Por lo que pude notar todos teníamos habitaciones separadas, había tomado mis cosas, después de sentirme un poco mas miserable por la falta de atención de Damián, de haberme regañado mentalmente por haberme sentido así tome mis cosas y pase antes por recepción para retirar la tarjeta de mi habitación, era realmente lujosa, contaba con una sala de estar, pasando una hermosa cocina en mármol, seguía con una habitación completamente espaciosa, con una cama king size en medio, cabecera acolchada y un baño que podía ser del tamaño de la sala de mi departamento en New York, joder pero que lujos.
Había quedado con Peg para ir a almorzar a algún sitio, eran las 12 de la tarde y aun teníamos unas 4 horas para nosotras, así que deje mis cosas en la habitación, desempaque el conjunto que me pondría para la reunión de esta tarde y baje nuevamente a recepción no sin antes enviarle un mensaje a Peg y recibir uno de vuelta con que ya estaba abajo esperándome.
Cuando salí por el ascensor me encontré con Dalha sentada junto a Peg, ambas hablaban amistosas y parecían llevarse bien.
- Hasta que por fin llegas señorita- se queja Pegie.
- Morimos de hambre- dice Dalha y las tres reímos.
- Lo siento, me quede recorriendo la habitación- me disculpe.
- Que el baño es mas grande que mi habitación en New York- comenta Pegie y las tres reímos, imagine que Dalha estaría acostumbrada a este tipo de cosas, debido a que bueno, su familia era de una alta jerarquía. Salimos del hotel para montarnos en una se las camionetas que nos esperaban afuera, una vez las tres dentro salimos por la ciudad.
Era realmente hermosa, un poco parecida a la ciudad de New York pero la cantidad de gente que transitaba por las calles era menos, se veían un poco mas abrigadas y por lo que note, aquí hacia mucho mas frió que por allá. Las personas iban felices a comparación de el NY que la mayoría de las personas parecieran no querer vivir. Atlanta era muchísimo mas colorida que NY, en definitiva el arte se veía en cada rincón que miraras, murales coloridos adornaban algunas paredes.
Había decido bajar en una calle específicamente de restaurantes, la cual para nuestra suerte no quedaba muy lejos del hotel, Dalha era muy agradable y en estos momentos no se comportaba como nuestra jefa, aunque a decir verdad casi nunca se ha comportado como tal. En la oficina saluda a todo el mundo lo conozca o no y aunque siempre esta con una sonrisa y haciendo bromas por todos lados, se nota el respeto que todos le tienen en el lugar, incluyéndome.
Pero hoy, veía en ella todo menos una jefa, miraba una amiga, una persona en la que pudiera hablar de diferentes cosas en cualquier momento del día, y eso me agradaba, su belleza había capturado unas cuantas miradas, y era imposible que aquello no sucediera, hoy iba vestida con un traje de vestido, y aunque estaba acostumbrada a verla en jeans y converse, el aspecto que adquiría era sumamente elegante con su cabello corto y aquello ojos tan azules como los de su hermano.
La tarde paso mas rápido de lo que queríamos, hablando de cualquier trivialidad que se nos viniera a la mente, sin darnos cuenta ya estábamos de regreso al hotel. Cada una se marcho a su habitación para comenzar a arreglarse, la reunión de hoy era con los proveedores que estarían contratados por la empresa, y mas allá de aquello debíamos dar una buena impresión, aunque Peg y yo solo fuéramos las secretarias de Artemis y Dalha nos habían dicho que nuestra presencia también era de importancia, ya que debíamos tomar nota de cada detalle de dicha reunión.
Ali de la ducha en unos 20 minutos, seque mi cabello rápidamente con el secador que había en el baño, dejando las hondas naturales y maquillando un poco mi rostro, me coloque el vestido azul, que se ajustaba a mi cuerpo hasta las rodillas, los tacones eran blancos y hacían juego con el abrigo que decidí acompañar el vestido, eran las 16:55 cuando termine y dándome un ultimo vistazo en el espejo, tome mi bolso con mis cosas dentro y salí de ahí, en el pasillo que conseguí con Peg, quien iba con un elegante traje de falta color gris, ambas subimos al elevador y bajamos hasta la recepción, Artemis ya estaba en el sitio junto con Damián y Dalha, llegamos junto a ellos y tomamos asiento.
Eran las 17:14 y Elizabeth aun no aparecía, podía notar la molestia en el rostro de Damián y la irritación en el de Dalha, por otro lado mi hermano estaba enterrado de cabeza en su teléfono, recibiendo llamadas de aquí y de allá.
Faltando 1 minuto para las 17:20 Elizabeth sale por las puertas de elevador, caminando como si de todo el tiempo del mundo se tratara, iba vestida con un vestido negro, que para mi opinión mostraba mas de lo que tapaba, llego hasta el grupo y sonrió, cuando se fue a acercar a Damián este se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida.
No pude evitar reír por lo bajo y al oírme pareciera que me iba apuñalar con lo primero que se le atravesara por el camino, solo sonreí y camine hacia la salida, pasando por al frente de ella y guiñándole un ojo, cuando dije que todo aquello no me iba a afectar lo decía en serio, por mas que me doliera el no poder estar cerca de Damián, el tener que aguantar mis sentimientos hacia el, no iba a dejar que me afectara mi día a día, con el tiempo, todo esto desaparecerá y quedara como un gracioso recuerdo, volveremos a ser empleada y jefe.
Nos dividimos en tres camionetas, en un se montaron Elizabeth y Damián, en otra Peg y Artemis y en la ultima Dalha y yo, no sabia exactamente al sitio donde nos dirigíamos, no sabia si seria en un restaurante o una sala de conferencia, la verdad desconocía completamente de nuestro destino.
Luego de unos 40 minutos llegamos a un especie de residencia que se encontraban a las afuera de la ciudad, hermosas casas se hacían presente, una mas grande y mas lujosa que la anterior, salimos de aquella residencia y comenzamos a subir unas colinas hasta llegar a unas cuantas casas que estaban apartadas de las demás. El motor de la camioneta se apago indicando que habíamos llegado a nuestro destino, el chófer bajo del auto y camino hasta la parte de atras para abrirnos la puerta, entre mis manos tenia sujeta la portátil de Dalha, Damián fue el primero en comenzar a caminar hacia la enorme mansión, seguido de Artemis y luego Elizabeth, por ultimo Pegie, Dalha y yo.
Nos abrió una de las señoras de servicio por la manera en como iba vestida, le dio una indicaciones a Damián y proseguimos a entrar detrás de el, la casa era hermosa, de techos altos, muebles de cuero, mesones de mármol y suelos relucientes, nos guiaron por unos pasillos hasta llegar a unas enormes puertas dobles, al entrar se mostraba una enorme sala de conferencia, una mesa ovalada en madera estaba situada en el medio con sillas que la rodeaban, algunas estaban ocupadas por algunos hombres que pude deducir que eran los proveedores, cada uno tomo asiento en las demás sillas que estaban vacías, luego de las presentaciones y la bienvenida inicio la reunión.
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Por favor, quédate (En corrección)
RomansaDos personas totalmente diferentes, una siempre lo tuvo todo, mientras que la otra lucho y trabajo fuerte para obtener lo poco que tiene, se conocen por accidente cuando quedan encerrados en el ascensor de la empresa. Lo que no saben es que serán la...