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13. paso mucho estrés y me quieren ver mal.

Nala

—Listo, ¿en tres días las tenés entonces?—preguntó Giuliana mientras se levantaba y se colocaba la mochila sobre los hombros.

Se nos había hecho de noche de todo lo que habíamos hablado, aunque en un principio me costo bastante concentrarme porque le di vueltas toda la tarde a la escena que había visto en la panadería esta tarde.

¿Quien era esa chica y por que Valentín la tenía agarrada de las manos? ¿Era la novia? ¿Una amiga con derechos?

Este tipo de preguntas fueron las que rondaron en mi cabeza después de ver toda esa situación, agregándole que me sentía mal.

Sé que va a sonar un poco egoísta, pero yo quería ser la única chica que tratará así Valentín; que la escuchará, que la cuidara, que la defendiera, que la abrace.

Que la bese...

Sacudí un poco la cabeza para salir de mi ensoñación y me centré en mi acompañante nuevamente, quien me miraba atenta para recibir una respuesta por mi parte.

—¿Eh?—me salió instintivamente, aunque después de procesar la información, añadí:—Ah, si si.

—Bueno—rió y se acercó para saludarme con un beso en la mejilla—Nos vemos, Santi me esta esperando afuera.

—Dale, nos vemos.

Una vez salió de casa, fui hasta la cocina para agarrar el pote de helado que estaba en el último cajón del freezer y una cuchara para finalmente ir hasta mi pieza a bajonear.
Prendí el televisor y busqué la serie que estaba viendo y que había dejado a la mitad.

Necesitaba estar distraída porque sabía que si no hacía nada, le iba a dar vueltas a lo de Valentín y aquella chica y era lo que menos quería en estos momentos.

Me sentía relativamente mal por aquello, saber que el miraba a la chica con la misma cara con la que me miraba a mi, me dolía.
Me dolía el hecho de que yo ya había interpretado que Valentín era diferente al resto y que el me miraba de la misma forma que yo a el.

Porque sí, yo ya sentía algo más que una amistad con Valentín.

De manera repentina, noté como mis piernas se volvían húmedas y todo porque mis lagrimas habían empezado a caer y chocaban contra mis piernas y de un momento al otro, me había vuelto una bolita.

Minutos más tarde la puerta se abrió, dándome como a campo de visión a una de mis hermanas, para ser exactos, Mora, quién me miraba con el ceño fruncido y cuando se rascató de que estaba llorando empezó a caminar, pero alcé la mano y le hice una seña.

—Quiero estar sola—pedí mirándola fijamente a los ojos mientras las lágrimas seguían decorando mi cara, esta pasó la vista por toda mi cara y luego se centró en mis ojos.

—Pero... ¿Q-que te paso?—preguntó un poco nerviosa.

Mi hermana me había visto muy pocas veces llorar, mi familia en sí pero Valentin se llevaba todas las papeletas en todo el tiempo que nos conocíamos, me vio llorar tantas veces que eran incontables.

—Nada Mora, andate—solté mientras señalaba la puerta, esta negó y empezó a caminar en dirección a la cama para sentarse—¡Andate! ¡Quiero estar sola!

—Boe, ¡tampoco para que me trates así!—chilló con bronca y era lo único que me faltaba hoy, ponerme a discutir con mi hermana—¡Venía a avisarte que vino Valentín idiota!

Mi semblante cambio al instante a uno mas relajado mientras que ella tenia las cejas juntas y se daba la vuelta para salir finalmente irse de la pieza.

—Si estas así de chinchuda le digo que no pase, lo único que falta es que trates mal al pobre Valentín—aportó y dió un portazo finalmente.

Pobre yo.

Cerré los ojos nuevamente y respiré hondo para intentar tranquilizarme, aunque eso fue inevitable cuando tocaron la puerta.

—¡Mora te dije que quiero estar sola!—grité enojada, y cuando se abrió la puerta instintivamente le tiré un cojín aunque después de unos segundos me retracté al ver quien era realmente.

Valentín.

De todas formas, cambie mi semblante nuevamente y ahora junte las cejas y me crucé de brazos en símbolo de que estaba enojada.

—Apa, que carucha—soltó divertido mientras agarraba el almohadón que le había tirado del suelo—¿No soy bien recibido tampoco?

No.

Lo ignore.

Me di la vuelta y agarre el celular de la mesita de luz para visar algunos mensajes que me había mandando mi jefe diciendo que mañana tenía que entrar un poco más temprano de lo normal. Luego de contestarle, deje el celular nuevamente en su sitio y me volví a girar y como si no existiera Valentín, agarré el mando del televisor y le di al play a la serie.

—Parece que no—escuché que murmuró, y en vez de irse, se acercó hasta la cama para sentarse en el borde;—¿No me vas a saludar?

No.

Lo único que recibió por mi parte fue una cara de orto, sumandole que lo rebajé con la mirada y no tardó en soltar una carcajada que me hizo fruncir el ceño.

—Es la primera vez que te veo enojada—informó para que entendiera porque se reía, aunque a mi no me hacía ni una pizca de gracia—Sos muy linda.

Alcé una ceja al escuchar el último comentario, el me imito y se volvió a reír pero no tardó mucho en acercarse a mi y depositar un sonoro beso en mi mejilla, accion por la cual no recibió ninguna aportación por mi parte.

—Dale, dame bola Nala—pidió haciendo un puchero y se volvió a acercar para darme mas besitos alrededor de la cara.

Autocontrol Nala, autocontrol.

—Quiero estar sola—volví a repetir por segunda vez en el dia, odiaba repetir las cosas ochenta veces y tenía en claro que Valentín había insistido en entrar a mi pieza.

—¿Que pa...

—¡Andate Valentín!—le grité aun peor que a Mora, tenía la cara roja de la bronca, y el pareció sorprendido ante mi acto, de todas formas volvió a su compostura.

—Hasta que no me lo cuentes no me pienso ir de acá—informó con un tono bastante duro haciendo relajar mi semblante—Así que ya podes ir calentando la pava y dejarme un sitio en tu cama porque me voy a quedar a dormir si hace falta.











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bueno quiero que sepan que borre casi todas las novelas, estoy manejando dos nada mas ahora: la de dani y esta y a medida que vaya acabando una subo otra porque si no me voy a agobiar una banda y no voy a actualizar nunca.

Gracias por la espera y perdon por la tardanza, las amo💗

sinag ; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora