidado, el chico solo pudo sonreír mientras su llanto aumentaba no podía pronunciar ni una sola palabra.

-mama- tora estaba al lado de Leonardo y lo miraba. Se acuerda del sentimiento que le propino esa mirada, inspeccionándolo a cada segundo, se sentía nervioso hasta que ella sonrió y también se puso a llorar mientras se acercaba. Ambos padres miraban con preocupación a su hija, el padre la cargo y comenzó a calmarla mientras que ella solo seguía llorando, sus padres preguntaban que tenía, pero ella solo lo apuntaba. –toga- susurro feliz, sus padres abrieron los ojos y lo miraron, lagrimas también comenzaron a salir de sus progenitores que sin pedir explicaciones lo abrazaron mientras su hermana lo miraba sonriente. No se arrepentía de hacer todo lo que hizo si con eso siempre vería esa hermosa sonrisa que juro proteger.

Y con eso el Ángel descanso sin ningún problema.

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