Miré el celular apreciando aquel mensaje de mi novio, en estos momentos no podía pedir más, estaba feliz.
Bajé por el elevador acomodando un poco mi cabello, tenía una gran obsesión con que se mantuviera exactamente en su lugar.
- Buenos días - saludé para el conserje.
- Buenos días - saludó.
Sonreí para ir en busca de mi auto, me llevé un buen susto al no sentir mis llaves en un comienzo.
- ¿Qué es esto?
Miré dudoso aquel sobre de color dorado que estaba en el parabrisas de mi auto, no dudé en abrirlo ya que si estaba ahí tenía todo el derecho a verlo.
Quiero dar mi lucha.
¿Me dejas?- Qué dices.
Me giré admirando a un arreglado Erick, incluso podía sentir su tan característico aroma perfume, no podía hacer vista ciega a su belleza.
- Eres un necio.
- No te hagas el enojado, puedo ser idiota pero conozco tus gestos mejor que los míos - contestó.
- No, no te dejo.
- Respetaré tus espacios, prometo no ser un psicópata como me llamas ahora - dijo levantando su mano.
- No se trata de eso, bueno sí también, pero yo ya estoy en una relación y lo sabes - recordé.
- ¿Y le ves futuro? ¿Vas a engañarte a ti mismo?
- Las cosas cambiaron Erick, debiste pensar muy bien antes de actuar así.
- Estoy dispuesto a hablar de todo eso, créeme que sí.
- Osea que todo es cuando tú quieres. Fuiste un patán conmigo - agregué.
- Lo admito, lo asumo, fui una mierda y estoy consciente de eso, pero todos merecemos una segunda oportunidad.
- No me vengas con esas cosas por favor.
Si sabía de algo era que todos éramos humanos, todos nos equivocamos en la vida pero era tanta la confianza que le tenía que su traición acabó con toda mi seguridad.
- Me puse lindo para ti, incluso me abroché un botón menos como te gusta - indicó.
- Demoraste demasiado, estuve dispuesto a darte una oportunidad y qué me dijiste. ¿Lo recuerdas?
- Lo recuerdo, estaba cegado Christopher.
- Nadie te obligó a nada, fue tu decisión y ahí tienes tus consecuencias.
- Chris, por favor - pidió sujetando mi brazo.
- Estás tan cambiado, ni siquiera sé si me gustaría estar con el Erick que actualmente eres, no eres la persona de la cual yo me enamoré en su momento. Eras tierno, agradable, un gran cómplice y todo lo mataste - dije decepcionado.
- Solo déjame demostrarte que puedo ser mejor que antes, no quiero que estés con él.
- Ese es tu problema, que piensas que soy tuyo y no Erick, no lo soy.
- Te quiero recuperar, no te engañes y admite que no puedes olvidarme, hicimos el amor - recordó.
- Ni siquiera me acuerdo, y no hicimos el amor, solo tuvimos sexo - aclaré.
- Solo déjame intentarlo.
- Tengo prisa - dije soltándome.
Un nuevo tirón por su parte dejó mi cuerpo pegado a mi auto, la leve diferencia de altura parecía encajar a la perfección, quería alejarlo pero a la vez no era capaz.
- Nos gustamos y aunque me lo niegues mil veces no te voy a creer - comentó.
- Solo déjame en paz - pedí.
- Dile de mi parte que te cuide porque tiene competencia, te voy a reconquistar - susurró cerca de mis labios.
- Aléjate.
Bajé mi mirada a sus perfectos labios, cerré mis ojos al sentir su aliento cada vez más cerca.
- No te gusto pero mueres por un beso mío, que indeciso eres mi amor - rió.
- Brian - llamé serio.
- Yo también te amo Vélez - dijo antes de subir a su auto.
Fruncí el ceño al escuchar como la bocina de su auto sobresaltó mi cuerpo, ya no sabía que esperar.