- ¿Estás ocupado? - preguntó a través del celular.
- Casi - respondí.
- Por cierto, se te quedó tu cadena. La encontré entre las sábanas.
Llevé mi mano libre al cuello, ni siquiera me había percatado de la falta de ella.
- Guárdala, cuando pueda voy por ella - pedí.
- Ven mañana...¿Chris?
- Tengo que colgar.
Apagué mi celular dejándolo a un lado, conociendo al Erick de ahora no dudaba en que comenzaría a llamar una y otra vez.
- ¿Llegué tarde?
- Llegaste perfecto - respondí.
Llevé mi boca en dirección a la suya, algo que me gustaba de Daniel era la ternura con la que hacía cada cosa.
El pesar en mi memoria no tardó en invadirme, estaba jugando a los dos bandos sin medir el daño que podría causar.
- Oye, que tal si...
Mi cuerpo pegado al suyo no lo dejaron continuar, mis labios parecían querer entrar en una guerra. Mi idea no era obligarlo a nada, pero su disposición y su falta de detenimiento me hicieron continuar.
La ropa de ambos iba quedando en el camino, por mi parte no había intenciones de detenerme, de alguna forma quería llenar el espacio de culpa que tenía.
- No olvides que te quiero, no soy perfecto Daniel - dije sobre su cuerpo.
- No lo olvido, yo tampoco lo soy.
Subí sus brazos dejándolos sobre su cabeza, para mi su cuerpo era totalmente desconocido y quería saber sus puntos más débiles.
Agarré uno de los tantos condones que tenía en mi velador cayendo en consciencia de que con Erick no nos habíamos cuidado en ninguna de las dos ocasiones.
La boca entreabierta de Daniel me llevaban a hacer movimientos lentos y profundos, estaba llevando totalmente el control cosa que con Erick era algo de no saber.
- Soy tu novio, que no te de vergüenza - susurré lento.
- ...hmmm.
- Eres hermoso.
Podía notar lo hinchada que estaba la vena que dejaba ver su frente, sus mejillas rosadas y su respiración más agitada de lo normal, no podía decir que Daniel no era lindo, realmente lo era.
Me dediqué a disfrutar del momento, era la primera vez que estábamos juntos y era comprensible de que ambos sintiéramos un leve temor a que algo de lo que hiciéramos no le gustara al otro.
Ambos caímos rendidos, en lo que hablábamos de cosas sin sentido pude notar que de un momento a otro mi novio estaba completamente dormido, cubrí su cuerpo evitando que se enfríe de una manera brusca y de paso evitar un malestar.
Me levanté al escuchar la puerta del departamento, deposité un beso en la frente de Daniel quién siguió durmiendo con total normalidad.
- ¿Por qué apagaste el celular?
- ¿Quién diablos te dejó subir?
- Tu conserje me agrada, es un buen tipo. Toma, sé lo importante que es tu cadena - dijo entregándola.
- Gracias, yo iba a ir por ella.
- No tenía nada que hacer y creo que es bueno que aprovechemos el tiempo.
- Ven acá - dije tomando su brazo.
- ¡Auch! ¿Qué te pasa?...¿Está aquí?
- Erick, ahora no - pedí.
- Suéltame.
- Shhh.
- Qué me sueltes...o hago un escándalo - advirtió.
Caminó en dirección a la habitación admirando con sus propios ojos a Daniel quien seguía profundamente dormido.
- Suficiente.
- ¡Hmmm...!
- Shhh, no grites - dije con mi mano en su boca.
Lo obligué a caminar hasta la salida, como pude tomé la llame de la puerta para yo mismo acompañarlo a la salida.
- ...que me dejes - dijo apenas se soltó.
- Qué mierda te pasa.
- Qué mierda te pasa a ti. ¿Te acuestas conmigo y luego con él?
- Es mi novio.
- Cuando te conviene es tu novio - respondió.
Nos metimos al elevador en un completo silencio, sus ojos verdes parecían querer asesinarme.
- No entiendo tu enojo, sabes en lo que te metiste.
- Sí, pero no pensé que me molestaría tanto verte...así, con él.
- Estás celoso - comenté.
- Eso es lo peor, lo estoy y estoy deseando golpear a ese idiota - dijo entre dientes.
- Hey, ven acá - intenté abrazar.
- Tampoco me tomes como un idiota, si vas a tocarme al menos ten la decencia de quitarte el aroma de ese imbécil.
- Oye.
- Vete a la mierda - dijo para salir del elevador.
