21 - Inténtalo

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Cuando era más joven había leído todos los libros del palacio de mis padres, cuando fui a vivir con Minho leí todos las memorias de sus ancestros, todo lo que los antiguos emperadores habían escrito , decretado y hasta fantaseado. Entre todos ellos había algo en común y es, que en sus peores tiempos cuando se veía atrapados o rodeados por el enemigo, en ese momento que no tenían nada más que perder se volvían valientes, las historias que había leído escritas por quien lo experimentó eran héroes, los que morían haciendo ese acto heroico eran mártires de la nación. Pero todo se resumía a eso, valentía de los que no tienen más que perder. Eso era esto, era mi momento donde ya no podía hundirme más así que tampoco tenía miedo.

Así que cuando el emperador entró, junto con la emperatriz y esa otra chica que supuse, que era quien dirigía el harem, no tuve miedo. Una chica alta, delgada y muy linda. Llevaba uno de los vestidos que hice para la emperatriz así que supuse tenía bastante poder. Aun así, no dejé que me intimidara. Jia titubeó un poco, pero me presentó ante ellos, comencé a tocar el guquin, había canciones que mi nana me dijo los hombres con poder amaban, porque los hacían sentir más poderosos así que toqué esas canciones. Recordé las noches que pasé tocando para Minho, en como sonreía, él no amaba esas canciones, él prefería las canciones que hablaban de parejas, del por siempre felices que no pudimos tener. Volteé a ver a Jia pidiéndole que cambiara lugares conmigo, no era tan buena, pero era lo suficiente para permitirme bailar. Había visto como desde el primer acorde el emperador quedó embobado conmigo, y ahora que bailaba sonreía totalmente prendado. Terminé con una pose linda, elegante y que mostrara mi perfil. Eso también me lo enseñó mi adultera nana. Él se levantó aplaudiendo al igual que la emperatriz, estaba un poco cansado, pero solo me senté cuando él me lo pidió

-Eres hermosa – dijo, le agradecí inclinando mi cabeza

-Y muy talentosa – siguió la emperatriz – la conocí antes – le contó – es la talentosa artesana que bordó nuestra ropa. Dirige el taller de prendas en el palacio. – sus ojos se abrieron sorprendido.

-Muy pocas chicas de la realeza practican una de estos 3 artes, y tú los dominas estoy impresionado – sonreí ligeramente tratando de no parecer engreído. La modestia era una de los principales dones que una chica podía tener, necesitaba de toda la ayuda posible para entrar al harem

-Una chica linda, modesta y sobre todo talentosa- dijo la chica, algo en el tono de su voz me preocupó. No debí darle una buena impresión – Todo eso para ser una viuda – sentí un pinchazo en el pecho – los rumores dicen que aún no encuentran su cuerpo pero que es imposible que se encuentre con vida, quizá nunca lo encuentren, los cuerpos de los guerreros pocas veces regresan casi siempre terminan de fertilizante para el campo, cuanta tragedia en alguien tan joven – traté de que sus palabras no me afectaran, pero eso había sido doloroso de escuchar, ella era cruel. Quizá me habría desmoronado de ser otra persona, pero había sido criado por la reina del hielo, las palabras ya no podían afectarme

-Por Dios, Yuri – le cortó la emperatriz. – Esa no es una forma agradable de hablar – pidiéndole a una doncella que la abanicara y le sirviera té

-Solo me aseguraba de que el emperador supiera la historia de nuestra bella viuda

-Eres joven – dijo él hablándome – Claro, que es trágico pero la vida sigue ¿no es así? - dijo el amable viejito- vamos, lucecita, habla – oculté una sonrisa al escucharlo –Podrías casarte con cualquiera del reino, o irte a algún monasterio lindo a pasar el resto de tu vida. No tienes la necesidad de ser una concubina- sonreí reverenciándolo antes de hablar

-Quiero ser madre - dije bajando de tono mi voz, los 3 se sorprendieron al oírme- Como la doncella dijo, enviudé demasiado rápido y no pude lograrlo. Por más que amé a mi general, no puedo cerrarme a la idea de perder mi sueño – mi voz sonó afligida, por el rabillo del ojo vi su rostro apenado por mí. Era exactamente lo que quería.

The Hidden QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora