CAPÍTULO 7

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Al llegar a la cocina madre e hija comenzaron a limpiar la cocina, la cual había sufrido por que Mike lo más probable es que experimentara una nueva receta, para saber si le quedo bien o mal, pero con la cocina así, lo dudo.

Los dos estaban tranquilos recogiendo todo, ellos también hacían sus desastres los cuales eran peores de los que lograba hacer Michelangelo. tora tomo los vasos y los puso en la nevera cuando escucho un pequeño maullido que salía de la parte donde esta frío, miro la puerta atentamente ¿un gato en el refrigerador? ¡!!¿Qué rayos?!!! Con cuidado abrió la parte superior de la nevera lentamente encontrando en su interior un pequeño gato color rosa, parecía muy cómodo en el frio.

-hola pequeño- saludo mientras extendió su mano para acariciarlo, olía raro, a algo dulce que no podía identificar bien. Al tocarlo suspiro. Helado, un gato hecho de helado, ¿Cómo tenia vida? No quería saberlo, podía traumarse.

-ahh, encontraste al gato- dijo Leonardo acariciando al gato un poquito mientras sonreía levemente- era de Mike- agrego y su hija solo asintió, no sabía porque, pero teniendo en cuenta la personalidad de aquel personaje lo suponía.

- ¿Qué haremos de desayuno? -pregunto ansiosa, ella quería ir al salón de entrenamiento o lograr infiltrarse en el laboratorio de doni, quería utilizar instrumentos tan viejos.

-no sé, tal vez algo que tarde mucho- Leonardo sonrió sabiendo lo que vendría.

-mama- chillo mientras lo miraba tristemente, pidiendo piedad con la mirada. Su madre ya sabía porque quería apurarse tanto, pero es que siempre le ha gustado jugar así con su cachorra, se tomaba las cosas muy a pecho la mayor parte del tiempo.

-vamos a hacer unos crepes- dijo caminando hacia el mesón, escucho el chillido de felicidad de su pequeño y luego de un pequeño golpe de la nevera la sintió a su lado.

Ambos comenzaron a preparar la comida de forma rápida y sincronizada, esa era una de las partes de esa actividad que más le gustaba a Leonardo, aparte de que tenían tiempo juntos, tantos años en ese espacio les dio una sincronía casi perfecta, luego se integraba el padre y con el también pasaba eso. Leonardo nunca antes de su familia nunca antes había sentido esa sincronización a pesar de ser tan diferentes y eso le agradaba demasiado.

Terminaron a las siete y acomodando todo en la mesa se sentaron a comer, al rato las demás tortugas se despertaron por el olor a comida, todos se sentaron y comenzaron a comer, al primer bocado se escucharon tres suspiros de satisfacción, luna se rio mentalmente.

- ¡esto es delicioso! - Mike no disimulaba su emoción y comenzó a comer rápidamente.

-tranquilízate – dijo doni sonriendo hacia lo tierno que él creía ver a su hermano, es que parecía todo un niño pequeño.

-ok- dijo con la boca llena tragando duro, tora no pudo aguantar tanto y se puso a reír a carcajadas, su hermano actuaba así cada cierto tiempo y siempre esos días se la pasaban jugando y comiendo. Le gustaban esos días.

-lo siento- se disculpó mientras se secaba las lágrimas que habían salido de sus ojos.

-háblame de cómo somos en el futuro o al menos nuestros hijos, por favor- dijo doni comiendo tranquilamente. tora miro a su madre que asintió levemente, tomo un poco de jugo y los miro.

-a ver...doni tú tienes un niño, él es muy extrovertido e idiota, no ve el riesgo y simplemente hace lo que hace, por él fue que conocí a los demás y estuve a punto de matarlo- se rio ante el recuerdo- es alguien muy leal y gracioso, pero también pude ser muy frágil cuando la gente lo hiere y es muy susceptible a ese tipo de cosas- finalizo y corto un pedazo de su comida adentrándolo a su boca. Doni se encontraba orgulloso de cómo sería su hijo en el futuro, era lo contrario a su forma de ser y eso le gustaba, le gustaba que se pareciera más a Mike.

- ¡yo! - grito Mike haciendo que Rafael le pegara un puño en el hombro para que se callara, al parecer no era tan fuerte como siempre, porque él no se puso a llorar y simplemente sonrió apenado.

-bueno tu hijo es alguien muy sociable, pero es un poco reservado y es muy astuto e inteligente, él sabe cómo protegerse, pero no sabe actuar sin un plan anterior, se nubla cuando los problemas lo atrapan y se pone a llorar por no poder dar solución rápida- tomo jugo. Mike quedo pensativo, su hijo sería igual a doni y eso le gustaba, se alegró después de todo sería más inteligente y maduro que él, aunque había una que otra cosa, pero todo el mundo tiene sus debilidades.

-mío- dijo Rafael mirando a la mocosa. Tora lo miro e inspecciono con la mirada poniéndolo incomodo, ella sonrió con tristeza.

-es niña Rafael- el abrió los ojos, él pensaba que tendría un hombre como sus hermanos, luego se acordó que Leonardo lo había dicho ayer, pero al parecer no le había prestado mucha atención. Asintió a la chica- ella dios mío, es una chica sexy- su madre le golpeo el hombro y luna se encogió de hombros- ¿Qué? Es verdad, la muy loca es una amargada, pero tiene el mismo estilo de humor, ella...es mi mejor amiga, aunque nunca acordamos ningún título, tiene un gran valor, es muy chistosa y le gusta golpear mucho a los demás; nosotras practicamos juntas y ella siempre se enoja porque le gano y si no porque quedamos en empate. Es una chica de buen corazón y tiene una gran autoestima, pero tiende a ver a los demás como inferiores y sin importancia, es una de las mayores peleas que tengo con ella- Rafael la miro y asintió. Su hija seria idéntica a él y eso le gustaba.

-voy a entrenar- dijo cuando termino y salió corriendo al salón de entrenamiento, los hermanos se miraron para luego mirar a Leonardo que sonrió y recogió los platos.

- ¿Quién quiere perder delante de una niña? – Rafael gruño y arrastro a sus hermanos al dojo donde estaba la menor mirando las armas hasta que tomo una espada y la movió hacia los lados probándola. En un momento apunto hacia los hermanos y sonrió como diciendo que ella era mejor que ellos y lo sabía, Rafael gruño.

- ¿Quién quiere llorar? –

Ya había amanecido y el ruido no lo dejaba dormir, pero aparte de eso no pudo dormir nada por el simple hecho de que estaba pensando mucho en su familia, encontró al rato de a ver llegado un edificio abandonado y se adentró acomodándose e improvisando una cama, toda la noche se la paso preguntándose como estaría su familia. Suspiro mientras se levantaba y miraba por el vidrio viendo a las personas pasar e iniciar su vida con normalidad. Escucho dos voces un poco distorsionada, se acercó con cuido hasta que en un descuido golpeo una lata llamando la atención de los extraños...

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