-¿Qué hora es?-le pregunté a michael. Sacó su celular y miró la pantalla del mismo.
-Las ocho con cuatro-contestó, como si nada.
-¡Sharon ya está en casa!
-Conduciré rápido-dijo.
¿Esa era su respuesta? ¿Acaso me sentía más culpable yo que él? ¿Él se sentiría culpable al menos? Las preguntas revolotearon en mi cabeza con voz propia, mientras me esforzaba a mandarlas todas al rincón de mi mente. Callándolas.
Subí a la Hybrid de michael cuando este me abrió la puerta. El tiempo se me acababa; había pasado un buen rato con él, sin embargo para mí pareció sólo la prolongación de lo que dura un suspiro y ahora iba a ponerle final al día, a mi tarde con él.
Condujo hasta el departamento de Sharon, y en el camino casi no hablamos debido a que mi cabeza se encontraba hundida en pensamientos, buscando alguna manera de explicar la situación. Situación que a michael parecía no preocuparle.
Cuando llegamos y él estacionó frente al edificio, me congelé en el asiento por que aun no tenía el pretexto ideal para decirle a Sharon. Hoy era una de esas noches en las que la cabeza no me daba para más, más que para sostener el cabello. El rugido del motor se detuvo y el silencio se produjo la instante.
-Listo, subamos rápido-dijo, michael, satisfecho del tiempo que había tardado en llegar ¿Veinte minutos se le hacía poco?
-Espera-le sujeté del brazo antes de que bajara. Me miró, intrigado.
-¿Qué vamos a decirle?-pregunté.
-¿A quién?-inquirió, confundido.
-A Sharon-dije, obvia.
-¿Por qué?-su ceño levemente fruncido me decía que no estaba fingiendo confusión.
-Por la hora a la que llegamos, por que estamos juntos, querrá explicaciones-intenté explicarle, desesperada, la culpa me estaba comiendo por dentro. Michael rió por lo bajo.
-Pues le diremos la verdad, ¿no?-dijo- Que salimos a la feria y que pasé a saludar a Gaspar.
-Pero…
-No hicimos nada malo, ______-me interrumpió, pero aun en la oscuridad de la noche pude ver el brillo ladino que sus ojos desprendían con persuasión. Y el tono de voz cínico que salía de sus labios carnosos.
Tuve que hacer un esfuerzo sobrenatural por no aproximarme a ellos, para acallar los ridículos latidos de mi corazón que podrían dejarme en evidencia. Tuve que obligarme a retener a la cordura para no contradecir a lo que él acababa de decir. La oscuridad sólo me hacía desearlo más. Me hacía querer acercarme de una manera casi incontrolable. Pero la voz en mi cabeza mascullando el nombre de mi mejor amiga impidió todo tipo de incoherencia que mi mente pudo haber producido.
-_______-me llamó, haciendo que regresará al momento-. ¿Estás bien?-preguntó.
-Sí, yo… sí-tartamudeé.
-Bien-se bajó del auto y quise quitarle la oportunidad de ser caballeroso, porque todo aquello no ayudaba mucho en el asunto del enamoramiento absurdo en el que ahora estaba metida. Pero la puerta no abrió. Él rápidamente se encontró de mi lado y él mismo la abrió para ayudarme a bajar.
Subimos por las escaleras hasta el tercer piso y llegamos por fin al departamento. Michael parecía relajado mas sin embargo yo seguía sintiéndome culpable. Abrí la puerta con el corazón palpitante de desazón y visualicé por un momento cómo debía ser el mundo.
Ashton se encontraba con Sharon y ambos miraron al instante hacía donde michael y yo, la expresión de cada uno era distinta, la de Sharon era un rostro inquieto, preocupado, sin duda; la de ashton estaba tranquila, serena. Me pregunté cuál sería la mía.
-¡Oh allí están!-exclamó Sharon y corrió a abrazarnos a michael y a mí. Me quedé quieta, confundida.
-Bestia, ¿por qué no te llevaste tu celular?-me dijo- michael, ¿por qué no respondías el tuyo?-inquirió al interpelado.
Más que una amiga que se sintiera engañada o especulando alguna artimaña parecía madre preocupada como cuando sus hijos no llegan a casa y pasa de la media noche. Me sentí más culpable que antes.
-Lo siento, amor-dijo michael, y en la última palabra el corazón se me encogió adolorido-. Llevé a ______ a la feria, ¿recuerdas que me contaste que jamás había ido a una? Bueno, quise hacer algo realmente lindo por ella-me miró y me sonrió, pero con una de esas sonrisas que te dan los amigos: expansiva y sin rastro alguno que me hiciera confundir-. Y además, pasé a saludar a Gaspar, recuerda que hoy es su cumpleaños. Por cierto, te mandó saludos-se acercó a Sharon y besó su frente.
Capté la escena desde muy cerca y el corazón aun encogido en alguna parte de mi pecho, se sacudió violenta y dolorosamente. Sharon se tranquilizó.
-Pero debiste al menos avisarme, amor-musitó y se alzó en puntillas para besar a michael en los labios. Ya no pude mirar más, bajé la cabeza y me retiré con rapidez hasta llegar a donde ashton estaba quien se encontraba también con la mirada gacha. Esa escena le lastimaba tanto como a mí.
-Pero, ¿te divertiste, ______?-me preguntó Sharon, con una sonrisa sincera cuando se hubo desocupado de los labios de su novio.
-Seguro, aunque casi muero arriba de una montaña rusa-dije, aparentando que todo estaba bien. Sharon estalló en estruendosas risotadas y luego miró a michael.
-¿La hiciste subir a una montaña rusa? ¿Cómo lo lograste? Yo lo he intentado tantas veces y siempre me dice no-dijo, sorprendida y divertida. Michael se encogió de hombros.
-Supongo que tengo don de convencimiento-bromeó.
No estuve en desacuerdo con michael, aunque su definición de “don de convencimiento” sería algo así como “retenerme en sus brazos para no dejarme escapar”.Miré los mimos que michael y Sharon se hacían y me sentí mal, sin hablar del ya tan lastimado bombeador de sangre bajo mi pecho. Ashton me codeó y me hizo seña de que nos fuéramos de ese lugar. A ambos nos lastimaba. Le tomé de la muñeca y le dirigí hasta mi habitación. Cuando cerré la puerta entonces supe que la atención de ambos estaba en nosotros. Lo último que quería era que Sharon y michael pensaran mal acerca de mí y de ashton, pero tenía el corazón demasiado adolorido como para detenerme a pensar en otra cosa. Ashton se sentó en mi cama y yo me quedé recargada a la puerta. Ambos nos miramos por un largo instante, como si nos comunicáramos con los ojos. Hasta que él rompió el silencio.
-Me imagino que te divertiste mucho-dijo.
-Como nunca-admití y me retiré de la puerta para sentarme a su lado-. ¿Y qué hay de ti? ¿Por qué estabas con Sharon? Sonrió.-Bueno, al no encontrarlos a ustedes aquí, me llamó a mí, y tú sabes que no desaprovecharía alguna oportunidad para estar con ella y tampoco iba a dejarla sola-confesó. Me tumbé sobre la cama, suspirando.
-¿Te confieso algo?-musité. Ashton se giró sobre su asiento y me miró desde arriba.
-Dime.
-Amo a tu hermano-susurré, como si ellos pudieran oírme. Ashton rió.
-Cuánto lo siento-me palmeó la pierna, cerca de la rodilla.
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Manual de lo prohibido [Michael Clifford]
FanfictionFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueña del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y f...