25 - Better Days I

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AVISO:

EUNUCO: Hombre castrado, en especial el que se destinaba, entre los orientales, a la custodia de las mujeres del harén.

PALACIO FRIO: era un lugar destino a las concubinas, consortes, que ya no fueran del agrado del emperador.

Habían pasado 3 meses, las cosas para mi estaban demasiado tranquilas. Se me había asignado una rutina cuando al primer mes de medir mi estómago, pensaron que era demasiado pequeño, Jía y yo nos espantamos un poco pero el doctor se encargó de calmar las aguas diciendo que era normal, y me puso una rutina totalmente inflexible, tenía permitido comer, salir al jardín e ir al templo a rezar...dentro de mi distrito podía coser, bordar o ese tipo de cosas, pero el baile, canto y tocar el qin era algo totalmente prohibido. Kai iba a diario por la mañana a ver a la chica del pueblo y regresaba después del desayuno. Todo estaba yendo bien para nosotros, como ya dije.

En cuanto al resto del harén, era una batalla campal. Si bien, antes de que se anunciara mi embarazo había un montón de chismes diciendo que el emperador estaba maldito, o que el palacio, la dinastía o la emperatriz, pero todo era de prácticamente lo mismo, infertilidad. Yuri tenía a las chicas en ayuno casi 3 días antes de ser visitadas, ella misma dejó de comer y se dedicó a rezar... me sentí incluso un poco mal por ella, por lo menos unos días hasta que el grito de una chica en medio de la noche nos levantó.

Jia vino enseguida con la espada en la mano, al verme completamente bien la guardó, los gritos no cesaban y empezaban a asustarme. Nos pusimos la capa negra de invierno y salimos con una pequeña vela a buscar de donde venía el sonido. Ahora estábamos frente al distrito de Yuri, vimos en la puerta a los guardias, así que, tuvimos que rodear por los jardines hasta su patio trasero. Escuchaba su voz gritándole a alguien, seguido del sonido de una vara de bambú golpeando la piel, yo conocía bien ese sonido, tanto que me causó calosfríos. Nos asomamos por un pequeño hueco entre los arbustos y vimos a Yuri, golpeando a una de las concubinas. La chica estaba de rodillas, apenas consiente, tambaleándose un poco y encima de un charco de sangre.

- ¡Ramera! – le gritó, tomé la mano de Jia pidiendo que esperara, necesitaba escuchar esto, antes de hacer cualquier cosa.

- ¡lo juro por Dios! – respondió la chica casi sin aliento. - He sido fiel al emperador – dijo entre agonía. Me llevé la mano a la boca comprendiendo de donde venía el charco de sangre, en un par de minutos tomé su mano apresurando el paso de vuelta a nuestro distrito.

-Taemin – habló primero ella, estaba completamente pálida.

-Toma compostura. – cerré las puertas dando vueltas por la habitación tratando de pensar.

-Esa chica...Taemin. – suspiré

-Estoy tratando de pensar en una forma de ayudarla, pero por ahora es imposible. - respondí. - Saldré a dar un paseo por el jardín temprano en la mañana, no le dará tiempo de esconder la sangre...llamaremos a la guardia antes de que pueda hacer algo y la ayudaremos a escapar.

- ¿crees que?

-Esa chica fue de las primeras en ser visitada, hace casi 4 meses Jia. – respondí. – Les hicieron la prueba a los 15 días y salió negativa, por la ineptitud del médico. Yuri baña a esas chicas, les cuenta la comida y mide sus cinturas a diario, debió notarlo apenas ahora y tenía que sacárselo del camino.

-Antes de que se hiciera conocido, porque la pondrían en protección como a ti- asentí. Los gritos se detuvieron en un par de minutos más, pero la experiencia nos había quitado el sueño, estuvimos en vela hasta el amanecer. Tenía ese sentimiento en el pecho, algo malo iba a suceder. En cuanto los rayos del sol comenzaron a salir, nos alistamos para el paseo, sabía que habría preguntas así que tenía que empezar a maquinar respuestas en mi cabeza. Diría que tenía nauseas, así que salí a caminar y encontramos el charco de sangre, el patio trasero de Yuri también podía accederse al templo principal, asi que eso debería bastar para no ser regañado por saltarme el reposo. Me tomaba casi una hora alistarme por completo, entre la ropa y el montón de capas, incluyendo la barriga falsa que ahora pesaba casi 4 kilos.

The Hidden QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora