Hokage-sama [Omegaverse]

Capítulo 24:Final

En la entrada de la aldea se encontraba una "beta" con una capucha tapando su rostro. Entró con una sonrisa al ver el gran cambio de la aldea, pero su sonrisa se borró al ver que en lo social todo seguía siendo lo mismo, dio un suspiro triste.

Camino hasta el mercado para obtener más información, había vuelto sólo para comprobar sus sospechas, bueno no eran sospechas, solo tenía la ilusión de encontrar a una persona.

—Mira él es el Hokage y está con su familia —al escuchar eso rápidamente se volteó a ver en la dirección que la beta apuntaba.

Unas delgadas lágrimas bajaron por su mejillas mientras sonreía de felicidad.

Lo sabía...en el fondo lo sabía. Esa era la razón por la que había vuelto, tantos años... tantos años que pensó que era imposible...

—Naru...—al fin lo volvía ver, después de tantos años, sus recuerdos eran escasos pero como olvidar a una persona como el rubio.

— Sí, así es como se llama el omega del Hokage, como me gustaría estar en su lugar, sería maravilloso—la beta hablaba pero la rubia sólo tomaba atención al rubio.

Cuando este sonrió, la rubia también, después de tantos años volver a ver esa sonrisa tan característica del rubio, sin duda no había cambiado en nada, se veía tan...¿feliz?

Cuando el ojiazul se empezó a alejar la "beta" quiso hablar pero ni una palabra salía de sus labios, sin aguantarlo salió corriendo.

Naruto por alguna razón paró de caminar antes de que hablará o hiciera algo, fue envuelto en un abrazo.

--¡¿Eh?!

--N-no sa-sabes cu-cuánto te extrañé --habló apenas conteniendose las ganas de llorar.

Junto al rubio estaba un azabache que al escuchar esas palabras agarró fuertemente al rubio del brazo.

— Naruto vámonos—ordenó serio pero en su mirada se podía ver un tinte de miedo.

—Oto-chan ¿quién es ella?—detrás de Sasuke salió un pelinegro muy parecido al moreno sólo que el menor tenia unas marquitas debajo de sus ojos que parecían unas ojeras.

—So-soy y-yo, Shion—la beta rápidamente se quitó la capucha dejando ver sus cabellos rubios cenizos, el rubio trato de recordar, pero solo sintió un dolor punzante en la cabeza.

—L-lo siento—respondió con pena—N-no te conozco... te debiste confundir—incómodo se separó de la rubia y siguió su andar, dejando a la rubia en media de la calle.

—Na-naru...onii-san— habló con un hilo de voz, levantó la mano queriendo alcanzarlo pero sus piernas no respondían—¿Por qué?—se asustó al sentir una mano en su hombro, rápidamente se dio la vuelta encontrándose con la persona que apenas recordaba, bueno solo sabía su nombre.

—Tenemos que hablar... Shion ¿verdad?

—Sakura.

La rubia frunció el ceño al ver a la ojijade frente a ella, la pelirosa le indicó que la siguiera a lo que parecía su casa.

—¡¿Por qué onii-san no recuerda quien soy?!—gritó al entrar a la casa de la pelirosa, está la ignoró y camino hacia una mesita.

—Naruto no recuerda nada porque su memoria está sellada, el día en que sucedió en ataque ese día...—respiró hondo—Ese día fue herido de gravedad, iba a morir—sacó un objeto del cajón de la mesita y habló tranquila—Por suerte, yo me encontraba en ese lugar.

—¡¡Vive en una mentira!! ¡Cuando tenía seis años escuche todo lo que Naruto le decía a mi nii-san!! ¡Vive con la persona que más daño le ha hecho!—gritó con rabia, apretando los dientes.