Final II.

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Narrador: Belle.

Observé a Felix con la misma mirada que tenía al no encontrar el diario. Estaba a punto de golpear a quién sea si alguien se lo había llevado y se lo había entregado a él al tener su nombre en la primera página.

Sin embargo, tenía la misma expresión de siempre. No tenía una emoción o algo de que había recibido algo, y si así fuera, supongo que me diría.

-¿Qué tienes? -me preguntó con algo de preocupación, pues dejó de sonreír- ¿Ocurre algo?

-Perdí algo -le respondí. Yo ya debía estar más pálida que papel, el color blanco era yo misma- Algo muy importante.

-¿Muy importante? -insistió él. Sabía que estaba preocupándose y a la vez curioseando. Lo conocía- ¿Quiéres que lo busquemos? ¿Qué era?

No sabía qué decirle. Si buscarlo o no, si buscarlo con él o no. Si largarme a llorar, si hacer algo de drama, si preocuparme yo. No tenía idea de qué hacer ahora, estaba casi en un estado de shock.

-¿Lin se fue? -pregunté a Felix mientras seguía mirando el interior de mi mochila como si apareciera mágicamente allí dentro.

-Si -respondió sin más- Hace unos pocos minutos, se despidió de nosotros.

Debí estar tan fuera de mi pensamiento que siquiera la escuché, siquiera le había prestado atención a alguien en toda la hora. Estaba presente en el aula, pero supongo que no del todo.

Salí corriendo de allí, dejándo la mochila allí mismo, esperaba alcanzarla mientras mis piernas se movían más rápido que si huyera de alguien que intentaba robarme.

Recordaba que ella buscó mis apuntes anteriormente, y también sabía que era capáz de llevarselo porque su curiosidad es peor que la de cualquier persona. A la vez, estaba con James que es peor que cualquiera.

Si fueron ellos, los golpearé tanto que sus nietos se acordarán de tal paliza. O les diré algo. No sé, no sé lo que haré. Ya dejé de pensar otra vez.

Conocía el camino a la casa de Lin, había ido tantas veces que ya sabía hasta la cantidad de cuadras desde mi casa hasta allí y/o desde la escuela. Y mis piernas no iban a parar por más de que sean 30 cuadras corriendo al rayo del sol.

Como no la encontré en el camino, suponía que ya había llegado a su casa. Solo eran 6 calles desde el colegio, pero no sabía que ella caminaba tan rápido.

Toqué a la puerta desesperadamente, no me importaba si me atendían sus hermanos o su madre. Aún así, ella abrió.

-¿Sacaste mi diario? -le pregunté agitada, con el sudor corriendo de mi frente- Prefiero que me digas que lo hiciste, Lin.

-Si, hola linda -me respondió- Y no tengo idea de qué diario me estás hablando.

-Vamos, Lin -ya quería llorar, tenía ganas. Pero no lloro delante de la gente- Es un diario color rojo, de tapa dura como si fuera antiguo, y tiene un tamaño promedio.

-No es por molestarte Belle, pero realmente no sé de lo que me hablas -dijo saliendo de su casa y llegando a mi lado- ¿Perdiste eso? ¿Qué tenía? No sabía que tenías un diario.

-¿No sabes si James lo agarró?

-Si preguntas en cuando saqué tus apuntes, pues allí no había nada. Solo hojas desordenadas y un paquete de galletas dulces sin nada -respondió- ¿Quiéres que te ayude a buscarlo?

-No, gracias Lin -limpié la gota de sudor que caía de mi frente. Ahora debía volver al colegio- ¿Te llamo luego?

-Seguro -dijo con una sonrisa- Me avisas si lo encuentras o si quieres que te ayude a buscarlo.

10 reasons to love you || Lee FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora