- Tiene una tienda de discos, no tiene padres, se hace cargo de dos niños como si fueran sus hijos...- iba a mitad de las escaleras cuando empezó a numerar sus "defectos"- Conduce una motocicleta y ¡qué forma de vestirse!- cerré los ojos tratando de tener toda la tolerancia y paciencia del mundo- No te quiero volver a ver cerca de ella ni fuera de aquí- no pude más.
- No recuerdo haberte pedido permiso para salir con ella- me giré sobre mis talones para verla de frente.
- Pues deberías haberlo hecho, de todas formas seria y es un rotundo no.
- Creo que no me expliqué bien mamá- cerré los ojos nuevamente. Cordura, ven a mi por favor- Te lo dejaré más claro que el agua- suspiré- Me gusta Taeyeon, quiero a Taeyeon y no me alejaré de Taeyeon sólo porque no te agrada.
- Ahora me toca aclarártelo a ti. No te quiero cerca de ella, no es buena para ti.
- Por favor- alargué irónica- ¡Tú que sabes de lo que es bueno para mí!- reí amargamente- A duras penas recuerdas que existo- se le saltaron los ojos con indignación.
- No digas tonterías. Y ya te lo he dicho, si vives bajo mi techo sigues mis reglas- se dio la medí vuelta esquivando el tema que yo había sacado a relucir.
- ¡Ah! ¿Entonces es eso?- grité con rabia- ¡Pues ese problema se acaba ahora mismo!- subí corriendo las escaleras ignorando los gritos de mi madre de "No me hables así" "Ven ahora mismo" "No me dejes hablando sola". Como se atrevía a pedirme que no la dejara hablando sola cuando ella lo hizo conmigo durante más de 6 años...
Decía que era un defecto de Taeyeon haber perdido a sus padres, y yo estaba en la misma situación. Por más que lo intentará yo también era huérfana prácticamente.
Lancé una enorme maleta en la cama mientras que con rabia limpiaba mis lagrimas. No era solo porlm lo que decía sobre Taeyeon, yo ya traía cargando muchas cosas desde muchísimo tiempo y esta había sido simplemente la gota derramó el vaso. Sin siquiera mirar tomaba la mayor cantidad de ropa y zapatos que podía, tomé todo lo que sería indispensable y las llaves del auto. Ni a golpes haría cerrar la maleta.
Entré de nuevo al clóset y tomé otra donde lancé lo que impedía que la otra cerrara, e incluso otras cosas más. Guardé las llaves en mi empapado pantalón, cogí el bolso que llevaba esta mañana al colegio y cargué como pude las dos pesadas maletas.
- Por favor- soltó una risa- Deja de decir y hacer estupides- dijo burlonamente al verme bajar el último escalón.
- No son estupideces, tal vez para ti todo lo que diga sean estupideces pero al menos trato de convivir contigo- lágrimas de porquería que no se detenían- Pero da lo mismo después de todo- acomodé el bolso sobre mi hombro- Así estamos acostumbrados. Tú no tienes hija, y yo no tengo madre.
Conduje los más rápido que pude, cosa que no era lo más inteligente. No paraba de llover y yo no paraba de llorar. Frené de golpe, casi derrapa el auto pero no me importó. Sólo salí de la carretera. ¿A dónde iba? Eran las diez de la noche y estaba parada en un costado de la carretera, con demasiadas probabilidades de quedarme atascada en el lodo. Puse mis brazos sobre el volante y recargué mi rostro en este tratando de controlar mi incesable llanto. No eran lagrimas de enojo, coraje. Pero estas se volvieron de tristeza al darme cuenta de que estaba completamente sola. No en el auto, no en la carretera. Siempre estaba sola.
No podía llamar a Jessica o me llevaría arrastrando de regreso a casa, y Taeyeon seguramente me regañaría.
Pov Taeyeon
Me quité ala chaqueta y la sacudí tratando de que la mayor cantidad agua escurriera fuera de la casa y no dejar el charco dentro.
- Lo siento- le dije a Dan cuando lo vi al entrar.
- Si, como sea- dijo con fastidio, se puso su chaqueta y caminó hacia la puerta.
- Sabes que...- dijo volteando hacia mi- Subiré mi tarifa- me señaló- Soy un niñero muy bueno y trabajo horas extras.
- Hablaremos de eso- le dije riendo y esta salió cerrando la puerta con cuidado. Seguramente los niños ya estarían dormidos.
Subí a mi habitación tratando de hacer el menor ruido posible. Cambié mis empapados pantalones por un short rojo que me llegaba arriba de las rodillas, tal y como los de los basquetbolistas, así decía Emma y una camiseta blanca.
Tomé mi ropa que no dejaba de escurrir agua y nuevamente bajé las escaleras para dejarla en la lavandería. Iba de regreso por las escaleras cuando sonó el timbre. Joder "No me vendría nada mal un elevador" pensé ya que una vez más tendría que bajarlas. Tal vez Dan había olvidado algo.
Abrí la puerta y no fue precisamente Dan quien estaba parado frente a mí.
Sus ojos estaban rojos, el delineador corrido por el agua o con más exactitud sus lágrimas. A pesar de estar completamente mojada podía distinguir sus lágrimas cayendo por sus mejillas.
- ¡Tiffany! ¿Qué pasó?- pregunté aterrada, hace menos de treinta minutos la había dejado en su casa perfectamente bien.
- Perdón Taeyeon, perdón- se disculpaba entrecortada mente mientras se ataba a mi cuerpo. Sin importar mojarme de nuevo y volver a subir, bajar y de nuevo subir las escaleras la envolvi entre mis brazos.
- ¿Por qué te disculpas? ¿Qué sucedió? ¿Qué pasa?- hablaba con desespero ante su alarmante llanto.
- Perdón no tenía a dónde ir y no quería estar sola y, y, y...- tartamudeaba sin cesar un poco el llanto-... no quería estar sola.
- Tranquila- le dije sobando su espalda- ¿Quieres contarme que ha pasado?- pregunté los más suave que pude, no quería abrumarla.
- He peleado con mi madre de nuevo- si voz se amortiguó al estar pegada a mi pecho.
- No llores, ya se arreglarán- dije tratando de consolarla.
- N-no...- tomó todo el oxígeno posible- Yo no volveré.
- Preciosa, todos tienen problemas con sus padres- deshizo el abrazo.
- Taeyeon, he venido a pedirte si me dejas quedarme solamente hoy contigo- limpió con brusquedad sus lágrimas, tanto que un color rojizo se apoderó de la zona debajo de sus ojos- Mañana buscaré un hotel y después un departamento o que sé yo.
ESTÁS LEYENDO
me, myself and i; taeny
RomanceLa historia transcurre cuando Kwon Yuri, la novia de la grandiosa Stephanie Hwang decide terminarla. Jessica su mejor amiga empieza a "ayudarla"....luego deciden hacer una apuesta pero lo que no sabes es que el destino está a punto de hacerle una m...