The Hidden Queen

22- Under my skin I

Estar a cargo del taller me había creado un buen horario, apenas comenzaba a salir el sol cuando desperté. Había olvidado lo que era dormir en una cama, incluso las colchas estaban rellenas de plumas al igual que la almohada, a veces por el aire del rocío en la mañana me dolían los huesos. Jinki me había dicho que era por las heridas mal cicatrizadas, los huesos  que no sanaron bien...no podía hacer nada para evitarlo pero por ahora, en el distrito estaba bien. 

Jia se levantó temprano y metió una tina comenzando a llenarla antes de que las otras concubinas despertaran, sabía que esto sería un problema de ahora en adelante. Tendríamos que estar atentos. Disfruté el poco tiempo en el agua antes de salir y comenzar a vestirme, sabía que ahora corría peligro con cada paso, incluso significaba volver a usar esos pantaletas que apretaban todo, el corsé con el que me costaba respirar y cuidar todo lo que comía. Podía soportarlo...lo había hecho toda mi vida. Tenía que cambiar un poco mi actitud. Mientras Jia comenzaba a peinar mi cabello , empecé a mentalizarme para usar el corset todo el día, hace mucho no tenía que soportarlo por tanto tiempo. Tardamos bastante entre todo eso y el maquillaje, entre los 2 era demasiado trabajo. Salimos a tiempo apenas para el desayuno, llegué a tiempo aun no llegaba todas así que no había problema. Hice una reverencia pequeña al entrar, no estaban todas las chicas y supuse que siendo tantas solo podían venir las que fueran invitadas por la emperatriz o la consorte...Claro que de ser por Yuri no estaría aquí.

Esperamos al emperador antes de empezar a comer,  un par de doncellas tocaban música para nosotros mientras otra de las concubinas cantaba. Tenía una voz linda y sonreía igual pero una vez que nuestras miradas se cruzaron me lanzo una mirada de odio, dejé de disfrutar su música y me concentré en medir mi comida,  si se comía mucho no soportaría el corsé, a la demás concubinas tampoco parecí agradarles. Su desdén me tenía sin cuidado alguno, pronto tendría el favor del emperador y no podían tocarme.

Aproveche la comida para ver a las demás concubinas, todas eran bastante jóvenes pero eso ya lo sabia. Fuera de parecer egocéntrico ninguna era más bonica que mi versión femenina. Una de ellas se saltó el desayuno para tocar la flauta , no eran malas pero tampoco lo tenían perfeccionado. Mantuve una expresión amable, al final el emperador solo se levantó agradeciéndoles su actuación. Se acercó a mi mesa en cuanto hice reverencia sentí su mano en mi hombro

"Espero tener tu compañía a la hora del té" - asentí sonriendo. Él viejecito se fue feliz seguido de su sequito, Jia se acercó a mi ayudándome a sentar de nuevo pero en cuanto perdimos de vista a la ultima de sus doncellas, Yuri se paró frente a mi con el entrecejo fruncido. La salude correctamente pero ya imaginaba que no estaba feliz conmigo...creo ya por el simple hecho de respirar aquí le causaba malestar

-Mi querida Tae - dijo sonriente, baje la mirada con una pequeña reverencia

-¿pasa algo consorte? 

-Sé que eres nueva pero ¿sabes que estoy a cargo de todas las concubina cierto? - asentí - Desde la hora en que se levantan hasta el ultimo gramo de lo que comen - Todo esta perfectamente calculado para concebir rápidamente a un heredero. 

-La joven Taemin no suele comer mucho - salió a defenderme Jia - Tiene un estomago muy delicado y si come un poco de más, suele caer enferma - ella la vio mal, a pesar de que Jia no estaba siendo grosera

-Una concubina enfermiza no es mi problema - respondió totalmente irritada - tu insubordinación no quedará impune - asentí sabiendo bien lo que iba a pasar, ella estaba tratando de quebrarme.- Sígueme - gruñó en una orden. Jia tomó mi mano pero le di una sonrisa tranquila , caminamos detrás de ella directo hasta afuera del palacio frio. Vi como enseguida le traían una silla y una sombrilla esas pequeñas concubinas tontas que la acompañaban incluso sacaron un abanico.