Capítulo 4

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Mi espalda dolía, pareciera que hubiera dormido en el suelo en vez de en mi cama, tenía que cambiar el colchón, pero con todo el desorden de la graduación hace unas semanas y el puesto fijo en la editorial a penas y tenía tiempo de llegar a mi casa a dormir.

Me senté en la orilla de la cama, estire mis brazos hasta el máximo limite, escuchando los huesos de mi espalda tronar y sintiendo un oleada de corriente recorriendo toda la zona, me dispuse a tomar una ducha, relajando mis músculos con el contacto del agua caliente sobre mi piel, una vez bañada, corrí hasta mi armario y decidí un traje azul rey que consistía en un pantalón, ajustándose a mis piernas hasta mis tobillos, una camisa suelta guardada bajo mis pantalones y un chaleco del mismo color que estos, decidí unos tacones blancos y un bolso a juego, recogí mi cabello en un moño alto y aplique un poco de maquillaje en mis maquillas y pestañas.

Una vez lista salí hacia la cocina y me dispuse a prepararme una ensalada de frutas, con tostada y huevos revueltos, una mezcla de todo la verdad, acompañado ese rico desayuno con un jugo de naranja. Cuando termine, deje todo limpio escurriéndose en el lava platos, tome mis cosas y salí de casa.

El trafico me había hecho llegar con unos 5 minutos de retraso y rece porque Elizabeth no lo notara. Para mi desgracia cuando se abrieron las puertas del ascensor en la planta numero 12 esta estaba frente a ellas, mirando el reloj en su muñeca dice.

- Llegas tarde.

- Lo siento había mucho tráfico y...

- No me interesa- me corta- para la próxima procura salir con mas anticipación, no tolero los retrasos- dice pasando por mi lado y entrando al ascensor. - Mas te vale no repetir esto- las puertas del ascensor se cierran y ella desaparece, varios empleados miraban hacia esta dirección, y algunos solo levantaban los hombros y sonreían, todos en este departamento sabíamos lo irritante que podría llegar a ser la Srta. Jalson y en su mayor parte, tratábamos de ignorarla.

Llegue hasta mi escritorio y en su lugar ya se encontraba Pegie...- creo que tienes una cita esta tarde- dice está sonriendo hacia mí y sosteniendo en sus manos unas flores y una tarjeta, la miro confusa y tomo las rosas y la nota con el ceño fruncido.

"Si me lo permite, me encantaría almorzar con usted esta tarde Srta. Jones. La espero en recepción a las 13:00, sea puntual.... Firma: Damián Patner"

¿Acaso he leido bien? Mi mirada regresa a Peige quien me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

- Creo que se ha equivocado- digo colocando las flores junto con la nota a un lado del escritorio y prendiendo el ordenador para comenzar el trabajo.

- Dice claramente Srta. Jones, ¿cuantas Jones hay en este departamento Venus? - dice Peige cruzándose de brazos frente mi escritorio.

- Sea lo que sea, tengo mucho trabajo que hacer- dije volviendo mi atención al ordenaron.

- Serás tocha- replica- iras a esa cita, estamos hablando del jefazo- dice bajando el tono de voz en las últimas palabras.

- No es una cita- digo sin mirarla- lo más seguro es que sea un almuerzo de negocios- digo.

- Tendrías que haber visto la cara de Elizabeth cuando el repartido llego con esto en sus manos- dijo captando de nuevo mi atención- pensó que eran para ellas y cuando el repartidor le pregunto si ella era la Srta. Jones su cara se puso de todos los colores poco humanos- reí imaginando aquello, sin duda alguna era primera vez que alguien en este departamento recibía algo que no era para ella, solo de imaginarla se me alegraba la semana entera.

- Puedo imaginarme su rostro- ambas reímos.

- ¿Iras? - pregunto curiosa Peige.

- Aun no lo sé, debo trabajar- dije volviendo mi atención a la pantalla.

- Tienes que ir Venus, te lo ordeno- dijo lo cual me hizo reír, decidí no responderle y sin despegar mi vista de la pantalla comencé mi trabajo.

Eran las 12:54, faltaban 6 minutos para las 13:00, había colocado las flores en un jarrón con agua, eran muy hermosas para dejarlas morir, me encontraba sentada en mi escritorio, hace 10 minutos había terminado de hacer mi trabajo, y no me había parado para que Pegie no notase que ya había terminado, estaba segura de que, si me movía, aunque sea un centímetro, Peg estaría obligándome a poner mi trasero ascensor abajo.

La verdad era que no sabía qué hacer, es decir, una cosa era una cena con mi hermano, Peg y su asistente, y otra muy diferente un almuerzo en donde sentía que seriamos él y yo nada más, eso me hacía poner un poco nerviosa. Faltaban 4 minutos para las 13:00 cuando Peg se paró a mi lado y me miro con mala cara.

- Mas te vale pararte ahora mismo y bajar hasta recepción, el sr. Patner ya debe estar bajando- dijo.

- Con más razones no debería ir, no tengo porque- dije.

- Vamos Venus, no seas tan egoísta contigo misma, ¿Que tan malo podría ser? - dijo- desde que las cosas con Max acabaron hace ya casi un año no has salido con ningún otro chico, y lo sé porque además de Sam, soy la única amiga mujer que tienes y además, nos vemos casi todos los días, ya me hubiera enterado si estuvieras saliendo con alguien más- dijo- es solo un almuerzo de trabajo, se profesional y disfrútalo, no creo que por ellos vayas a morir.

Y era verdad, hace 10 meses había terminado con Max, habíamos tenido una relación de 6 años, desde que habíamos terminado el instituto habíamos comenzado a salir y fue casi terminando mi carrera en la universidad que decidió terminar conmigo de la noche a la mañana, sin darme ninguna explicación, simplemente desapareció y me lo hizo saber por un mensaje de texto, para ese entonces estaba comenzando mis pasantías aquí, ya tenía unos 2 meses en la empresa y ya tenía la suficiente confianza con Peg para contárselo.

Esa ruptura me devasto, estaba enamorada, o al menos eso creía yo, y también llegue a creer que él lo estaba, toda la familia lo conocía y todos estaban casi jurando que nos casaríamos algún día, pero las cosas no fueron así, fueron total y completamente diferentes, demostrándome que era un cobarde, un poco hombre y que merecía algo muchísimo mejor que él, pero sin embargo, el dolor no se fue de la noche a la mañana como se fue nuestra relación, casi un mes entero dure en depresión, parecía un zombi viviente, lo único que hacía era, ir a la universidad, hacer las pasantías y llorar por horas en la noche antes de irme a la cama a dormir.

Desde entonces me dije que me enfocaría en mí, en mi vida, cero chicos, cero amores, cero romances, simplemente seria yo, volvería a levantarme, a quererme y a armarme yo mismo, sin ser usada ni pisoteada por nadie más.

- Tienes razón, ¿que podría salir mal? - dije.

Por favor, quédate (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora