021

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021: Interrumpir
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Después q de comer en la cafetería a la que me llevo Lightwood, me había traído a casa y se había ido. Jonatan nos bombardeó con preguntas tan pronto llegamos, suerte que respondimos todo al pie de la letra. Mamá lo llevo a su habitación, ella dijo que había bebido demás y por eso estaba así de pesado. Yo subí las escaleras y me metí a bañar. Lightwood se despidió y se fue a su casa. Y así todo, Mar tampoco me cuestiono mucho sobre lo que escuchó cuando me llamo. Ella sabía de quién era la voz, era estúpido preguntar.

Ya había caído en mi cómoda cama luego de darme una ducha. Lamentablemente, cuando el sueño se estaba apoderando de mi ser, un sonido potente interrumpió mi perfecto sueño. Entrecerré los ojos, confundida por la poca luz que provenía del corredor. Mis manos fueron a mis ojos, rascándolos con molestia por la claridad. Pestañeé un par de veces para asegurarme de que todo no fuera idea mía, efectivamente había una luz prendida abajo.

Me alarmé prácticamente al instante, me puse de pie tambaleante por la rápidez del momento. Mis pantuflas de delfín rosado acariciaron mis talones, resguardándolos del frío suelo. Caminé hacia la luz, y me encontré en la cocina. Talle mis ojos con la palma de mi mano antes de observar bien que había frente a mi, casi me caigo al suelo al digerir la imagen.

Aarón Lightwood está sentado en el sofá de mi casa, a las tres y media de la madrugada, comiendo papas fritas y bebiendo cerveza mientras ve lo que parece ser un maratón de The Walking Dead

Una manta de lana cubre sus piernas hasta tu torso, no trae camisa, dejando a la vista el trabajo de su tan amado deporte y el esfuerzo como jugador. Su cabello está más despeinado de lo normal y trae su respectiva cadena de cruz colgando del cuello. En el suelo, sus comunes airfoce ones y sobre la mesa de centro, ágilmente doblada, la camisa que probablemente traía puesta antes de relajarse en el sofá.

—¿Que demonios haces aquí? —mi voz lo sobre saltó, haciendo que la cerveza que antes tenía en mano se derramara un poco.

—¿Tú no deberías estar durmiendo? —asentí cruzándome de brazos y observando cómo limpiaba el líquido que derramó.

—Yo pregunté primero, ¿Quién te dejo entrar?

El solo suspiro y se puso de pie, dejando a la vista sus piernas. Para mi sorpresa, traía un pantalón de pijama, con el logo de los Avengers en el. Bastante infantil si juzgamos por el lado maduro, pero mi lado fanático de Marvel me hace tener un orgasmo visual al observar su trasero marcado en la tela impresa.

—¿Viste el partido de hoy? Fue un total fracaso, ningún jugador tenía la cabeza para jugar bien y mantenerse centrado en lo que realmente valía la pena en ese momento. Algunos incluso ni siquiera querían jugar, pero como capitán del equipo debía alentarlos a todos, debía mantener el equipo a flote para ganar y dar lo mejor en el partido —sus palabras mostraban frustración, y cansancio.

—Trataste de sacar al equipo adelante aunque te sentías como basura, ¿Porque eso es lo que se supone que haga un capitán? No creo que esa haya sido tu única motivación, si te soy sincera. —el me observo de reojo mientras abría una lata de cerveza y tomaba un trago.

—Tienes razón, pero aún así, perdimos.

—Fuimos a una cafetería lejos de aquí, y parecías estar bien, ¿Porqué no me dijste nada antes?

El pasó una mano por su cabello despeinado y puso la lata de la cerveza vacía en el suelo.

¿Cuando se terminó eso?

Three Point Shot | Libro I |  ✓. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora