- Gracias por las flores, pero para la próxima con una nota bastaría- dije entrando por las puertas principales de la empresa, la verdad, el almuerzo no había ido ni tan mal.
- Creo que han valido la pena, me ha encantado almorzar con usted- con una vaga sonrisa bailando por sus labios inclino su cabeza en manera de despido- espero poderlo repetir pronto.
- Igualmente señor Patner- dije, dándose media vuelta y sin más, se marchó.
Camine hasta los ascensores, impaciente por que alguno bajara rápido pero inusualmente sonriente.
- Veo que la has pasado bien- la voz de Elizabeth llega a mis oídos y siento como se detiene a un costado.
- ¿Perdón, me hablas a mí? - digo.
- Pues ni modo que a la planta que está detrás, aunque sería muchísimo más útil que tu- ignorándola decido volver mi mirada al frente y por suerte las puertas de ascensor se abren, amabas entramos en él y el camino hacia la planta 12 la recorremos en total silencio que para mí era más que gustoso.
Ya era bastante con que tuviera que soportarla en mi horario de trabajo, pero aún me quedaban 10 minutos y mientras más lejos de ella, mejor. Cuando el ascensor se detiene y las puertas se abren, sonrío.
- Y si, la he pasado de maravillas- le doy mi mejor guiño y salgo con la frente en alto directo hacia mi escritorio, puedo oír como bufa, y veos como toma otro camino, llegando por la parte trasera de su oficina y entrando de un portazo, algunos miran en su dirección y otros me miran a mí con algo de sorpresa.
Cuando llego Pegie ya se encuentra en su lugar y al verme no duda en saltar encima de mí.
- Tenemos 9 minutos y pienso que es tiempo suficiente para que me lo cuentes todo- dice- y si no, entonces resúmelo- sonríe, aquello me hace reír, y mirando las flores en mi escritorio me permito escapar un leve suspiro.
- No fue tan mal- dije levantando los hombros- fue un almuerzo totalmente profesional.
- ¿De que hablaron? - pregunta.
- Pues ahora que lo pienso, más de mí que de el- y era verdad, en la mayor parte del tiempo solo hacia más que preguntarme acerca de mi vida y mis gustos- me pregunto qué pensaba de Elizabeth- al oír esto Pegie abrió los ojos como platos.
- ¿Que? ¿La Srta. Jalson? pero... ¿Porque? - pregunta confusa.
- Al parecer la querida Srta. Jalson le había comentado unas cuantas cosas sobre mí y no precisamente buenas- dije- decía que le costaba creer lo que le había comentado ella luego de investigar mi currículo, creo que deducía por sí mismo que no nos llevamos muy bien- termine levantando los hombros.
- ¿Crees que eso cambiara algo?
- No lo creo, el solo quería saber cómo era nuestra relación y aunque quise vomitar todo lo que pienso acerca de ella, me comporte muy profesional- sonreí con los labios sellados.
El tiempo se había acabado y ambas comenzamos la segunda jornada del día, Elizabeth me había (como cosa rara) sobre cargado de trabajo, y sentía que lo había hecho por mi contesta esta tarde en el elevador. Esta mujer me tenía la vida triste.
Hace 15 minutos que había terminado nuestra jornada de trabajo y yo aun seguía con la mitad de mi escritorio full de papeles. Despegue mi vista del ordenador y metiendo los dedos por debajo de mis anteojos para leer los apreté un poco, hice varias repeticiones de respiración y masajee mis cienes en círculos. Oigo unos pasos en el pasillo y cuando se detienen el sonido de carraspeo de una garganta me sobre salta.
El sr. Patner estaba de pie frente a mí, paseando la mirada entre los cientos de papeles que había en mi escritorio y en mí, mirando su reloj levanta una ceja.
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Por favor, quédate (En corrección)
عاطفيةDos personas totalmente diferentes, una siempre lo tuvo todo, mientras que la otra lucho y trabajo fuerte para obtener lo poco que tiene, se conocen por accidente cuando quedan encerrados en el ascensor de la empresa. Lo que no saben es que serán la...