No Soy Un Omega

¿Le Gustó?

Hace tres días que deje esa carta en el auto del alfa idiota, no lo he visto y no quiero admitirlo, pero estoy dividido en tres partes: una muy, MUY pequeña parte de mi ser se siente triste por eso, otra muy MUY pequeña lo extra, otra gran parte está molesta con el. Sentimientos contradictorios otra vez. Pero no pienso buscarlo, seguro ni le importo el hecho que haya "ensuciado" su auto con mis manos. Suspiro. Es gracioso que piense esto cuando tengo un examen frente a mis ojos, con menos de la mitad de las preguntas respondidas y seguro esas pocas están mal. No soy específicamente buen estudiante. Miró la hora. Estoy jodido.

Salgo con Suga, lo trato de convencer que la mejor manera de aprobar es descansando un poco y llendo a comer algo. No me está funcionando.

—Esa técnica. ¿Te ha servido? – pregunta desconfiado –

—No, pero no me complicó. ¡Tenemos un futuro brillante! ¡Mira! – Hago un arco con mi mano señalando al cielo.–

—Jinyoung. – Ese aroma, esa voz–

—¿Que haces aquí? – el dolor que sentía en una pequeña parte de mi se se ha ido. –

—¿El es tu amigo? Invitarlo a comer ¿Si? Adiós Jinyoung. – Suga intenta irse pero agarro el bolso. Simultáneamente Jaebum agarra mi brazo y hace que suelte a mi amigo. Lo volteo a ver. –

—¿Que quieres? – Pregunto de mala gana. –

—No has comido, yo tampoco, te invito y hablamos. – Tan directo. –

—¡Yo no quiero ir a ningún sitio!

—¿Miedo? – si tanto que quiero golpearte otra vez. –

—¡No tengo miedo! Y suéltame. – tiré de mi brazo bruscamente. –

—¿Por qué te disculpas te? – es tan cambiante, me marea. –

—Una disculpa es una disculpa, sentí que hice mal, y ya está.

—Si te dijera que todo lo que te conté es verdad, ¿Me creerías? – ¿Que con estas preguntas? –

—Me estás confundiendo, ¿Es verdad o no? Y sí, lo haría. Yo creo en todo lo que me comentan, si me cuentas algo pensaré que es verdad, eso es lo que dicen mis amigos. Así que no me mientas por favor, no me hagas perder mi tiempo. – Le explico rápido.-

—Vamos a comer. – Y sigue con lo mismo. –

—¡No! No quiero ir a ningún lado contigo.

—Iras...o – se me acerca peligrosamente. —¿Quieres que toda la facultad sepa que tu apodó es Peach? – susurra en mi oído y yo me siento perdido en su aroma. Se aleja y me mira. –

—Jaebum. – le llamo ceñudo, siempre intentando controlarme. –

—Eres tierno. – Pones su mano en mi mentón. —Tiernamente estúpido. – la baja a mi hombro, lo aprieta un poco y empieza a caminar.

—¡Hey!. ¿Eso fue un halago o un insulto? – le gritó y lo sigo.

Paramos frente a la puerta de una cafetería, aunque niego a comer con el su aroma entra demasiado fuerte en mí, podría perder el control y a mí me encanta tenerlo.

—No quiero comer contigo. – repito firme. –

—Dijiste que te debía una disculpa así que...

—¿No me estás mintiendo? – con este hombre debí ir con pies de plomo. –

—De verdad quiero disculparme contigo con un almuerzo.

—¿Que necesidad tendrá de disculparte con una persona como yo?

Solo me mira.

—¿No me mentiras? – necesito asegurarme –