Quería llevar las cosas con calma, pero a veces se me hacía demasiado difícil, Erick era alguien que con solo mirarte te provocaba sensaciones únicas.
- Qué, por qué me miras así. ¿Tengo algo? - preguntó tocando su cara.
- Una belleza única.
- Not again bro, no empiecen - añadió Richard.
No reírse fue imposible, él era el típico amigo al que no le gustaba hacer mal tercio.
- Venimos porque nos hemos comportado algo inmaduros contigo - comencé a decir.
- ¿Inmaduros? Idiotas - corrigió.
- Richard, loco cállate - pidió Erick.
- Nos venimos a disculpar, solo querías evitar problemas y en varias ocasiones no te escúchanos.
Escuchó con atención cada cosa que salía de mi boca, anterior a esto con Erick tuvimos una profunda conversación en la que acordamos no lastimarnos más, no al menos si ninguno quería salir lastimado.
- Estamos en proceso de retomar lo que dejamos, eres al primero que le contamos - agregó Erick.
- ¿Son novios?
- No, aún no - respondí.
- Chacho ustedes me hacen sufrir, that is wrong...por un instante pensé en no hablarles más, sus peleas nos estaban distanciando a los tres - comentó.
- Ya no más peleas, bueno...quizás una que otra pero prometemos no matarnos - dije en risa.
- ¿Y ahora qué? Cuando el matrimonio - bromeó nuestro amigo.
- Tampoco exageres.
- No, si. ¿Por qué no? - añadió Erick.
- Qué dices, recién estamos viendo la posibilidad de regresar.
- No te digo que lo hagamos ahora mismo, puedo esperar unos meses. Bro, como te verías con una fiesta de las buenas - dijo golpeando la pierna de Richard.
- Brian, que dijimos.
- Chris, en un matrimonio se celebra.
- ¿Cuál matrimonio?
- ¿No te casarías conmigo? - preguntó ofendido.
- Creo que necesito algo fuerte - dijo nuestro amigo tomando una botella.
- No digo que no, deja eso - dije arrebatándole la botella a Richard.
- Respóndeme. ¿No te casarías conmigo?
Miré a mi amigo quien esperaba tanto una respuesta como Erick, casarse era algo realmente serio.
- S-Sí.
- Lo dudó - señaló Richard.
- Oye, no me estás ayudando mucho - hablé para él.
- No lo puedo creer - negó Erick.
- Claro que me casaría contigo, encantado lo haría pero es algo muy precipitado para estos momentos - contesté.
- Hmmm, si. Creo que tienes razón, pero podríamos pensarlo ¿no?
Asentí con una sonrisa, era cosa de tiempo ver y decidir sobre nuestro futuro.
- ¿Y los hijos? ¿Tendrán hijos verdad?
- Richard. ¿Por qué no te callas? - pregunté.
- Obviamente, quiero un niño para que sea como esta belleza - contestó Erick aludiendo a su persona.
- ¿Y quién será la mamá?
Me levanté en fracción de segundos para callarlo, realmente no estaba aportando a la conversación.
- ¡AH RICHARD! Erick... - hablé estirando mi mano.
- Cabrón, déjalo.
- A mi no me callas ¿eh? - advirtió sobre mi cuerpo.
- Ya ya ya, Richard quítate.
Volví a gritar apenas sentí como sus dientes se clavaban en mi hombro, los juegos de mi amigo eran bastante torpes.
- Erick, estás flaco pero pesas.
- Me van a...¡salgan! - dije debajo sus cuerpos.
Los tres comenzamos a reír sin medida, nuestros cuerpos en el suelo parecían estar cómodos.
- Los perdono - habló de pronto.
- We love you bro - solté.
- Solo sean felices, la vida es una y en un abrir de cerrar de ojos los años pasarán, pasen sus vidas juntos, a lo lejos se les nota el amor.
- Te amo - susurró Erick.
- Quiero que seas tú, seamos felices.