CAPITULO 4

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Tora y Leonardo escucharon aquel rugido que reconocieron sin problemas alguno, la menor de forma instintiva se levantó y dejo libre todo su pelaje de color verde y sus orejas y cola aparecieron al igual que sus rasgos de felino. Ya no parecía una tortuga.

Los cuatro hermanos se sorprendieron con el cambio drástico que tuvo la chica de su edad, mientras que el Leonardo del futuro sintió una punzada en su pecho, le faltaba su pareja, pero eso no era lo importante ahora, su hija se podía descontrolar con más facilidad de esa forma.

-hija, cálmate-ordeno mirando como los chicos se encontraban más confundidos que antes, suspiro pesadamente si el idiota del villano no los hubiera mandado al pasado ahora mismo estaría tranquilamente con su hija y su pareja en su casa jugando o viendo alguna película con toda la tranquilidad del mundo.

-pero mama- la tortuga hizo un gesto haciendo que la niña callara y suspirara mientras poco a poco su pelaje desaparecía y volvía a parecer una tortuga por completo.

-ok, ¿explicaran ahora que mierda está pasando? –grito Rafael completamente histérico.

-explicaremos todo Rafael, pero tranquilízate por favor- Leonardo ya le comenzaba a doler la cabeza y tenía unas ganas gigantes de ir a una cama y dormir con su cachorra al lado esperando a su pareja para que este se acueste a su lado y al amanecer ver el rostro de las dos personas que más ama a su lado abrazándolo y no dejándolo levantar. Sonrió ante el deseo y recuerdo que tuvo.

-lo que sucede es que como mi madre ya les habrá dicho estamos en el pasado por lo que somos del futuro...me llamo tora y por obvias razones no les puedo decir mi primer apellido, pero el segundo es hamato, tengo 16 años y soy como ya observaron mitad felina más específico de la especie gato... ¿Qué más? - susurro pensando, ya había notado lo que su madre tenía.

-ok...¿Por qué no nos conoces? Aparte de leo- pregunto Mike mirando con curiosidad, una mirada que ella reconoció de inmediato.

-ahh ya...eres el papa de...-su progenitor le tapo la boca. Amaba a su hija y aunque era muy callada y reservaba también decía todo lo que le viniera a la mente sin importarle las consecuencias.

-ohm, pero yo quiero saber- se quejó Mike haciendo un puchero que hizo sonreír a Donatello por la ternura de su acto sin que su hermano lo notara, tora lo miro y supo que algo entre esos dos estaba pasando y le dio curiosidad.

-lo sé, pero se supone que no debemos de revelar nada del futuro, pero sé que si se emociona lo comenzara a contar todo- contesto con una sonrisa de disculpa, Mike asintió resignado.

-no has contestado la pregunta-recordó el Leonardo del pasado, tenía curiosidad de porque aquella chica que se supone es su hija no sabe nada sobre sus hermanos.

-no los conoce porque pasa algo un...incidente...-Leonardo fue interrumpido por su hija.

-un incidente fue la muerte de mi hermano por protegerme desde antes de nuestro nacimientos, desde que éramos unos pequeños e indefensos huevos, pero se supone que yo iba a morir y el me protegió, dio su vida aun sin tener su mente completamente formada me protegió de aquel ser que no aceptaba nuestro nacimiento, aquel ser tan repugnante que no le importo que fuéramos unos simples bebes, aquella maldita ra...-Leonardo le tapó la boca nuevamente viendo como las lágrimas salían de los ojos de su hija, sabia cuanto le afectaba hablar de este tema y en realidad siempre le afectó también a él y su esposo, es que es obvio perdieron un hijo en ese suceso.

Leonardo tomo a su pequeña y la abrazo como una pequeña beba.

-aquel suceso nos afectó a todos y por esa razón mi pareja y yo decidimos que lo mejor sería separarnos de la ciudad un tiempo he ir al campo, pero ese tiempo duro años y tora no pudo conocerlos porque corte toda la conexión ya que ustedes me recordaban todo eso- termino mientras que los hermanos estaban conmocionados, no se esperaban que eso hubiera pasado.

Interiormente todos hubieran preferido que hubiera sido una pelea la que los hubiera separado, no por una muerte de un ser inocente que era amado desde pequeño.

-yo de verdad lamento su perdida- Leonardo le sonrió a Rafael y asintió.

-ya es cosa de pasado-susurro con una triste mirada.

Ninguno de los hermanos quería volver a hablar sentían que si hablaban o preguntaban otra cosa harían estallar una bomba de sentimientos y malos recuerdos a sus dos visitantes del futuro y en realidad era lo que menos querían, si hasta Rafael y Mikel angeló eran conscientes de eso y era mucho.

- ¿Qué les parece si vamos a dormir? Ya es muy tarde- dijo doni y todos asintieron, era lo más sensato y lo mejor sentimentalmente para los viajeros.

-tengo una última duda- dijo Mike luego de que todos se levantaran. Sus hermanos lo fulminaron con la mirada, él se encogió de hombros, pero sonrió apenado, no había pensado cuando hablo.

-dila, no te preocupes- dijo Leonardo cargando a tora que se había dormido en sus brazos acurrucada como un pequeño gatito.

- ¿Por qué tora se levantó corriendo y se transformó? Parece en realidad que había escuchado algo y parece muy afectada- Leonardo lo miro fijamente a los ojos, el mejor que nadie lo sabía podía parecer que Mike era el más estúpido o el más despistado entre todos, pero en realidad era el que notaba todo de una manera muy particular y eso Leonardo sabia.

-porque escucho un rugido, yo también lo escuche, era el de...- suspiro y todos entendieron la referencia- yo al vivir o hasta cuando salíamos a escondidas, ya sea para vernos, practicar o hasta para hacer bromas, tanto tiempo que pasaba con él poco a poco desarrolle por así decirlo una habilidad, porque no es un cambio en mi gen, pero no es que no se note. Hay veces donde puedo actuar como un completo gato y el hecho es que me acostumbre estar con mi cachorra y con mi esposo que simplemente ya no me es raro o incomodo actuar como un felino- sonrió ante los recuerdos que vinieron a su mente, extrañaba a su pareja, una lagrima cayo de su mejilla.

los hermanos lo notaron, también que por fin había admitido que se había casado con un hombre.

-ustedes pueden dormir en mi cuarto, yo lo hare en el sofá- dijo Leonardo del pasado, el del futuro rio suavemente.

-tranquilo pequeño, no hace falta podemos dormir los tres, créeme te tienes que acostumbrar desde ahora- dijo riéndose mientras que los otros no entendían. Leonardo del futuro tomo a su yo adolecente de la muñeca y la jalo hacia donde se encontraban los cuartos y entro en el del joven adolecente de bandana azul.

-no entendí- susurro Donatello y sus hermanos asintieron.

El ser detuvo su andar cuando logro llegar al suelo, miro a todos lados y olio el aire, sintió un olor que conocía a la perfección con sigilo logro esconderse al ver como un crang pasaba por su lado, suspiro y miro al cielo estrellado, esperaba encontrar un lugar en el que poder dormir.

PODEMOS EXPLICARLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora