CAPITULO 8

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Leonardo salió de la alcantarilla con cuidado de hacer algún ruido que alertara a sus hermanos menores el cuales debían estar profundamente dormidos, enseguida cuando pudo ver la luz de la mañana subió la escalera que estaba a un costado de la pared; desde ese lugar se podía ver toda la ciudad, el chico no pudo evitar sonreír pocas veces era cuando salía de día y esas siempre las aprovechaba viendo el paisaje que siempre parecía más hermoso y vivo cuando el sol apenas estaba saliendo.

Leonardo suspiro y luego sonrió, comenzó a correr y saltar por los edificios evitando estar muy cerca de los costados para no dejar que las personas lo vieran, aunque estaba seguro de que si vieran algo solo sería un pequeña y difusa mancha que pareciera una ilusión.

Al llegar a un viejo edificio se detuvo y sonrió saltando hacia las escaleras que estabas fuera y comenzó a caminar hacia el tercer piso de aquel edificio, abrió la ventana y miro adentro todo estaba sucio, pero había una pequeña cama y un juego de mesa totalmente limpio.

-cachorro- escucho una voz detrás de su espalda haciendo saltar y abrazar con fuerza al felino que lo sostuvo sin ningún problema, Leonardo se restregó en el pelaje del mayor y el hizo lo mismo, esa era una de las cosas que más les gustaba hacer a ambos el sentirse que estaban el uno para el otro, aunque no les gustara estar lejos, eran enemigos, amándose en la oscuridad y luchando con equipos.

-te extrañe-susurro apretando su agarre y sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a caer del rostro de Leonardo, estaba saliendo todo lo que tenía guardado desde la noche pasada, el tigre se arrodillo y lo abrazo dejándolo que se desahogue sin problema.

Luego de un largo tiempo Leonardo logro calmarse y ahora solo estaba acostado y arrodillado junto a garra de tigre que estaba meciéndolo suavemente como una manera de relajarlo y calmarlo, le recordaba a la forma en la que su yo del futuro había calmado a su hija.

- ¿me dirás que te pasa? – Leonardo lo miro y el tigre solo le acaricio la mejilla reconfortándolo.

-mejor dicho, que no paso- suspiro y comenzó a contarle todo lo que había pasado al tigre, el cual solo escuchaba atento sin ninguna interrupción y analizando todo lo que su tortuga le decía de a poco. Cuando Leonardo le termino de contar tora solo le acaricio la cabeza dejando que Leonardo se recostara en él.

-bueno solo te puedo decir que...-ambos se levantaron de golpe y en posición de ataque, tora se coloco delante de Leonardo y comenzó a gruñir.

- ¡salga quien quiera que sea! – gruño enojado, poco a poco vieron como una sombra se acercaba, ambos quedaron mudos cuando vieron quien era el ser que estaba delante de ti.

-ustedes...-dijo el tigre más alto y herido.

-tu, eres yo...me estoy volviendo loco- susurro tora del pasado haciendo reír a Leonardo por su cara tan rara.

- ¿saben dónde están? – la cara que tenía el tigre era de angustia y preocupación infinita, esa mirada; Leonardo comenzó a recordar lo que había pasado la noche anterior después del gruñido que según la niña y su otro yo habían escuchado.

- si- Leonardo vio como las pupilas del tigre se dilataban y sus hombros se relajaban, el tigre cayó desplomado y suspiro entre alivio y... ¿dolor?

-qué alivio- dijo y tora del pasado se acercó y sin resistencia del mayor le quito su chaqueta, tenía una gran herida que estaba cubierta de sangre vieja y nueva.

La tortuga sintió una gran preocupación y salió corriendo hacia debajo de la cama donde ambos tenían un botiquín, sus encuentros mayormente eran luego de una pelea así que tenían que estar preparados para curar las heridas del otro.

El tigre menor limpio la herida y la vendo con tranquilidad mientras que la tortuga se encontraba expectante de todo, el mayor miraba atento pero el tigre olio proveniente de su otro yo, una inmensa tristeza y en realidad se hacía una idea del porqué.

- ¿Cómo te paso esto? - pregunto el tigre luego de terminar de encargarse de las heridas.

-luchando contra el crang...estábamos los tres, estábamos bien como siempre, pero...-el adulto comenzó a gruñir- esos malditos seres aparecieron e hicieron que mi cachorro, que mi Leonardo y mi bebe se fueran por aquel portal, intente ayudarles, pero ya habían sido atraídos por el portal y yo solo los seguí- la lagrimas salieron y el solo suspiro- quiero a mi familia- Leonardo lo miro con determinación y miro al tora de su tiempo, en verdad que había escogido bien. Sonrió.

-te ayudare con eso- dijo con una sonrisa y luego saco su teléfono marcándole a Mike, sabía que a su hermano le sería raro, pero con él era más fácil de controlar con las preguntas que sus otros hermanos.

-hola leo- se escuchó a Mike susurrar, Leonardo logro escuchar golpes.

- ¿Qué es ese ruido Mike? –pregunto un poco ansioso.

-tora está peleando con rafa...y él está perdiendo- susurro y escucho una risa que identifico como suya - ¿Por qué no estás aquí? –

-estoy un poco débil ¿me pasas al otro leo? – escucho un sí de Mike y luego escucho un hola que reconoció como su voz. Le tendió el teléfono al otro tigre que lo tomo y lo coloco en alta voz.

- ¿hola? He y chico esto no es divertido ¿Qué sucede? –

- cachorro- susurro y se sintió un suspiro y luego a alguien llorar.

-amor- se escuchó un llanto leve en la otra línea- ¿estás bien? ¿no estas herido?

-no tranquilo, ya estoy vendado-

-dios mío ¿Dónde estás? A no, ya sé dónde...cuando tora se termine de... joder lo había olvidado- Leonardo gruño enojado.

- ¿Qué sucede? –

-bueno cuando llegamos ambos estábamos heridos, pero tora más estuvo al borde de la muerte- la respiración del tigre se pauso y sus ojos se llenó de pura preocupación- se supone que debía esperar al curarse, pero está peleando con Rafael- el tigre suspiro de alivio conociendo la forma de ser de su cachorra.

-conociéndola, debe estar más que bien...- se permitió reír levemente lleno de tranquilidad después de todo, poco a poco el tigre quedo dormido bajo la atenta mirada de los otros dos.

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