13- Jojo

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Sonreí viendo el rostro de Tae dormir, se veía tan en calma...tan tranquilo, desde que ese tipo llegó había estado comiendo mejor incluso sus mejillas se rellenaron un poco. Me alegraba verlo así pero saber que era a causa de "él" hacía mi sangre hervir.No me caía bien, podía decir lo que quisiera podía ser mejor general que yo , cosas que dudaba mucho, pero no confiaba en él y tras unos días de ser cordial simplemente me rendí, y comencé a ignorarle. Tenía que irse.

Los ojitos de Tae se abrieron acercándose a mi para un beso, que complacido le di. Odiaba sentirme posesivo. Antes de que pudiera disfrutar de un poco de su cuerpo, escuché golpes en la puerta, volteé a verla dispuesto a mandar a limpiar el establo a la doncella que estaba interrumpiendo pero...se me adelantó

-Kai -susurró mientras yo trataba de besarle - Kai dijo que encontró flores salvajes cercas - sonrió dejando un beso rápido en mi frente antes de salir de la cama - Saldremos escoltados , no tienes por que preocuparte - dijo enseguida mientras tocaba la campana para que sus doncellas vinieran, asentí sonriendo para no molestarlo, pero bien podría matar al tipo a golpes ahora...celos, odiaba eso también. Me levanté antes de que las doncellas llegaran y me vestí rápidamente,  necesitaba salir de ahí antes de que ellas llegaran. 

Caminé por el pasillo tratando de ignorar el hecho de que había mencionado su nombre mientras yo lo besaba , y aunque mi chico era muy inocente aveces me había dado en el orgullo. Era nuestro momento, uno de los poco que apenas podíamos tener.Ese chico se había vuelto su sombra. Era una broma que me lo encontrara a medio pasillo, esperando por Tae...se inclinó al verme en una reverencia forzada, desde el segundo día que llegó aquí tenía un aire prepotente que tampoco toleraba, lo ignoré pasando por el lado,  le di un pequeño empujón que lo hizo tambalear...se me había acabado la paciencia con él.

No tuve más remedio que empezar con los deberes reales antes, en cuanto entré a la sala Heechul estaba listo con largos pergaminos.  Nuestros padres se habían desentendido de sus reinos y ahora yo cargaba con la responsabilidad de 3, no entendía por que pero el orgullo me impedía preguntarles. 

-Fue un error- dije mientras los veía por la ventana, Jjong asintió tomando un sorbo de licor

-no puedes culparme, cuando fuiste tu quien se obsesionó por que lo encontrara y lo trajera - deslicé el marco y negué 

-Nunca creí que tendría que admitirlo en mi reino 

-no "tienes" puedes echarlo cuando se te de la gana pero...Tae no te lo perdonara nunca

-Estuvimos bien por unos días y todo se desvaneció cuando él llegó, solo le veo por la noche y solo si no se duerme tarde...si no solo puedo ver su rostro por las mañanas, mientras duerme.

-Es como tu y yo, antes de que te casaras - sonrió-  creo que solo se ponen al día, fueron muchos años separados - suspiré - vamos Ming, nunca haz sido inseguro solo deja de darle vueltas al asunto - escuchamos la puerta y una de las doncellas entró seguida de Kibum. 

-¿hasta cuando se quedara el chiquillo ese? - podía decir lo molesto que estaba solo con su rostro sonreí apuntándolo con mi vaso a Jjong

-¿lo ves? me da la razón - se me había subido un poquito el alcohol

-espera afuera - le dijo a la pobre chica que lo acompañaba y se sentó en el escritorio dándole un trago directo a la botella. - hace mucho que no bebíamos juntos

-esto de ser adultos responsables de la realeza no es muy divertido - contesté , volvió a darle un trago a la botella y nos sirvió después, sonreí 

-no deberíamos beber mucho, hay asuntos reales que atender

-El sol ya esta a medio esconder, doy mi día por terminado - Kibum sonrió caminando tranquilamente a la puerta

The Hidden QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora