Razón uno.

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1. Eres lindo

 Esto suena estúpido, yo lo sé. Debes leerlo y pensar que ya estoy bromeando, que es un chiste y tal vez no quieras seguir leyendo más. Pero déjame explicarte.

 En el colegio primario siempre fuimos los mismos, mis mismos amigos, con los mismos compañeros y sin mucho interesante para contar. Las mismas personas de siempre sin algo nuevo, sin alguien nuevo.

 Al pasar a secundaria creímos que seguiría igual. Sabíamos que eramos un mal grupo por ser muy ruidosos, por cansar más de lo debido a los maestros y por ir al camino contrario a lo que los directivos creían. Pensábamos que nadie más entraría para no hacer que el "desastre" de lo que eramos se volviera más grande.

 Y aún así, el primer lluvioso y asqueroso día de inicio de clases, llegaste con esa mochila Nike vieja, el uniforme azul y una sonrisa confiada. Entraste como si ya conocieras a toda la clase y confiado de ti mismo.

 Luego de presentarte con tu nombre y explicarnos que tus padres eran coreanos, te sentaste frente a mí en el banco vacío. Y en ese momento, en el momento en el cual te giraste para darme la mano y volver a presentarte...

 Sentí morir.

 Tus ojos eran extraños, una clara mezcla de Australia con algo de Corea. Tu nariz era pequeña y estaba repleta de hermosas pecas como lo tierna de tus mejillas. Tu cabello era negro y se encontraba bien arreglado. 

 Nunca había visto a nadie como tu, nunca vi a nadie como te vi a ti y nunca me importó nadie como tu lo hiciste en ese momento.

 Fue extraño porque tan solo tenía 12 años y aún así recuerdo como mis mejillas ardían al ver tu mano aún extendida hacia mi para que la tomara como saludo.

 Ahora tengo 17, y sigo pensado exactamente lo mismo que en todos los párrafos anteriores.

 Puedo relatarte más ocasiones donde me hiciste vibrar el corazón por lo guapo que te veías, pero creo que este libro sería más largo que la Biblia y ninguno de los dos desea eso.

 Cabe destacar ese día, a nuestros 14 años, donde usaste una chaqueta de cuero que te quedaba perfecta. Todas las chicas en la celebración del cumpleaños de Alex (no sé si lo recuerdas, ese chico de cabellos negros que se cambió de colegio ese mismo año) no dejan de hablar de cómo te veías.

 A los 15 años, cuando teñiste tu cabello de rubio y te quedaba mejor que a cualquier artista. Te veías tan guapo luciendo tu nuevo ¿look? que a nadie se le escapó mirarte por los pasillos.

 O a tus 16 casi 17 años cuando te pintaste (nuevamente) el cabello de color zanahoria y lucías mejor aún que la vez anterior. Como si eso hubiera sido un imán de chicas. Incluso fue peor, porque estabas más alto, más maduro y guapo de lo usual. En ese momento la mayoría tenía un crush por ti. No me sorprendí cuando tuviste tu primera novia ese mismo año.

 Como sea.

 Siempre luciste lindo ante mis ojos. Con el color de cabello que tuvieras, con la altura que sea y con la ropa que usaras. Siempre me gustaste así, como tu eres.

 Siempre lo fuiste desde que te conocí. Siempre fuiste lindo.


-BELLE

10 reasons to love you || Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora