04. Uɴ ʜᴇʟᴀᴅᴏ?

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Alisha Evans

Después de tres horas pasar con las chicas fue mejor de lo que me imaginaba, habían pasado tres horas sin comer, sin tomar agua, sin celulares. Parecíamos prisioneras, o bueno eso es lo que éramos.

—Tengo hambre, después de esto voy por un helado, ¿quién se apunta?—pregunte.

—No quiero llegar a mi casa y escuchar a Harley hablar de sus dramas, ni de Eric, ni sus uñas, me apunto—Dijo Lluvia.

Astrid se levantó del suelo, donde pasamos la mayor parte del tiempo.

—Pues me apuntaría, pero ya ven —señaló su camisa con unas gotas de sangre seca—y no tengo más camisetas y tampoco quiero ser el objeto de burlas de las personas.

Miramos a Madison que estaba tirada en el suelo como un muerto.

—Si, ya, lo siento, no sabia que tu nariz es delicada con esas cosas —la seguimos mirando, esperando que se apunte para ir por los helados. —¿Qué? Todavía me caen mal. No me gusta lo dulce, una hamburguesa estaría bien.

La puerta se abrió y por ella pasó el profesor Agapito con la caja de cartón donde estaban nuestros celulares.

—Cojan sus pertenencias, ya pueden irse.

—Bien, vamos. —me levanté del piso muy animada y feliz—Tengo un abrigo negro en mi casillero, servirá de algo.

Todas agarramos nuestras cosas y salimos del salón de detención como gallinas despavoridas.

—¿Quién es Harley? Han pasado tres horas y nadie me dice quién es Harley.

—Harley es la hermana—

—Hermanastra —me interrumpió Lluvia.

—Hermanastra de Lluvia, es una chica ya sabes... superficial—terminé de decir.

—Si, es completamente manipuladora, siempre que puede me hace castigar por mi mamá. Mi mamá le da todo lo que ella quiere—Lluvia parecía que en cualquier momento iba a explotar por hablar tanto de su hermanastra.

—Casi todo, no es que sea chismosa o algo por el estilo, pero escuché a mis chicas en el último partido en el que jugamos—dije mientras ponía la clave de mi casillero—que Harley se muere por Eric cosa que es algo que todos saben, pero que él no le da ni la hora y que ha sido ignorada muchas veces.

Astrid entendió todo lo que le dijimos o casi.

—Vaya, parece de telenovelas—dijo.
Le di mi abrigo negro y se lo puso.

—Eric es todo un rompecorazones sin saberlo—dijo madison sonriendo con maldad.

—¿ Y quién es Eric? Es el mismo con el que me senté en clases?—preguntó confundida.

—Si, el mismo que viste y calza...él es muy diferente a los otros chicos, no habla con nadie, nunca sabemos qué hace en los descansos, se desaparece de la nada y lo más importante y creo que por eso le gusta a Harley—explicaba Lluvia.

—Su abuela es la directora—dijimos Madison y yo al mismo tiempo.

—Ya veo, diferente en todos los sentidos... o simplemente él es el normal y ella la desquiciada por no tener su amor... tendré que lavar ese pañuelo muy bien, no vaya a ser que me asesine por devolvérselo con una manchita—comentó divertida.

—Sea lo que sea, es un caballero—dijo Lluvia, encantada.

Madison fingió tener náuseas y después olvidamos un poco el tema.

Llegamos al estacionamiento y todas nos subimos al carro de Madison, porque es la única que tiene.
Astrid y yo fuimos a los asientos traseros, Madison y Lluvia iban adelante.

Un novio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora