Capítulo 29

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Había terminado de bañarme y acomodar las cosas en mi maleta, no entiendo como es que al llegar todo me cupo sin ningún problema, incluso podía decir que me había sobrado uno que otro espacio, y ahora que había empacado para regresarme la ropa pareciera que se hubiera multiplicado, a duras penas, pude cerrar la maleta y cuando dije a duras es porque tuve que sentarme y saltar sobre ella para lograrlo.

La puerta sonó y casi corrí hacia ella. Damián estaba al otro lado, vestido con casual con unos jeans oscuros y una camisa gris, llevaba una chaqueta en una de sus manos.

- ¿Estas lista?- pregunta sonriendo.

- Lista- tomamos mi equipaje y bajamos por el elevador, cuando llegamos a recepción unos hombres tomaron mis maletas y las llevaron a la camioneta, fuera estaban Artemis, Pegie, Elizabeth y Dalha esperando. Pasamos por recepción para dejar las tarjetas de las habitaciones, una vez firmado algunos papeles por parte de Damián, este entrelazo sus dedos con los míos y caminamos fuera del hotel.

Mi hermano fue el primero en vernos y su mirada cayo en nuestras manos entrelazados mostrando una sonrisa.

- Tenias que perderte por unas horas para que este estúpido reaccionara ¿ah?- Damián lo mira con el ceño fruncido pero al final mi hermano y yo reímos, las siguientes en acercarse fueron Dalha y Pegie.

- Hasta que por fin!. exclamo Dalha.

- ¿Tu también?- pregunta Damián en tono molesto.

- Vamos hermanito, te habías tardado un poco ¿no crees?- Damián la mira expectante y con los ojos en blanco me jala para comenzar a caminar.

- Vamonos- dice caminando hacia donde Hank se encontraba de pie al lado de una de las camionetas, saludo a Hank con una sonrisa y le extiendo su chaleco.

- Gracias por el abrigo de anoche- le digo, Damián nos mira de manera extraña antes de voltear los ojos y entrar al auto.

- No se preocupe Srta. Venus, pero el sr, Patner casi me arranca la cabeza- bromea, ambos reímos y luego me subo al auto, consiguiendome con un ceñudo Damián.

- ¿Que ocurre?- pregunto.

- Parecen muy amigos ustedes ¿no?- no puedo creer que estuviera celandome de Hank, podría ser mi padre fácilmente!

- ¡Damián, podría ser mi padre!- me quejo, el parece no importarle, pongo mi manos sobre la suya y lo obligo a que me mire- no tienes porque estar celoso- le digo, dedicándole una sonrisa y aquello pareció funcionar un poco ya que su semblante se relajo, apenas.

- No estoy celoso- señala- solo no me gustan muchas risitas- apunta.

- Si estas celoso- tomo su rostro entre mis manos y esta vez soy yo quien estampa un beso en sus labios- no tienes de que preocuparte- sonrío contra sus labios, Damián me toma por el cuello y presiona sus labios contra lo míos, reaccionando los dos con una sonrisa.

El regreso a la ciudad paso mas rápido que cuando salimos de NY para Atlanta, tal vez porque la mayor parte del tiempo la pase conversando con Damián y besándonos, cuando llegamos a NY, ya se encontraban los autos en el aeropuerto, Damián y yo nos fuimos aparte en su auto luego de guardar el equipaje en el, fuimos a cenar y luego me llevo a mi departamento.

- Mañana pasare por ti temprano, necesito mostrarte algo- sonríe.

- Esta bien, estaré lista desde temprano- eran pasada las 22 de la noche y ya era hora de que nos separáramos, haber pasado la noche anterior con el y haber despertado a su lado sin duda alguna era de las mejores cosas que me había pasado en mucho tiempo, pero ya habíamos llegado a NY, el viaje había terminado y teníamos que volver a nuestros trabajos y a nuestro día a día, Damián me abraza y yo le respondo, apoyando mi cabeza en su pecho y poniéndome se puntillas para poder besarlo.

Por favor, quédate (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora