Capítulo 3

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No lograba controlar mis impulsos, por más que en mi mente me repitiera una y otra vez que esto no estaba bien, no era capaz de detenerlo.

Cada cierto rato cerraba mis ojos perdiendo la noción del tiempo, ya cuando quise detenerlo su mano estaba más que metida dentro de mis pantalones.

- No, no puedo - negué con la mirada en el techo.

No encontramos mejor lugar que el baño, tampoco era que me importara, no estaba tan consciente de todo.

- ¿Y por qué no me detienes? Me caiste como del cielo - susurró.

- No tengo condón.

- No lo necesitas Christopher, esta noche no.

- ¿Eh?

No lograba deducir si de pronto mi ex novio tenía más fuerza o yo estaba tan borracho que era fácil moverme.

Pegué mi frente a la pared, sus manos exploraron sin límite cada pedazo de piel que estuviera a su alcance.

- E...despacio - dije sintiendo la primera embestida.

- Shhh, no hagas ruido.

- ...uh, hmmm...

Su mano me obligó a no decir más nada, había olvidado lo que se sentía tener relaciones con alguien, estaba soltero y básicamente en abstinencia.

La música del club se escuchaba mientras que en nuestro cubículo solo el choque de nuestros cuerpos era lo más cercano a lo que podíamos oír.

El calor corporal me aumentaba sin límites, estaba tan excitado que los ruidos provocados por Erick me provocaban aún más.

- Hey - dijo con una sonrisa.

No accedí a permitirle el movimiento, su cuerpo entre la pared y yo parecía quedar perfecto.

- Quién te crees, chiquitito - susurré.

- Necesitamos un lugar más cómodo.

Atrapé sus labios de una forma tan acelerada que ya ninguno de los dos tenía control sobre el otro.

Acomodé mi ropa al igual que él, una vez más mi mente me estaba jugando sucio, no recordaba en que momento llegué al asiento de un auto que no era el mío.

- Mi bebé - articulé.

- ¿Bebé? ¿Eres papá?

- Así le digo a mi auto, no seas tonto - negué.

- Le pasaste las llaves a Richard.

- ¿Yo? ¿Cuándo? Mierda, creo que estoy realmente ebrio.

Rió omitiendo algún comentario, supuse que eso le convenía.

Apenas bajé del auto me dediqué a mirar a mi alrededor. ¿Cómo era posible que viviera en un sector tan bueno?

- Pasa - dijo abriendo la puerta.

- Bonito departamento.

- Me doy una buena vida man.

- Cierra ya - dije empujando la puerta.

Tomé su mano para dejar que me guíe, todo parecía ser precioso en este lugar.

- ¿En que estábamos?

- Cambio de planes.

- ¡Locooooo! - exclamó cayendo a la cama.

Apenas di ese pequeño empujón no dudé en continuar con lo que teníamos pendiente.

Sus piernas rodearon mi cadera mientras con movimientos y roces intentaba encender las ganas que teníamos en esos momentos.

La ropa no tardó en quedar tirada en el suelo, nuevamente tenía aquel cuerpo que algún día fue mío.

- Agh, no es cierto - soltó con sus ojos cerrados.

- Gime para mí.

- Obligame.

Giré su cuerpo dejándolo boca a bajo, lo levanté un poco dejando una nalgada que poco a poco fue quedando de un tono rojizo.

- Hazlo.

- Hmmm no.

- Eeeerick.

- ¡AAAH, Chris...! Muévete, así.

Aceleré un poco haciendo que sus gemidos fueran en aumento, su piel estaba tan suave como de costumbre.

Sentado sobre mi regazo lo ayudé con sus pequeños saltos, el cansancio comenzaba a invadirnos.

- Nadie te va a coger como yo - dije de pronto.

- Qué sabes tú, no te creas el mejor, solo cumple...con lo tuyo...

Me senté de golpe deteniendo nuestro acto sexual, su agitada respiración y su mirada confusa me hicieron sonreír ampliamente.

- Hubiera sido tu mejor cómplice, tu mejor amante, y hasta el amor de tu vida, por qué me fallaste.

- Christopher, ahora no.

- ¿Has dejado de pensar en mi? ¿Me superaste?

Peligrosa Tentación - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora