El ascensor de detuvo en planta baja, abriendo sus puertas y mostrando una lujosa recepción, caminamos hasta el mostrador principal y firmamos nuestra salida, Artemis estaba cerca de las puertas principales, sentado relajadamente en uno de los muebles en la zona de espera, pero no fue el quien capto mi atención, si no la persona sentada frente a él, frente a mí. El hombre del ascensor, o debería de decir Damián Patner.
- Tu no digas nada- le dije a Pegie entre dientes al mismo tiempo que rodeaba su brazo y la jalaba hasta donde se encontraba mi hermano y el señor Patner sentados.
Coloque las manos en los hombros de mi hermano que se encontraba sentado de espalda a mí, me incline hacia un lado y deposite un beso en su mejilla.
- Hola idiota- salude, tratando de ignorar lo más posible al hombre que ahora tenía su mirada puesta en mí y se estaba levantando de la silla.
- Chiqui! - saluda este animado como siempre, poniéndose de pies, me tomo entre sus brazos y me apretó contra él.
- Me estás haciendo daño Artemis- le digo poniendo mis manos en su pecho e intentado separarme, cuando este por fin logra soltarme rio.
- Te presento a un amigo, podría decir que un hermano- dice tomándome de la cintura y obligándome a plantar cara ante aquellos ojos azules que ahora con luz podía ver que eran realmente penetrantes- Damián Patner, hermano, ella es mi hermana, Venus- nos presenta mi hermano con una sonrisa.
- Ya nos conocimos- anuncia el señor Patner lo cual hace sonrojarme un poco al recordar lo de esta mañana, que vergüenza, dios...- Ella es de quien te comenté que me había quedado encerrado en el ascensor- dice. Por unos segundos nuestras miradas se conectan y los nervios hacen mirar a cualquier otro sitio menos hacia él.
- Tengo que arreglar unos asuntos con Damián, iremos a cenar y quería, si no hay problema en que nos acompañes- dice mi hermano- luego te llevo a casa.
- De echo...- digo zafándome del agarre de Artemis- estoy con una amiga- digo tomando a Pegie del brazo la cual no termina de captar a quienes tiene enfrente- Pegie, ellos son Artemis mi hermano, y el señor Damian Patner- presento- ella es Pegie Mc'Kloffin- termino con la esperanza de que Artemis decida abandonar la idea de vaya con ellos a cenar.
Pegie parpadea varias veces y muestra su mejor sonrisa, estrechando las manos del señor Patner y de mi hermano.
- Un gusto conocerlos- dice sonriendo.
- El gusto es nuestro señorita Mc'Kloffin, estaríamos encantados de que también nos acompañara si gusta a esta cena- dice mi hermano sonriendo más de la cuenta, pero qué coño? Se supone que Pegie sería mi vía de escape, que diga que no, que diga que no, que diga que no, cruzo los dedos detrás de mi espalda.
- Encantada Sr. Jones- responde, dejo salir el aire que se encuentra en mis pulmones y dirijo una mala mirada hacia Pegie quien ni siquiera se da cuenta ya que no ha dejado de sonreírle a mi hermano.
- Es hora de irnos- anuncia el sr. Patner y noto como una mujer de mi misma edad o un año mayor que yo se levanta de la silla.
Usaba un elegante traje, con una falda de tubo que le llegaba hasta las rodillas, su cabello estaba recogido en un limpio y hermoso moño bajo, sus labios estaban pintados de un rojo intenso que hacia un perfecto contraste con el tono claro de su piel y sus ojos eran tan azules como el mismísimo cielo, entre sus brazos tenia algunas carpetas sujetas y de su hombro colgaba un bolso. Era realmente hermosa.
- Ella es mi asistente- dice el sr. Patner- la Srta. Amber Williams, también estará presente en esta reunión.
- Encantada Srta. Jones y Srta. Mc'Kloffin de conocerlas- sonríe, ambas le sonreímos de vuelta y los 5 procedemos a caminar hacia las puertas principales de la torre, una vez afuera un lujoso auto negro estaba aparcado y listo para irse, y detrás de ese, el deportivo negro de mi hermano. El sr. Patner y la Srta. Williams entraron en la parte trasera del lujoso auto negro, mientras que Pegie, Artemis y yo entrabamos al deportivo de mi hermano.
