Final.

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Narrador: Belle.

  Llegué al colegio con el diario rojo repleto de las palabras que había escrito dentro de mi mochila.

Cuando entré por la puerta principal ya estaba llegando tarde (como casi siempre) y mi uniforme no estaba arreglado como el reglamento decía. Pero hoy me había levantado más distraída de lo usual, lo único que lograba pensar era en cómo entregar lo que tenía tantas ganas de, básicamente, no entregar.

Entré a la misma aula de siempre, sigo pensando en cómo no hemos cambiado en estos 5 años por otra de las 40 que hay en el colegio. Aún así, allí ya estaban todos, hasta la profesora.

-Señorita Belle -dijo la maestra, como si ya estuviera reclamandome la llegada. Ridículo, creo que es la primera vez que ella llega temprano- ¿Excusa?

Negué con la cabeza y mi expresión neutral de siempre. No me importaba darle una excusa y mucho menos a la profesora de Física que tan mal me cae. Y, ya que estamos, tampoco tenía una razón para llegar tarde.

-¿Piensa pasar o quedarse en la puerta? -preguntó nuevamente, llamando mi atención y la de la mitad de la clase.

Le dí una mala mirada y solo entré. Usualmente le sonreiría falsamente para que no me diga más nada, pero nadie puede tener una buena actitud a las 7:30 de la mañana.

Caminé con mi mano sosteniendo una liga de mi mochila que se encontraba en mi hombro. No hubiera tenido problema alguno en llegar a mi lugar si la mirada de Felix no me hubiese atrapado en el camino.

El de cabellos zanahorias me daba esa mirada tan dulce de "buenos días" como usualmente, con una leve sonrisa en conjunto que logró ponerme más nerviosa de lo usual. Solo con el simple hecho de volver a pensar en que hoy voy a entregarle el diario el estómago se me revulve.

Me senté en dónde debía, siempre el mismo, atrás de Felix. Me giré para dejar la mochila colgada en el respaldo de la silla, y cuando volví al frente, él me estaba mirando.

-Buenos días, Belly -dijo Felix con una leve sonrisa. Al parecer, no le importaba que la profesora ya había empezado a explicar los ejercicios que estaban en el pizzarón.- ¿Dormiste bien?

¿Dije que nadie puede tener buena actitud a las 7:30 de la mañana? Bueno, claramente me arrepiento. Felix es el tipo de muchacho que puede levantárse con buen humor incluso a las 5 de la mañana con 1 hora de sueño.

-Algo así, ¿cómo estás tú? -pregunté.

Realmente espero no sonar muy enamorada cuando le hablo, porque incluso yo siento que mi forma de hablar cambia cuando se trata de él. Creo que mi sentido del humor, y mis propios malos humores, cambian cuando estoy con él.

-Mejor ahora -respondió sin sacar su sonrisa.

Mi corazón brincaba, y no sabía la razón correcta. Esperaba que ese comentario sea para mí. No lo sé, mis esperanzas volaban y ya me imaginaba media historia de telenovela.

-¿Por qué? -pregunté sonriendo ampliamente. Estaba que me caía de espaldas.

-Porque es el último día de clases, Belle -respondió obvio.

Me sentí media tonta en ese momento, pero le seguí sonriendo para disimular todo lo que había pensado antiguamente. Por suete he preguntado.

Le hice una seña para que se girara a mirar a la pizarra porque ya no tenía más nada que decir. Tampoco quería.

En el momento en que Felix se giró, yo caí en cuenta que realmente era el último día de clases y que era una de mis últimas posibilidades de darle el diario o moriría dentro de mi mochila. Ahora, más profundamente, creo que me pasaré todo el día pensando en ello.

__________

  El último recreo se hizo presente, quedaba solo un módulo para que el día terminara y por fín ser libre de muchas cosas.

Todos mis amigos y yo estabamos riendo por la anécdotas de Chris que habían pasado en su fín de semana, en parte ya no me sentía tan nerviosa, ellos me habían distraído lo suficiente.

-Belle, ¿me prestas tus apuntes de Derecho? -preguntó Lin, quien sabía que debía rendir esa materia en las vacaciones ya que no llegaba a la calificación de 6 en la libreta de notas- ¿Puedo sacarlas ahora? Luego voy a olvidarme.

-Seguro, están en mi mochila, puedes sacarlas -le respondí con una leve sonrisa. Estaba más que segura que luego debía explicarselas porque mi letra no es la mejor.

Ella se levantó junto a James para buscar lo dicho mientras el resto de nosotros seguía con la conversación anterior.

-¿Harás algo en las vacaciones, Felix? -preguntó Taylor al nombrado, cosa que logró una mala cara de mi parte.

__________

  El último modulo había terminado. El día había terminado.

Mis manos estaban sudando al punto que parecía que había jugado un partido de 3 horas seguidas sola, y mi corazón latía más fuerte que en los largos  entrenamientos.

Sabía que era ahora o nunca, y sabía que debía hacerlo antes de que Felix se vaya a su hogar. Estoy más que segura que no lo hará sin antes darme un abrazo de despedida, lo usual. Aún así, ahora o ahora.

Agarré mi mochila del banco, yo ya me encontraba de pie, y de allí empecé a buscar mi diario de adentro mientras miraba sin parar la espalda de Felix que se encontraba delante mío.

En un momento, mi sentido del tácto no siente la tapa dura del diario y un sentido de alerta me atrapa.

Miré dentro con los ojos más amplios que platos, sentía que iba a morirme, realmente iba a morirme. Estaba a punto de desmayarme en esos momentos cuando Felix se giró a mirarme para irnos.

¿Dónde estaba mi diario?

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10 reasons to love you || Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora