Capítulo 29

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Sentados en el césped de un parque nos manteníamos en completo silencio, el único ruido que escuchábamos era el de algunos niños jugando a una considerable distancia de nosotros.

- No sé por qué lo hice, fui un idiota - comentó.

- Hacer qué.

- Te engañé teniendo de todo contigo, creo que esa persona ni siquiera valía la pena, solo me envenenó la mente y me dejé influenciar.

- Sigo sin entender por qué, nada iba mal con nosotros - dije.

- Iba todo perfecto en realidad. Sé que la culpa es solo mía porque yo debí poner los límites, pero el alcohol y...mierda - negó.

- Sin historias a medias - pedí.

- Esa noche probé por primera vez las drogas.

- Debe ser una broma - dije negando creer esa posibilidad.

- Por un momento me nublé, sentí que estaba feliz y que era lo que me hacía falta, caí en el juego de ese imbécil que me hizo pensar que mi vida era aburrida, que yo no estaba para vivir en una rutina.

- ¿Sentías que estábamos viviendo en una rutina?

- No, contigo siempre eran cosas nuevas, divertidas, cosas que me hicieron sentir amor, algo real. No sabes lo mierda que me sentí al día siguiente cuando me di cuenta de que a mi lado estaba alguien que no eras tú - confesó.

Bajé la mirada sintiendo pena, esto era un tema del cual jamás llegamos a hablar.

- Lo pasé realmente mal, terminar contigo fue difícil - comenté.

- Ese proceso fue durísimo, durante todo ese tiempo el alcohol fue mi único remedio, hice demasiadas estupideces y me avergüenzo.

- ¿Al menos fuiste feliz?

- No. Había perdido a la persona que quería, no iba a ser feliz con ese cargo, te lastimé.

- Qué hiciste como para que te avergüences.

Pasó ambas manos por su cara, no era un tema fácil pero si queríamos avanzar teníamos que hablar de estas cosas.

- Las cosas que tengo no me han caído del cielo, con este chico que te engañé tuve muchos conflictos, me volví irreconocible, agresivo e incluso normalicé lo que era la vida fácil. Me metí con una y otra persona que pudiera darme cosas que yo quería, luego simplemente las desechaba.

- Te...

- No, no digas esa palabra, todo lo hice manteniendome en relaciones "estables" - interrumpió.

- Ya te acostumbraste a la buena vida.

- No lo digas tan seguro, no todo lo que brilla es oro, siempre me sentí solo y era lo que más impotencia me daba. No quiero nada de eso, ya no.

- ¿Y lo que acaba de pasar?

- Es solo un auto, voy a dejar todo. Quiero una vida normal, no estar lleno de lujos que no me hacen feliz, quiero ser yo, trabajar y ganarme mis cosas.

- ¿Tú?

- Antes lo hacía, por qué no hacerlo ahora. Quiero que te sientas orgulloso de mi - comentó.

- Lo estoy.

- ¿Y por qué bajas la mirada? Te conozco y si fuera verdad me mirarías a los ojos.

- Quiero ayudarte, pero que sea definitivo.

- Dame una oportunidad, quiero ser mejor por ti, por mi.

Asentí llevando mi mano al bolsillo de mi pantalón, mi objetivo de comer con él tenía una importancia especial.

- Quería que fuera un día perfecto, pero creo que podríamos salvarlo.

- Christopher - dijo en llanto.

- Iba a pedirte que te cases conmigo, quería que fuera algo especial pero creo que no está en el lugar, está en el momento...¿Quieres casarte conmigo? - pregunté enseñando aquel anillo.

- Ni siquiera hemos retomado una relación formal.

- No tenemos porque seguir los pasos al pie de la letra, si nos amamos para que esperar.

- Claro que quiero...¡si si si!

Ambos estábamos temblando, quizás era la situación en la que estábamos, o quizás solamente era una gran felicidad intentando salir.

Peligrosa Tentación - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora