Capítulo 21

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[Pov. T/N]

- Ah, T/N, soy la madre de Sana.- Pude escuchar su voz angustiada del otro lado de la línea.- Tengo que decirte algo con respecto de mí hija....

Me sentía cada vez más nerviosa debido a las palabras de la Sra Minatozaki, pero aún así me dediqué a escuchar atentamente.

- Diga, la escucho Sra Minatozaki.- me preparé mentalmente para lo que fuera que vaya a decirme.

- T/N... Me temo que m-mi hija ha.. caído en un coma, debido al disparo. No sabemos cuándo vaya a despertar, el doctor dijo que podrían ser semanas.. o incluso meses.. T/N, ella ha perdido mucha sangre, lamento tener que decirte esto.

Mí corazón se heló con sus palabras. Escuché algo impactar contra el suelo, y ví mí celular estrellarse contra el suelo, rompiéndose en pedazos. De mis ojos comenzaron a caer lágrimas, y sentí un nudo en la garganta. Me estaba ahogando en mí propio llanto.

Me deslicé en la pared hasta llegar al suelo, y atraje mis piernas, presionándolas contra mí pecho, mientras lloraba desconsoladamente. Quizás pensarán que estaba siendo muy dramática, pero que va, la amaba. Aún así no pueda recordar demasiado de nuestra relación, mí cariño y afecto seguí allí. Era más fuerte que yo, a veces no podía evitar ir donde ella y abrazarla, o simplemente disfrutar de su compañía. Ella me mostraba un amor que nunca había visto, un amor puro. Y realmente estaba fascinada con ella, la amaba demasiado. Sin dudas está noticia me estaba destrozando el corazón, ¿cuándo iba a despertar mí pequeña ardilla? Ya la estaba extrañando. Me hace demasiada falta, y estoy hablando con el corazón.

De repente sentí alguien gritar a mí lado, rápidamente subí mí mirada y pude ver a Eunha, horrorizada.

- T/N!!! ¿Qué ha pasado?.- dijo con los nervios de punta al ver el teléfono destruido y a mí llorando.

Rápidamente mis padres llegaron al escuchar los gritos de Eunha.

- Hija!! Estás bien?!.- rápidamente mí madre de arrodilló a mí lado. Negué sacudiendo mí cabeza y escondiendo mi cara entre mí piernas.- Puedes contarnos, ¿qué ha pasado?.- pude sentir como me confortaba, acariciando mí espalda.

- S-sana.. ella.. ella..- quebré en llanto nuevamente y abracé a mí madre fuertemente.

- ¿Quién es Sana?.- preguntó curiosa Eunha, y más lágrimas caían al recordarla.

- Ella es... la novia de T/N.- respondió mí padre por mí, mirándome con expresión dolida.

- ¿Te sientes mejor hija? ¿Quieres contarnos qué pasó?.- me miró preocupada mí madre. Limpié mí lágrimas y me atreví a decirlo.

- S-sana.. está en c..coma.- Dije y nuevamente comencé a llorar. Mí madre volvió a abrazarme. Miré a Eunha y pude ver un brillo de curiosidad en sus ojos, y frunció el ceño.

¿Qué le pasó?.- preguntó despreocupadamente. Ví como mí padre la fulminó.

- Ven Eunha, mejor vamos a otro lugar, luego cuando T/N se sienta mejor ella te contará. Es mejor que vayamos a comer.- Dijo mí padre y se la llevó al comedor, mientras yo seguía abrazada con mí madre.

- T/N, hija... ¿Quieres.. ir a visitarla?.- me preguntó cuidadosamente. La miré con los ojos abiertos.

- M-me llevarías a verla?.- pregunté asombrada.

- Claro que sí hija, ella es tu novia, tienes derecho a verla.- dijo y miro el reloj.- Si queremos ir a verla será mejor apurarnos, el horario de visitas no es tan largo.- dijo levantándose y ayudándome a levantarme.- ve a arreglarte un poco, te ves fea cuando lloras.- dijo riéndose de mí cara llena de legañas y mocos. Le lancé una mirada agresiva y se calló.

Fui a lavarme la cara y peinar mí pelo rápidamente y luego de eso salí con mí mamá corriendo hacia el hospital. No estaba segura si nos dejarían pasar, pero al diablo, tenía que verla... Aún si ella no pueda, yo tenía que hacerlo.

Una vez llegamos al hospital, preguntamos por Sana, y nos dieron la habitación en la que estaba. Fui casi corriendo hacia esa dirección y me pare en frente de su puerta. Las lágrimas amenazaban con salir nuevamente.

Mí madre dijo que me esperaría afuera, así que decidí finalmente entrar yo sola. Y allí estaba, conectada con demasiados cables, y durmiendo pacíficamente. Yo hasta ese entonces ya era un río de lagrimas. Me senté al lado de su camilla en una de las sillas de ahí, no era muy cómoda pero por mí ardilla haría lo que fuese.

Miré su delicada cara descansar en la camilla, ella siempre parecía un ángel, nunca iba a cansarme de repetirlo. No sabía si tocarla era la mejor opción, pero me dediqué a acariciar su suave pelo. Comencé a cantar una canción, en casi un suave susurro. (Stay - Blackpink)

Mientras cantaba lágrimas caían de mis mejillas. Al terminar la canción me quedé en silencio.

- Sana, no sé si me estés escuchando en estos momentos, pero quiero decirte que eres la persona más bella que he conocido. Te amo como nunca amé a otra persona, sé que peleamos mucho en el pasado.- reí amargamente y continué.- pero a pesar de todo quiero que sepas que siempre voy a quererte, Minatozaki. Haré lo posible para recordarte, jagiya. Espero que despiertes pronto.

Limpié mis lágrimas y miré su rostro, vi una pequeña sonrisa por un segundo, pero seguramente estaba alucinando. Agarré su delicada mano y dejé un beso en ella, sintiendo su fría piel. Me dolía demasiado verla en este estado, me lamentaba una y otra vez. No pude contenerme de llorar nuevamente. Simplemente no podía verla así, por lo que di terminada mí visita, soltando su mano suavemente y caminando hacia la puerta, no atreviéndome a mirar atrás, y simplemente salí de aquella habitación.

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Weones odio escribir drama, simplemente lo odio unu. Prometo que vienen cosas buenas uwu.

¡Estúpido viaje! [Sana y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora