Capítulo 16: No quiero gustarle ¡Ni siquiera lo conozco!

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-¡Bestia, arriba!-Sharon tenía la costumbre de despertarme con golpes en la puerta, por eso era lindo que se fuera a trabajar.


Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los molestos golpes en la puerta no pararían hasta que Sharon me viera con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a tañarlos para desemperezarme, luego abrí paso a un bostezo grande.
Me paré con pereza y abrí la puerta, Sharon estaba en la cocina buscando algo en el refrigerador. Me miró.


-Ponte algo lindo, algo verde, a ashton le gusta el verde-dijo.


-Estás loca-musité y me di la me di vuelta para vestirme.


-Si quieres gustarle a ashton, escucha mis consejos-gritó desde la cocina.


-No quiero gustarle a ashton, ¡ni siquiera lo conozco!-me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación; increíblemente asombrada del esfuerzo de Sharon por emparejarme.


-Sólo vístete, ¿quieres? Ellos llegarán en cualquier momento.


-Eres perversa-la fulminé con la mirada.


-Pero así me quieres-me sacó la lengua y me vi obligada a reír.


-Tonta-dije.


Me vestí con una blusa azul turquesa y con unos jeans entubados, sólo por llevarle la contraria a Sharon. A los pocos minutos, oí el timbre sonar, y la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Michael. Salí de mi habitación al oír el murmullo de las voces, y allí junto al ángel de oro, reposaba otro.

Era muy parecido a Michael, sin embargo, su cabello era casi como el de Luke; pero se encontraba un poco más despeinado; su piel, casi del color de la de su hermano, hacía lucir sus de un tono café claro, y cuando me sonrió, los pómulos se le elevaron notablemente.


-Hola-musité.


-_______, mira, él es Ashton-me dijo Sharon, empujándome por el codo hacía el par de ángeles.
Extendí la mano para saludarle y él respondió mi saludo.


-Hola-me dijo. No estaba muy segura, pero sentía dentro de mí como dos partes; una, atenta a ashton; pero la otra, atenta a michael. Seguro la fierecilla estaba dentro de la segunda.


-Bueno, ya que se conocieron, ¿a dónde vamos a ir?-preguntó Sharon.


-¿Quieren desayunar en…?-la voz de michael habló por fin, y yo, completa, me perdí en ella.


Dejé de oír entonces la conversación que tenían los tres, de hecho, mis ojos estaban tercos y habían dejado a mis otros sentidos inactivos, ya que ellos se aferraban a mantener la vista en michael. Los labios de los demás dejaron de moverse, luego me miraron. ¡Reacciona! Me ordenó una voz en mi cabeza. Entonces mis sentidos comenzaron a activarse de nuevo.


-¡______!-me sacudió Sharon.


-¿Eh?-musité, terriblemente desconcertada.


-¿Que si quieres desayunar pizza?-me preguntó.


-Amm… sí-dije. ¿Cuánto tiempo me habían estado hablando?


-Vamos, entonces-concluyó michael.


Nos dejaron pasar primero y luego, en la Hybrid de michael nos dirigimos a un pequeño local de pizza, que desprendía el aroma a salsa abarcando alrededor de unos tres metros y medio.
Nos sentamos en una mesa, michael y Sharon en un lado y ashton y yo en el otro. Ambos enfrente de ambos.


-Pidamos la pizza típica, para que ______ pueda probarla. Apuesto a que jamás has probado una hecha en Italia.


-Eso es obvio, Sharon, ya sabes que no-dije, riendo.

Manual de lo prohibido [Michael Clifford]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora