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Preferencia•

Damien no tiene preferencias con su novio. Ama todo de el, ¿porque debería de escoger que es lo que mas le gusta de él? En esos momentos, para él. Ese pensamiento era tan importante como él mismo de quien gobernaría él infierno. Exacto.

Le importaba una verdadera mierda.

Sin embargó; cuando una mañana despertó y vio la pequeña y blanca espalda de su inglés, mas pequeña y más delgada de lo normal. Supo que algo andaba mal; se levantó perezosamente y acarició los largos rizos dorados de Gregory. Hubiera sospechado algo de ver su cabello, pero él inglés lo tenia por la cintura. ¿Qué iba a sospechar él? En cuanto su novio se volteó se quedó estático de ver dos bultos bastante grandes donde antes no debían de estar, acarició sus mejillas para despertarlo, él mas pequeño gruñó y se levantó.

—¿Que sucede?. —Preguntó con evidente fastidió, ser despertado no era nada encantador.

—Tienes tetas. —Murmuró él anticristo intrigando a su novio, rápidamente levantó las cobijas y casi se desmaya. —¡Eres mujer!. —Grito bruscamente, Gregory le miró como si le hubiera crecido otra cabeza.

—¿Estas loco?. —Preguntó en un murmuró débil, rápidamente mirándose y colocándose más pálido de lo que generalmente es. —Si esto en una maldita broma, Damien. Me voy a enojar. —Advirtio.

—¿Broma? ¿Y yo porque demonios voy a querer que seas mujer?. —Pregunto un tanto mas alterado por la amenaza, Gregory pareció pensarlo un momento.

—Tienes razón. —Murmuró para soltar un suspiró y ponerse de pie para ponerse algo de ropa, esta claro que estaban desnudos y sorpresa no era que hubieran tenido sexo en la madrugada mucho antes de que eso le ocurriera al de hebras rubias.

—Al menos una parte de tu yo masculino se quedó. —Bromeo él mayor para también ponerse de pie, él... La rubia se volteó para mirarle con una ceja elevada enrojeciendo notoriamente al notar las pocas ropas del otro.

—¿Ah que te refieres?. —Se cruzó de brazos con algo de dificultad, quien diria que siendo mujer parecía tener dos malditos melones en él pecho.

—Sigues teniendo un lindo, grande y esponjoso trasero. —Sonrio con aires pervertidos, la mas pequeña se sonrojó fuertemente por dichas palabras y prácticamente huyo al baño.

Damien se río unos segundos mientras se ponía los bóxer, no sabía porque había imaginado él que él rubio cambiaría algo de su personalidad solo por tener cosas extra y hasta por la falta de uno.

•••

Aun era raro ver la silueta tan pequeña y curvilínea que poseía la inglesa, ambos estaban en él balcón tomando una buena tasa de café con una tostada de pan mantequilla derretida en manos, los ojos rojizos se pasearon por él bonito cuerpo que poseía su ahora novia; nunca lo había imaginado de esa forma. Pensaba, él rubio como chica sería menos protuberante, pero claro; de la noche a la mañana amanecía siendo chica y para peor, parecía esas modelos de la revista play boy que McCormick le había obsequiado pasado su cumpleaños.

—¿Que tanto miras?. —Pregunto la rubia levantado una ceja terminando su desayuno.

—Nada, solo. —Guardo silenció unos segundos y sonrió. —Por mas buena que te veas como chica, quiero que sepas. Que prefiero tu forma original. —Admitio bajando la cabeza, Gregory río.

—Lo se. —Soltó un pequeño suspiró para sonreír dulcemente. —Ya me duele la espalda, ¿como aguantan ese peso al frente?. —Se quejó, Damien soltó una risita.

—Seguramente usan sostenes mi amor. —Hablo de forma distraída, luego miro de nuevo a la rubia. —Oye conejito; ¿quieres probarte ese traje que te regale? Ahora que eres chica, probablemente no te quede holgado. —Mordio su labio.

—Me quedaba bien, pero se me veía holgado de pecho por falta de busto. —Murmuró llevándose una mano al mentón. —De acuerdo. —Sonrio ligeramente coqueta para caminar al interior del apartamento. —Sin tomar mi virginidad por segunda vez, Thorn. —Hablo rápidamente antes de que su novio se precipitará, este bufo.

Nunca antes había tenido sus preferencias con Gregory, pero si de escoger se trata, lo prefiere mil veces como chico, así se enamoró de él, así lo ama. Y amará.

Shiposting "Damory"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora