- Muchas cosas cambian con el tiempo.
- Eso no fue lo que te pregunté, sé sincero, por primera vez después de vernos estamos hablando bien - respondió.
- Estoy confundido Erick, aún no cierro ese ciclo contigo, me ha costado bastante hacerlo ¿sabes?
- Osea que me sigues amando.
- No lo sé, quizás solo te quiero por todo lo que pasamos, no sé si te amo - dije sincero.
- ¡Es que por qué lo niegas! Mierda Chris, loco ya deja de mentir - pidió.
- Daniel me gusta.
- Es una simple calentura.
- No, no lo es.
- Lo es. Te vas a cansar de él, lo harás sufrir - comentó.
- No hables con tanta seguridad.
- Le estás mintiendo, te acuestas conmigo y luego con él, me críticas pero estás haciendo exactamente lo mismo que hice yo. Christopher, todos cometemos errores.
- No, no compares - negué.
- Podrías estar con él. ¿Por qué simplemente no te vas?
Guardé silencio intentando que mi mente me diera una rápida respuesta, pero la espera solo fue en vano.
Estaba siendo egoísta, estaba siendo un poco hombre y no podía evitarlo.
Comencé nuevamente a revisar los tantos recuerdos de aquella pequeña caja, cada cosa tenía su recuerdo.
- Esta te la di...
- En nuestro primer año de novios, lo recuerdo como si hubiera sido ayer - dijo tomando aquel anillo.
Pude divisar mi nombre en él, yo tenía uno exactamente igual pero con su nombre.
- ¿Tienes hambre? - pregunté para evitar profundizar el tema.
- No, creo que no me emociona comer cosas sin sabor.
- ¿Vas a cuidarte?
- Lo haré, necesito estar bien para luchar por ti - respondió con la mirada esquiva.
Sonreí atrayendo su cuerpo al mío, sus ojos demostraban cansancio y quería que estuviera lo más descansado posible.
Las caricias eran una de sus debilidades ocultas, bastaron un par de minutos para que quedara completamente dormido.
Me levanté con sumo cuidado, un beso en su frente fue lo primero que dejé.
- Te quiero - susurré.
Iba en dirección a la puerta, no pude evitar regresar y dejar un beso cálido que esta vez fue a dar precisamente en sus labios.
- ¿Cómo te sientes? - pregunté a través del celular.
- Mucho mejor, al menos ya no he vomitado la comida.
- Voy camino a tu casa. ¿Crees que tu madre se moleste?
- Claro que no, además no está.
- Bien. Te quiero Dani.
- ...yo a ti precioso.
Necesitaba poner un alto, este no era el Christopher que yo quería ser, de un momento a otro me comencé a desconocer a mi mismo.
- Hey.
- ¡Chris! Te extrañé demasiado - abrazó.
- Lo siento, no había podido venir. ¿Ya te revisó un médico?
- Solo es un pequeño dolor, creo que algo me cayó mal. Además mi mamá me ha estado cuidando bien, ya me siento mejor.
- No te mereces esto - dije tomando su cara.
- ¿De qué hablas?
- ...d-de estar así, enfermito. Ven aquí - levanté.
Rodeó mi torso con sus piernas en lo que nuestros labios tiernamente se sentían, no estaba seguro hasta donde llegaría con todo esto.
- Te noto preocupado. ¿Pasa algo?
- No he dormido bien, quizás sea eso - mentí.
Entrelazó sus dedos a los míos guiandome a su habitación, apenas me acosté en ella sentí ese calor tan particular.
- Descansa - susurró en lo que acariciaba mi cabello.
Cerré mis ojos poco a poco, no quería pensar en nada pero era imposible, ahí estaban ellos dos dando vueltas en mi cabeza mientras una lágrima no tardó en salir, estaba ahogado sin saber que hacer.