4-Love me

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-¿Almizcle en inciensos? - Jjong se veía incrédulo - He oído de reinas despiadadas pero ¿esterilizar a las princesas?

-Es una práctica que las emperatrices hacen a menudo, Si el emperador favorece de más a una concubina le llegan regalos así...pueden ponerlo en perfumes, inciensos o incluso medicinas  en crema

-Es cruel

-amor, he visto a emperatrices asesinas a concubinas en estado o príncipes recién nacidos que "desparecen" repentinamente. Nacer con un titulo noble no es una bendición - continuó - ¿visto lo feliz que estaba ella con solo dar un paseo? y fue  horrible, ustedes cabalgan como las bestias que son - se quejó haciéndonos reír- Estoy seguro que ella no había abandonado el palacio nunca.

-Pero ella no tiene hermanos ni hermanas ¿por que hacerle eso? Lastimar y ponerla en encierro.

-Es dulce, inteligente y talentosa...no entiendo tampoco por que le harían algo tan atroz - contesté. Desde que habíamos llegado al palacio, al que sería nuestro, 5 días en los que Taemin me hablaba solo cuando coincidimos en los pasillos, podía notar que estaba triste y saltaba comidas, no podía evitar sentirme culpable pero el decir que me retractaba lo lastimaría más según Kibum. La boda se acercaba y nosotros habíamos dado 3 pasos atrás en vez de avanzar siquiera un poco. Le había pedido a Jjong que se mudara con nosotros al palacio, y aunque no a él no le agrado mucho la idea a Bum le encantó, por la tarde ya había hecho que los instalaran. 

Terminé antes mis entrenamientos para intentar pasar tiempo con ella, por la mañana llegarían sus padres y los míos para alistar la boda, no me sorprendió que no invitaran a nadie. Ni siquiera serían 10 personas, por mi estaba bien aunque era un poco triste, Clandestina así se sentía. Me duché antes de ir a buscarle, en una de las habitaciones de los que kibum se había adueñado en la que creaba los trajes que llevaríamos mañana. 

-Me echaron - dijo kibum totalmente indignado pasando por mi lado - tu desagradecida prometida me echó de mi propio lugar , no quiso que yo le probara mi creación...sus malditas doncellas están tocando el vestido con sus sucias manos - sostuve mi risa para tratar de calmarlo - ¿que diablos le hiciste ahora?

-No hemos hablado, apenas y me mira - contesté esperando con él 

-Pues mañana tendrás una hermosa boda...eso es lindo ¿no crees? 

-Es una locura pero trataré de que todo este bien para mañana-  rodó los ojos esperando a que la puerta se abriera, al verme bajo la mirada dando un paso atrás entre las dos otras chicas

-Princesa - sonreí- ¿me acompañaría a dar un paseo? - levantó la vista y vi una pequeña sonrisa, pero una de las doncellas se adelantó.

-La consorte Wang nos espera. - dijo mientras comenzaban a caminar en la dirección opuesta. Suspiré sintiéndome bendecido

-No creo que tu boda sea de cuento de hadas pero...te prometo que por lo menos te veras bien- reí sintiendo sus manos en mis hombros empujándome de a poco a la habitación.

El día había sido una locura,  en cuento llegaron los reyes la cosas se habían salido de control. Se paseaban de un lado a otro arreglando cosas lo que hasta ahora había sido nuestro callado palacio, habían traído personal con ellos eso y la mitad del que era mi ejercito. Demasiadas cosas que apenas había podido acomodar a todos, dormí tan poco que agradecí la ayuda por la mañana para ducharme y arreglarme para la boda. Desayuné en mi habitación mientras ellos arreglaban mi cabello y me leían algunos poemas tradicionales. Rituales antes de la boda, me parecían tonterías supersticiosas pero las realicé, pensando en que nuestra vida tenía que empezar bien. Del momento en que me desperté al medio día cuando entré al salón donde sería la ceremonia lo sentí un minuto. 

The Hidden QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora