CAPITULO 23

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-no toques eso- gruñí al ver como mi hermano quería tocar un radio supersónico

- ¿todo estos lo has hecho en una semana? –pregunto sentándose a mi lado, deje mis herramientas y lo mire.

-tu me has visto y haz estado conmigo toda la semana-dije con fastidio, era irritante que preguntara eso cada media hora, tome mi destornillador y me concentre en el dispositivo.

-si, pero...me sorprende todo lo que pudiste hacer, aparte kuro esta de mi lado ¿verdad amiguito? –pregunto y mi bebe que estaba acostado en mi regazo lo miro para luego simplemente ignorarlo, oh cosita, lo adoro, estoy seguro que será amado por ell...cierto. Suspire tocando mi oreja.

-el no te quiere toga deja de molestarlo- demande golpeando su mano cuando se propuso acariciarlo.

-es igual de amargado que tu- aseguro y yo solo suspire, tome a mi bebe que hizo un pequeño maullido y luego me levante, mire toda la habitación del edificio abandonado, estaba cubierto de proyectos míos que se pueden utilizar de armas y varios prototipos de la máquina de tiempo, falta menos de un mes para que el accidente ocurra y yo no he logrado absolutamente nada...erre los ojos aguantando las ganas de llorar, quiero a mi mama.

-voy a salir, cuando venga papa le avisas- le ordene mientras guardaba mi parte tigre y quedaba como una simple tortuga.

-espera...-antes de que pudiera seguirme le cerre la puerta.

-lo siento, pero necesito tiempo a solas, por favor espera a papa- ordene y salte por la ventana, cayendo en el próximo edificio, suspire y me coloque mi bandana azul, puse a kuro en un bolsillo que cree dentro de mi ropa, el se acomodó para seguir durmiendo.

Camine sobre los edificios, era casi media noche y yo no me sentia bien, siento como hay una opresión en mi pecho, todo lo que hago sencillamente no me resulta correcto, no es por el peso y la responsabilidad que recae en mi espalda, eso lo puedo superar a la perfección, estoy a acostumbrada a las cargas de deberes, pero...el simple hecho de sentir que nada me queda perfecto, que voy a fracasar sin importa nada de lo que haga y que...no podre encontrar una solución a mi problema me arde en mi pecho, me hace sentir una inútil.

- ¿Por qué me siento así? – susurre sintiendo el nudo en mi garganta, me acerque al borde del edificio, observe a todas esas personas que saben lo que quieren ser, saben quiénes son y saben que quieren ser, esas personas que son felices y se siente a gusto con lo que hacen, me dan...tanta envidia, que hay veces en las que quiero ir al bosque, perderme y nunca mas preocuparme por nada de lo que pueda o no suceder.- ahhh- lance un grito y pude desahogarme, mi garganta dolia, pero seguí llorando, necesitaba desahogarme en estos momentos sin importar nada.

-ya terminamos –dijo aliviado Mike, las cinco tortugas se encontraban sobre uno de los tantos edificios de esa ciudad, habían terminados su patrullaje y bueno, tenían pensado ir a buscar algo de comer antes de volver a si casa-

-ahh- todos se detuvieron al escuchar ese grito que reflejaba completo dolor. Ninguno de ellos lo pensó antes de salir corriendo en dirección de donde había provenido aquel grito de dolor.

Saltaron por unos minutos hasta que estaba a un edificio de distancia, pero el mayor de todos los detuvo, los hermanos confundidos miraron al frente y pudieron divisar a alguien muy conocida, tora.

-¿Por qué no vamos con ella? –pregunto el menor de los Leonardo, el estaba muy preocupado por la manera tan desconsolada con la que lloraba la niña, sintio un dolor en su pecho que no le gusto para nada.

-por la persona que esta detrás de ella- dijo y todos miraron encontrándose a alguien que no esperaban.

-con mas razón debemos ir- dijo Rafael completamente confundido como sus hermanos.

-solo miren y ya- ordeno y los cuatro hermanos se miraron preocupados, se notaba que el mayor estaba mal por alguna extraña razón.

-sigues siendo tan llorona como siempre- susurre sabiendo que ella me escucharía sin importar que. Vi como su espada se tensaba, para luego de un rato relajarse y volver a llorar, me rompía el corazón verla de esa manera, ella siempre fue tan pura y alegre que verla rota...me quema como fuego, destruyendo todo a su paso- hey... ¿Qué paso? –susurre tocando su espalda con cuidado, ella volteo y vi sus hermosos ojos bicolores que estaba cubiertos por lágrimas, me acerque y se las limpie con dos pequeño besos- ya estoy aquí princesa- susurre y ella me abrazo llorando más fuerte.

-milla- susurro mi nombre temblorosamente.

-aquí estoy gatita- dije en un susurro, me quede pensando en lo que me dijo aquel hombre, era cierto que me arrepiento de muchas cosas, de la ingenuidad que tuve para confiar en mi padre alguna vez, el haber lastimado y matado a tanta gente inocente y hasta a la persona que más amo, pero...no puedo hacer nada, aun no, pero pronto.

- ¿Por qué estas aquí? -preguntó ya un poco mejor, pero no nos separamos.

-senti que estabas mal- susurre- asi que me escape y vine a verte-

-gracias- solo la apreté mas a mi cuerpo, pero escuche un pequeño maullido, nos separamos lentamente y vi como de su ropa sacaba a un pequeño gatito negro que le lamio la mejilla, sonreí y acaricie al pequeño que me dejo, comenzó a ronronear.

-es tan pequeño- susurre y tome al pequeño cuando ella me lo extendió- me recuerda a cuando éramos una niñas- dije, recordando cuando ella en su forma salvaje parece un pequeño gatito, pero eso era cuando teníamos cinco años, ya hace mucho de eso. Vi su rostro completamente rojo, me rei sin poder evitarlo.

-oh cállate, que tu tenías en la adolescencia un montón de granos por todo el rostro y usabas retenedores- dijo y ahora era yo la que me sonrojaba, odie esa época mas que nada.

-princesa te estás haciendo un peligroso enemigo- dije con burla, ella sonrio y se apegó a mi cuerpo y vi que lo que veía en sus ojos no había cambiado nada y eso solo hacía que mi corazón latiera un monton.

- ¿enserio? ¿Qué tan peligrosa puedes ser? - dijo y yo sonreí acercado nuestros rostros, ella cerro los ojos, estaba tan cerca de juntar nuestros labios, pero...le di un beso en la frente, ella me miro con desilusión.

-te prometo que pronto podremos estar juntas, solo debes esperar un poco, por favor- rogué y ella me miro con orgullo, tomo mi rostro entre sus patas y unio nuestros labios en un cálido beso. Por primera vez en mi vida, me sentía llena, me sentía bien con todo, tenia...paz y esperanza.

-creo en ti mas que en cualquier otra personas- dijo y me dio un beso en la mejilla- pero mientras estemos en bandos enemigos no crear que te la dejare fácil- dijo con burla.

-no serias tu si lo hicieras- ella rio levemente y tomo al gatito.

-creo que kuro y yo nos tendremos que ir, debo dormir algo- dijo alejándose un poco.

-princesa- la llame, ella se volteo viéndome a los ojos- te amo- ella se sonrojo y sonrió.

-yo también te amo milla- dijo y salto por el tejado, esa gata me dejara loca, pero primero tengo que terminar algunos asuntos, me di la vuelta y me dirigí a la sede del clan de pie.

PODEMOS EXPLICARLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora