10 reasons to love you || Lee Felix

Flashback.

"Lo que queda de la tarde"

 El indiscutible grupo llevaba planeando la fiesta en la casa de Chris hace ya un largo tiempo, posiblemente hace unas dos semanas y varios días más. Querían celebrar que el verano y las vacaciones se acercaban, por más que aún faltara un mes para dichas fechas. Más bien, solo querían hacer una fiesta y ya.

Taylor y Lin discutieron por días por quién llevaría un vestido rojo, no el mismo vestido claro está, pero ninguna de ambas quería ir con el mismo color de la otra.

-Creo que yo debería ir de vestido rojo -decía por enésima vez Lin- Tú tienes otros colores de vestidos.

-¿Cómo sabes eso? -preguntó la rubia. No es una persona de ponerse de mal humor, pero ya estaba en camino. -Y por más que así fuera, quiero ir yo de vestido rojo.

-¿Quieren callarse un rato? Dios -decía Tom acomodando su cabello rubio y sus anteojos. Tom no era un chico de muchas palabras, pero las tonterías lo irritaban demasiado- Que importa de qué color van.

Belle y Felix (quienes venían caminando por el pasillo al lado de los demás) rieron al unisono y negaron a la vez como si estuviesen conectados.

-¿Quién crees que debería ir rojo, Belle? -preguntó Lin.

-A mi no me metan -respondió ella- Yo no me hago responsable de sus cosas.

-¿Qué usarás? -preguntó Taylor a Belle, sonriendole amigable- Recuerdo que tenías un conjunto blanco muy bello.

-No iré -respondió mirando al frente.

Todos, incluyendo Felix a su lado, largaron un "¿¡Qué!?" sincronizado que logró asustarla un poco. Frenaron en la mitad del pasillo y envolvieron a Belle en una ronda.

-¿Cómo que no vas? -preguntó Chris. Él había comprado específicamente bebidas sin tanto alcohol para ella.

-No soy de fiestas y lo saben, no pueden decirme que no.

Belle se abrió paso entre su mismo grupo y caminó hasta el patio al aire libre que estaba a pocos pasos. Escuchaba a sus amigos quejándose atrás, pero decidía ignorarlos para no tener que dar más explicaciones.

Se sentó en el suelo y esperó hasta que los demás lo hicieran también. Tenían toda una hora libre debido a la falta del profesor de Química, por lo que tendría más de una hora para hablar tranquilos.

-Sabemos eso, aún así deberías ir -decía James mientras se sentaba al lado de la muchacha- Nos ayudaste a planearla.

-No soy tan importante como para que estén rogando por mi presencia -rió Belle, tirándole una pequeña piedrita que se encontraba cerca a Chris sentado en frente suyo- No exageren.

-Danos una buena razón por la cual no irás -agregó Felix. Él tampoco tenía muchas ganas de asistir que digamos, pero lo haría por sus amigos.

-Les contaré una historia -comenzó Belle- Una vez, fui a una fiesta con mis primos mayores porque me invitaron. Cuando estaba allí, en promedio de las 4 de la mañana, había perdido a mis primos y había un chica que jamás había visto anteriormente que quería golpearme.

-¿Por qué quería golpearte? -preguntó James antes de que lograra acabar de hablar.

-Déjala terminar -lo golpeó Taylor, haciendo que este se calle.

-Quería golpearme porque, según ella, le quería robar a su novio.

-¿¡Querías robarle su novio!? -preguntó Chris asustado, levantando la voz.

-¡No, tonto! Siquiera sabía quién era su novio -rió Belle- Ella estaba borracha, y por lo que me dijeron mis primos cuando logré encontrarlos, su novio siquiera estaba en la fiesta.

Los presentes rieron ante eso, se imaginaban a una chica borracha con ganas de golpear a Belle, quién no mataría ni a una mosca por más de que se vea intimidante.

Todos quedaron hablando de esa cómica anécdota por un tiempo más, hasta que todos asimilaron que ella no iría a la fiesta y siguieron hablando tranquilamente de otro tema que salió luego.

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Belle se sentó en la vereda de su casa, no quería estar dentro de ella por varias razones y a la vez quería sentarse fuera debido a la brisa.

El viento leve corría golpeando su cara, algunos de sus cabellos despeinados volaban mientras miraba al sol esconderse.

Estiró sus piernas a la calle y cerró los ojos, sintiendo con mayor intensidad la tranquilidad que se apoderaba del lugar y de ella misma.

De repente, siente algo a su lado, como si una mano tocara la suya, y abre los ojos asustada. Allí se encontraba Felix, sentándose en la misma posición en la cual ella se encontraba.

-¿Qué haces? -preguntó Belle, mirando a Felix- ¿No se supone que deberías ir a la fiesta? ¿O algo así?

-Si, hola -respondió con una tonalidad de gracia- No iré. -dijo sin más.

-¿Por qué? Ya está por comenzar.

-Belle, recordé lo que dijiste y me dí cuenta que tampoco me gustan mucho las fiestas. Entonces decidí pasar lo que queda de la tarde contigo -ignoró por completo lo que ella le había preguntado antiguamente.

Ella lo miró extrañado, pero él le sonreía como si lo que dijo fuera la mejor decisión que haya tomado en su vida.

No haría más preguntas hacia el pelirojo, se veía tan concentrado cuando volvió su vista a la calle que sabía que por más de que siguiera insistiendo él no cambiaría de opinión.

Solo quedó con una sonrisa en su rostro, sintiendo aún la brisa en su cara y esperando a que se vuelva más oscuro para entrar a mirar una películas o algo así.