Unos minutos después nos encontrábamos en un lujoso restaurante, con un ambiente sofisticado y lleno de personas que desprendían superioridad, por la fachada de este pude saber que era uno sumamente costoso para el bolsillo de alguna alma mortal. Habíamos dejado nuestros abrigos en la entrada junto con una camarera que nos había indicado la corrección de la reserva del sitio.
Caminos hasta llegar a una de las mesas del fondo del restaurante, podia oler millones y millones de dólares en este sitio, tomando al fin asiento en la mesa quede posicionada entre Pegie y la Srta. Williams, mi hermano quedo a un lado de Pegie y el sr. Patner frente, sin perder el tiempo un mesonero trajo 5 copas a la mesa acompañado de un Vino tinto, sonreí para mis adentro porque al menos tomaría algo que me gustase porque a como pidieran Champagne iba a ir directo a la barra del restaurante por un vaso de agua.
En pocos minutos mi hermano y el sr. Patner comenzaron a hablar, por lo que se podía oír era acerca de los proveedores que estuvieron presente hoy en la reunión que hubo por la mañana, uno de ellos había dado una propuesta interesante el cual tendrían que expandir la editorial a mas ciudades vecinas lo cual era algo bueno para la empresa.
- Siento como a mi cuenta bancaria le está dando un infarto con los precios de aquí- susurra Pegie en mi oído lo cual me hace reír por lo bajo.
- Ya la mía está en pleno velorio- le comento, ambas reímos.
- El sr. Patner es mucho más apuesto en persona que por fotos- comenta Pegie y mirándola con sorpresa
- No me interesa- digo volviendo a mi semblante de seriedad.
- ¿Ni siquiera te pone nerviosa? Basta una mirada seria de aquel hombre y me hace llorar- aquel comentario me hace reír, llevo mi mano a mis labios para amortiguar el sonido, el sr. Patner me mira por unos segundos lo que hace borrar cualquier rastro de diversión que pudiera tener mi rostro, luego de unos segundos que se sintieron eternos, regreso su atención hacia mi hermano, por otro lado, la Srta. Williams tomaba nota de todo lo que ambos hombres frente a nosotras decían.
- Basta Pegie! - digo sonriendo- no puedes decir esa clase de comentarios en estos momentos, se profesional- digo sentándome completamente recta en la silla.
- Profesional seria arrancarle ese traje al jefazo, y tu hermano no se queda atrás- no puedo creer lo que estoy escuchando, Pegie no podía decir aquellas cosas en otro momento si no precisamente en este, trágame tierra, grite en mi mente. La mire con seriedad y ella solo levanto sus hombros como quitándole importancia al asunto, me guiña un ojo y ambas sonreímos.
- Y usted Srta. Jones? ¿Que opina de expandir nuestra empresa? - la voz del sr. Patner llega a mis oídos y siento como mis mejillas comienzan a sonrojarse, no me había dado cuenta del momento en que dejaron de hablar, y ahora aquellas tres personas tenían los ojos puesto en mí, mi hermano me miraba con un deje de diversión y trataba de oprimir la risa.
- Pienso que sería una grandiosa idea, expandir tan exitosa editorial daría la oportunidad de conocer y promover a mas autores, adquirir nuevas culturas y costumbres, quien sabe y al final termina expandiéndola fuera del país- dije, aquello pareció agradarles, la Srta. Williams tomaba nota de al parecer lo que había opinado, mi hermano me regalo un asentimiento de cabeza y el sr. Patner me miraba con la comisura de sus labios ligeramente elevada.
- Buen pensamiento- dijo.
Casi dos horas después habíamos terminado la cena, la cual había corrido por cuenta de Damián y Artemis me estaba dejando en la puerta de mi edificio.
- Gracias por acompañarme hermanita- dijo sonriendo y abrazándome.
- No hay que de Temis- dije correspondiéndole el abrazo- prometo mensajearte más seguido- dije tomando la manija de la puerta para bajar del auto.
- Te olvidas de mí, trata de no hacerlo- dice.
- Tu también tienes mi número de teléfono- dije apuntándolo, ambos reímos y luego de darle un beso en la mejilla baje del auto, camine hasta el portal de mi edificio y cuando entre, vi como el deportivo de Artemis se adentraba cada vez más en el trafico perdiéndolo de vista.
ESTÁS LEYENDO
Por favor, quédate (En corrección)
RomansaDos personas totalmente diferentes, una siempre lo tuvo todo, mientras que la otra lucho y trabajo fuerte para obtener lo poco que tiene, se conocen por accidente cuando quedan encerrados en el ascensor de la empresa. Lo que no saben es que serán la...