- De hecho no, no me ha hablado de ti.
- Erick es un viejo amigo, nos encontramos hace poco - mentí.
- ¿Qué?
- Oh, te llamas Erick. Un gusto - dijo Daniel extendiendo su mano.
Erick lo miró totalmente confundido, lo empujé un poco para que acceda a darle la mano.
- Perdón. ¿Cómo te llamas?
- Daniel.
- ¿Y que eres de Chris? Claro, si se puede saber.
- Pues...
- Estás preguntando mucho Erick, no seas imprudente - interrumpí.
- Solo quiero saber, pa esos estamos los brothers ¿no?
- No seas idiota - susurré.
- Por ahora solo mantenemos una amistad - contestó él.
- ¿Puedo hablar contigo Christopher?
- Estoy ocupado, te llamo al rato si quieres - propuse.
- Es urgente, comprenderás ¿verdad? - habló para Daniel.
- Claro, no hay problema.
Negué de inmediato, esto se estaba convirtiendo en algo muy incómodo.
Lo saqué del departamento para alejarnos un poco más, no quería que por un descuido Daniel se entere de lo que había pasado.
- ¿Qué pretendes?
- ¿Por qué no me dijiste que tenías novio?
- ¿Quién te crees tú? Yo no tengo que darte explicaciones de nada, hace mucho que no estamos juntos y te recuerdo que es por tu culpa.
- Vas a empezar de nuevo.
- Deja de fastidiarme, no logro comprenderte Erick. ¿Por qué actúas así?
- Así como.
- Fastidioso, dominante, hostigoso, posesivo, indiferente...
- ¿Vas a acabar hoy?
- ¿Ves? Lárgate.
- Oye que poco amable, solo quería pasar un buen rato y ya - contestó.
- No me interesa, lo que haya pasado ayer fue una estupidez.
- Perdóname pero ayer no decías lo mismo - comentó.
- Estaba ebrio - justifiqué.
- Ay sí, que excusa más buena.
- Mira, aprovecha - dije empujándolo al elevador.
- ¡Nooo! No me quiero ir - respondió quitándose.
- Erick, por favor vete.
- Si aceptas salir conmigo.
- Que parte de que estoy ocupado no entiendes, maldita sea - dije entre dientes.
Frunció el ceño cruzando sus delgados brazos, esto ya no era agradable.
- No me iré de aquí.
- ¿Que haces? Párate.
Negó mientras se acomodaba en el suelo, actuaba como un verdadero niño pequeño haciendo una especie de berrinche.
- No te entiendo, ni siquiera es de tu gusto ese chico - comentó.
- Qué sabes tú de mis gustos.
- Estuve contigo un año y medio, yo soy tu prototipo de hombre, él ni se parece a mí, de hecho es todo lo contrario.
- No seas egocéntrico.
- ¿Ya no te gusto?
- No, mucho menos ahora con tus comportamientos.
- No te creo nada...pendejo - dijo bajo.
Evité esa última palabra, ya estaba siendo mucho y me encontraba a la nada de explotar.
- Yo que tú no me quedaría aquí - comenté.
- ¿A dónde vas?
- Con Daniel.
- No.
- ¡Erick! Suéltame, ya - pedí.
Sus manos en mi pierna no me dejaban avanzar, esto era de no creer.
- Salgamos - propuso nuevamente.
- Hoy no puedo.
- Mañana, solo quiero hablar - respondió.
- Está bien, pero solo hablaremos. Mañana a las once de la mañana.
- ¿Tan temprano?
- Tómalo o déjalo.
- Ash. Está bien, mañana a las once.
Asentí pidiéndole nuevamente que me suelte, accedió de inmediato, había conseguido lo que quería.
- Lo siento, Erick es algo especial - comenté cerrando la puerta.
- No tienes que explicarme nada, no te preocupes.
Me detuve a analizar la situación, lo de anoche era un as bajo la manga para mi ex novio.
- Tengo que contarte algo, es...serio - dije inseguro.
- Dime.
- Erick es mi ex novio - confesé.
Sus labios hicieron una mueca de medio lado que no dejó ver más que incomodidad.
- ¿Pasó algo?
- Anoche. Perdón - pedí.
- ¿Tuviste relaciones con él?
- Sí.
Desvió la mirada guardando silencio por varios segundos, pero tenía que ser sincero o Erick aprovecharía esto para su beneficio.
- Dijiste que te gustaba.
- Y me gustas, pero anoche estaba ebrio y...
- No te justifiques con eso - interrumpió.
- Lo siento, pero no te quiero mentir.
- De todos modos aún no somos nada, es un punto a tu favor.
- No, no digas eso - pedí acariciando su mejilla.
- Estuvo bien que me lo dijeras, prefiero que seas sincero.
- ¿No estás enojado?
- No, pero si se siente extraño. Es mejor que me vaya - dijo tomando su chaqueta.
- Daniel, por favor.
- Déjame pensar las cosas ¿sí?. Hablamos.
Accedí dándole paso para llegar a la puerta, tenía que acabar con todo esto.