Caminando entre mundos

Pergamino 1

Pov. Martha

Todo estaba oscuro no podía ver ni mis propias manos, he estado así por lo que me ha parecido una eternidad no sé a qué se deba, ¿Estaré en coma o morí en ese accidente? Algunas veces siento la presencia de alguien más pero nunca logró averiguar de dónde proviene ni tampoco estoy segura de que de verdad exista eso.

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Poco a poco me estoy volviendo loca en este aislamiento, hace rato sentí una pequeño deslizamiento de todo mi cuerpo tal vez ya empecé a alucinar.

Cómo si se burlaran de mi aparece una pequeña luz por encima de mi cabeza pero no soy capaz de alcanzarla, estoy sintiendo cierta asfixia y sé que debo salir lo antes posible, un empujón me logra acercar más a la luz seguido de otro mas, no sé que o quién me está ayudando a salir pero cada vez más logro ver la luz e incluso sentir un ambiente fresco, no pasa mucho tiempo cuando por fin logro sacar la cabeza y la luz me ciega momentáneamente, unas grandes manos agarran mi cabeza y me ayudan a salir, lentamente acarician mi espalda y a pesar de que son suaves no puedo evitar llorar, me limpian y envuelven cariñosamente como si supieran que necesito ese trato,  lentamente me acostumbro a la luz y abro los ojos para saber quién me ha  salvado de mi encierro, lo primero que me desubica es la apariencia de la mujer que me sostiene y su acompañante, sus facciones son más delicadas y los colores que las acompañan son muy extraños, pero ¿Por qué se ven tan grandes? Tal vez si me volví loca.

— Felicidades Hotaru es una niña muy saludable— me ponen en los brazos de una mujer muy bonita, ¿Es que todos aquí son hermosos?.

—Mi bebé...mira Haruka ¿no es preciosa?— la mujer me alza un poco y veo a un hombre muy atractivo con pelo blanco y ojos rojizos, me llama la atención la calidez de su mirada cuando la posa en mí, me carga cuidadosamente y me susurra cumplidos.

—Creo que ya sabemos quién es la nueva princesa de la casa— comentó la mujer que me limpio, una vez que pasa todo la alegría y el desconcierto empiezo a observar mi alrededor, las camas y el equipo médico lo ví en el quirófano que tiene Nati en su clínica, hay cosas que no reconozco pero no se me pasa por alto la banda de la aldea de la hoja que tiene el hombre que me carga.

— Veo que ya estás más despierta Misaki— ¿Quién? ¿Se refiere a mí? Ok esto es muy extraño necesito salir lo más rápido que pueda de aquí, empiezo a moverme sin parar y me detengo al ver mis pequeñas manos, manos de bebé.

Respira Martha, esto no es real este tipo de cosas no pasan, no a ti.

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Si pasan, tengo una semana de haber nacido otra vez, mis nuevos padres pelearon por cómo me iba a llamar otra vez, para mí desgracia ganó el hombre y me quedé con el nombre de Misaki, me hubiera gustado si no recordara a Usagi cada vez que lo mencionan.

Poco a poco he ido superando el shock inicial, he vuelto a nacer y nada más y nada menos que en el mundo de Naruto, me gusta, me fascina la historia y sus personajes, Nati y yo siempre estábamos compartiendo opiniones e imaginando situaciones o finales alternativos y ahora yo me encuentro aquí, sola sin nadie con quién hablar, ni siquiera puedo comunicarme a pesar de entender el idioma, cuando intento decir algo no logro articular las palabras y solo salen pequeños balbuceos que hacen que todos me miren y digan lo tierna que soy, no señores no es tierno es frustrante no poder decir ni hacer nada por tu cuenta.

—¿Te vas? Pero acabo de terminar la comida, quédate sólo por hoy— veo a mi "madre" salir de la cocina prácticamente pegada a mí "padre".

—Eres un fastidio Hotaru, eres tan estúpida que ni siquiera entiendes el significado de las palabras— antes de salir volteó a verme y me dió una sonrisa— Papá regresará pronto Misaki—.

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Ha pasado un mes y hoy es el primer día en que me llevarán de paseo, en este tiempo la relación de mis "padres" ha empeorado, ya no son sólo gritos y la prueba de ello está en el bonito moretón que tiene Hotaru en la mejilla, nunca entenderé porque sigue con él si es por mí alguien debería decirle que es mejor no tener padre en casa que estar viendo esa violencia todos los días y todo el día, a mí me trata muy bien pero a ella la trata como a su peor enemiga.

— Vamos Misaki es hora de que salgamos de este encierro— lo dijo tan lastimero y limpiándose una lágrima.

Lo único bueno del lugar dónde vivo es lo céntrico que es, de inmediato me puse a curiosear mis alrededores para ubicarme en qué punto de la historia me encuentro, ahora que lo pienso no se ni en qué mes estoy ni cuando nací, demonios esto si que es deprimente.

— Oh Hotaru hace mucho que no te veía ¿Esa es tu hija? Pero si está preciosa se parece toda a Haruka— veo a la señora que nos corto el paso y hasta mi lugar me llegó el veneno que soltó, no creo que sea una buena persona.

— Buenos días Ruka, si es Misaki— acto seguido intento tapar con su pelo el moretón y bajo un poco la cabeza, la señora bufó y le lanzó una mirada despectiva ¿Y a esta que le pasa?.

— Deberías estar agradecida de que Haruka se fijará en tí una kunoichi de bajo nivel, ¿estás consciente del linaje que él tiene? Un Senju ni más ni menos, de ese clan provenían los primeros dos Hokages que además fueron maestros del Sandaime, pero claro cómo ya está el Yondaime a ti no te importa todo el peso que debe cargar tu esposo, que desconsiderada— la mujer se alejó indignada, no puedo creer que existan personas tan desagradables, Hotaru bajo aún más la cabeza y seguimos nuestro camino, venenosa venenosa pero al menos me dió la información que necesitaba.
       
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Me va a dar algo, en este momento estoy siendo cargada por Itachi Uchiha, Nati seguramente me mataría ella adora a Itachi, tanto que no me sorprendería que tuviera un altar dedicado a él.

En el transcurso de mi paseo nos encontramos a Mikoto que está a un mes de dar a luz a su emo vengador, al parecer es amiga o al menos conocida de Hotaru porque han estado hablando durante un rato.

— Vamos Misaki se nos ha hecho un poco tarde, adiós Mikoto si puedo te visitaré cuando estés en el hospital, un gusto conocerte Itachi— el susodicho me soltó y me sonrió como despedida, es tan bonito que no pude evitar sonreír en respuesta si sólo fuera un poco mayor le tomaría una foto, estoy segura de que Nati mataría por ella... Oh Nati ¿En dónde estás?.
                  
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No puedo dormir, sé que está noche Kushina dará a luz, Haruka y Hotaru no serán el mejor matrimonio pero no quiero que ninguno de los dos salga lastimado a decir verdad no quiero que nadie salga lastimado, hoy acabo de cumplir cuatro meses todavía soy incapaz de cuidar de mi, mis pensamientos se ven interrumpidos cuando siento el leve temblor de inmediato me pongo a llorar lo más fuerte que puedo para que ellos despierten y se pongan a salvo, Hotaru es la primera en venir.

— No puede ser...— veo a Haruka blanco y sé que ha visto a Kurama desde la ventana— Toma lo escencial y ponte a salvo con la niña yo iré después— el mutuo acuerdo de ambos hace que reaccionen con rapidez y en minutos Hotaru está corriendo conmigo en brazos hacia un refugio.
          
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El Yondaime está muerto, es lo primero que escuché ese día inesperadamente me quedé dormida en cuanto estuvimos seguras, al poco tiempo de esa noticia a Hotaru le informaron de la muerte de su esposo mientras ayudaba y defendía a civiles, ese día la tristeza envolvía a la aldea.