Eran las 13:01 cuando salí por las puertas del ascensor y entre a la enorme recepción, tal y como decía en la nota a las 13:00 en punto Damián estaría ahí esperándome, sentado en el mismo lugar de ayer, un vistazo a su alrededor me confirmo que seríamos solamente él y yo, sin Artemis, sin Srta. Williams y de pronto aquello de produjo nervios.
Tenía pensado dar la vuelta e irme de aquel lugar, pero para cuando me iba a decidir, Patner ya se encontraba de pie y caminando hacia mí.
- Buenas tardes Srta. Jones- saluda con aquella profunda y refinada voz.
- Buenas tardes- saludo de vuelta- Puede llamarme Venus sr. Patner- la verdad ser llamada por mi apellido seguidas veces me hacía sentir en la preparatoria.
- En ese caso usted puede llamarme Damián - dice, asiento y extendiendo su brazo me señala el camino hacia las puertas principales de la torre.
Ambos caminamos en silencio, uno al lado del otro, esta vez iba vestido con un traje gris plomo, a diferencia del traje negro de ayer, echo completamente a la medida le sentaba muchísimo mejor, una sombra oscurecía toda su mandíbula, mostrando que estaba comenzando a crecerle la barba, le daba un aspecto más maduro, más serio y fuerte, más sexy. Sacudo mi cabeza para alejar aquellos pensamientos de mí, contrólate Venus.
El mismo auto negro de ayer estaba parado a unos pocos metros de nosotros, Damián adelanta su paso y abre la puerta para mí.
- Después de usted- dice con elegancia, sonrío levemente y entro al auto. Por dentro era el doble de lujoso, los asientos eran de cuero suave y a un lado tenía un pequeño bar con unos cuantos vasos y copas y una botella de Vino acompañada de una de Whisky. Entre los asientos del conductor y los traseros donde ahora nos encontrábamos Damián y yo sentados los dividía un grueso vidrio oscuro con el logo tipo de la editorial.
- ¿Desde hace cuánto trabaja para la editorial Venus? - pregunta, el auto comienza a moverse y mi atención cae en el hombre a mi lado el cual me mira esperando una respuesta.
- Estoy fija desde hace poco menos de un mes- dije- antes trabajaba como pasante por casi 8 meses.
- ¿Y qué te hizo optar por quedarte definitivo en la empresa?
- El ambiente me gustó mucho, tuve la oportunidad de trabajar con varias personas en el departamento de impresión donde se encuentra Artemis y cuando entre al departamento de traducción y letra puedo decir que me enamore a primera vista- reí ante aquella confesión- creo que eso fue lo que hizo querer tener un puesto fijo como empleada.
- ¿Y te gusta el puesto que te han dado? ¿Que tal te llevas con la Srta. Jalson? - genial!! es la mejor jefa de todas, pensé.
- Pues me siento contenta y orgullosa del puesto que me han dado, sabiendo por todo lo que pase para llegar hasta donde estoy ahora pues, es algo que me hace enormemente feliz- digo, dando por cerrado el tema.
- ¿Y la Srta. Jalson? - insiste levantando una ceja, vamos Venus, que es su trabajo saber cómo se sienten sus empleados, respire profundo y continué con la respuesta.
- La Srta. Jalson y yo digamos que tenemos nuestras diferencia- dije- es muy buena en su trabajo como encargada del departamento de traducción y letras- mentí, fingiendo una sonrisa- pero nuestra amistad es casi inexistente- dije- solo lo profesional- agregue.
Por unos segundos pensé que lo había arruinado todo al confesar la poca amistad que tenía con mi jefa cuando pasaron los segundos y Damián no respondía.
- Ella me había hablado de usted en alguna ocasión- sorprendida por lo que escuchaba lo mire- sabía que la hermana menor de Artemis Jones había tomado aquel puesto el cual se la Srta. Jalson dijo que era desastrosa- después de unos segundos me miro- no entiendo porque su comentario, he revisado su trabajo y es uno de los mejores en ese departamento- dijo, aquello sí que me sorprendía, ¿Elizabeth le había hablado de mí? ¿Y le había dicho que yo era un desastre? - de hecho usted acaba de referirse a ella muy amablemente en comparación a como ella la describió a usted- ríe.
El sonido de su risa me desconecto por unos segundos, aquel sonido ronco me empujo y me volvió a jalar hasta quedar en el mismo sitio, parpadeé varias veces y sacudí mi cabeza para centrarme.
- Bueno... No soy quien para hablar mal de una persona- dije levantando los hombros, sus ojos quedaron clavados en mí, y el azul profundo de ellos era hipnotizador, sentí que pasaron años cuando una voz en los altavoces sonó llamando nuestra atención.
- Sr. Patner, hemos llegado- de pronto me di cuenta que el auto había dejado de moverse hace varios minutos y que ninguno de los dos se había movido de su lugar. Damián bajo del auto, manteniendo la puerta abierta para mí, cuando bajamos entramos a un lujoso restaurante, con una vista hermosa de todo el lago Hudson, llegamos a recepción y entregamos nuestros chalecos.
- Reserva para dos, Damián Patner- la chica, que no dejaba de babear por el hombre frente a ella chequeo rápidamente la lista en sus manos, su mirada subió de las hojas y esta vez se posaron en mí.
- Sr y Sra. Patner, un gusto, vengan por acá- Sra. Pat.. ¿¡que!? la mano de Damián se había posicionado en el centro de mi espalda, dirigiéndome hacia nuestra mesa, aquel contacto había sido la gota que derramo el vaso y mi cuerpo reacciono casi al instante poniendo completamente tenso.
Una vez sentados en nuestra mesa, un joven de más o menos mi edad se acercó a nosotros depositando unas copas y un vino, dejando una canasta con rodajas de pan en ajo como aperitivo y dos cartas del restaurante, una frente a cada uno. Cuando la abrí, di gracias a dios de que estuviera tapando mi cara, casi se me salen los ojos al ver los precios, ¿un vaso de agua con hielo 40 dólares? Joder, ¿pero acaso era el agua que había tomado Jesucristo?
- Háblame de ti Venus- dijo Damián, sin siquiera haber tocado la carta de pedidos frente a él.
- Mi vida no es muy interesante la verdad- dije, con la intensión de que no insistiera, pero en vano.
- Apuesto a que lo es- dijo curvando la comisura de sus labios ligeramente hacia arriba, me agradaba cuando hacia eso, lo hacía ver más.... amigable.
- Bueno, soy de Nashville Tennessee como ya sabrá por mi hermano- digo- nada relevante, hija menor, amante de la naturaleza, el aire puro. Tengo 23 años, me gradué hace poco de la universidad en Literatura, me encanta los libros de ficción y fantasía, la música y no soy claustrofóbica- con esto último ambos reímos.
- ¿Porque fantasía y ficción? - pregunta.
- ¿Porque no?- respondo- ya es aburrido el saber la verdadera realidad de este mundo, nacer, crecer, estudiar, trabajar, morir, resumo la vida en esos cuatro pasos- digo, tomando un pequeño sorbo del vino- es placentero abrir un libro, seleccionar una página al azar y dejar tu imaginación volar en lo no existente, en lo paralelo que puede ser la realidad, volar a un universo paralelo o a una dimensión de otros mundos, poder leer cada cosa y que sea tu imaginación la que cree su imagen, algo jamás antes visto. Con la realidad, ya sabes cómo es cada cosa- en ese momento la comida llega a la mesa y no recordaba haber ordenado algo, cuando miro en dirección a Damián este solo me mira con esa ligera sonrisa en sus labios.
- Fantasía y Ficción entonces- dice sin apartar su mirada de mí, asiento gustosa por su entendimiento, con una última mirada y sin decir ninguna palabra más, comenzamos a comer.
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Por favor, quédate (En corrección)
RomanceDos personas totalmente diferentes, una siempre lo tuvo todo, mientras que la otra lucho y trabajo fuerte para obtener lo poco que tiene, se conocen por accidente cuando quedan encerrados en el ascensor de la empresa. Lo que no saben es que serán la...