12. decepciones.
Nala
—Mirá Giu, ¿te gustan?—pregunté mientras le mostraba las fotos que le había hecho en una pared que estaba toda grafiteada.
La morocha miró detenidamente todas las fotos a medida que las iba pasando y después de ver todas las que le había hecho en ese lugar, alzó el pulgar aprobando las fotos—Buenísimo. Ahora vamos a un parque que esta a dos cuadras de acá, hay lugares hermosos y van a estar re lindas las fotos.—Dale.
Guardé la cámara dentro del estuche, y luego en la mochila por si acaso. Giuliana agarró su mochila en la cual traía ropa de cambio para que no fueran tan repetitivas las fotos.
Salimos del callejón, el cual estaba todo grafiteado, cosa que amaba.
Amaba el arte callejero, y este callejón era uno de los mas conocidos por sus decoraciones y por lo colores que utilizaban. Había todo tipo de dibujos desde Frida Kahlo hasta palabras inentendibles.—¿Al final este año arrancas turismo?—cuestioné mientras caminábamos hasta nuestro destino, ella me miró y asintió—¿Ya terminaste el curso de ingles?
—Me quedan dos meses no mas, pero voy bastante bien. Pensaba que iba a ser peor—comentó esta soltando una carcajada contagiándome a mi también.
A Giuliana la conocía del colegio, ella era un año mas grande que mis hermanas y normalmente se juntaba con ellas para jugar en los recreos, pero desde que me conoció se empezó a juntar mas conmigo. Nos llevábamos tres años de diferencia pero eso para mi no era ningún inconveniente, además de que fortalecimos nuestra amistad cuando me pidió que le hiciera el book de sus quince, me dió la oportunidad de ser la primera persona a la que fotografiara en un ámbito mas profesional porque yo ya había terminado el primer curso de fotografía y que me dieran la chance para empezar con ella fue un honor.
—¿Y el novio como va?—pregunté después de un rato. Ya habíamos llegado al parque y ya me estaba acomodando para volver a fotografiarla.
—Todo mas que bien Na, ¿y vos? Me entere hace poco que terminaron con Alan—informó ella mientras se ponía una gorra y se cambiaba los aros que llevaba en puestos.
—Así es, es una larga historia igual y no terminamos como me hubiera gustado, pero bueno—contesté de forma insignificante.
Porque de todas maneras, aunque Alan me hubiera dejado porque no cumplía sus expectativas en la cama, me hubiera gustado terminar bien con el y no como lo habíamos hecho. No obstante, el se lo merecía había estado buscando a Valentín a pesar de que el castaño le dejara las cosas bien claritas desde el minuto uno y obviamente el que había salido perjudicado era el.
—Si, algo me entere. Onda, como que se peleo con un pibe por vos o algo así—añadió, la miré con los ojos un poco mas abiertos de lo normal.
Qué rápido volaban las noticias acá.
—Se peleo porque quiso, porque ya estaba advertido desde hace rato—expliqué mientras encendía la cámara y la ponía en un modo distinto al de antes.
La morocha no acotó nada mas al respecto, porque creo que con mis contestaciones se daba cuenta de que no quería hablar del tema de Alan y mucho menos en un sitio como este. No creía conveniente el hecho de hablar de mi ex mientras estaba haciendo una sesión de fotos, si fuera en otro sitio no tendría ningún problema porque tenía la suficiente confianza con Giuliana para contárselo, además de que siempre fue una chica muy comprensiva y madura para este tipo de cosas y eso era porque desde chiquita siempre se había juntado con gente mas grande que ella.
—Si querés después vamos a una panadería y me contas...—sugirió esta mientras se posicionaba para que le sacara la primera foto con ese oufit.
—Dale.
Una hora y media mas tarde, ya habíamos terminado de hacer toda la sesión. Habíamos ido a otros dos lugares, entre ellos una casa en ruinas y a una pista de skate.
Obviamente fuimos a esos lugares, porque la ropa que había traído la morocha iba acorde con esos sitios.—Y estas son las últimas—dije mostrándole las últimas fotos que eran en las escaleras de la casa.
—Sos una genia, ¡me encantan!—habló exaltada con una sonrisa haciéndome reír.
—En un par de días te las paso—informé guardando la cámara nuevamente en el estuche—Ahora vamos a una panadería por dios, me estoy muriendo de hambre.
Terminamos de juntar todo mientras seguíamos charlando de temas bastante triviales, aunque una vez que tocamos el de la facultad no pudimos parar, y más porque Giuliana en un par de meses arrancaba el primer año y quería saber que mas o menos como era el ambiente, yo también estaba yendo a la facultad y estaba haciendo una carrera artística.
Amaba todo lo que tenia que ver con el arte, desde pintar hasta actuar.Nos acercamos a una panadería, que según mi acompañante era nueva y desde que había abierto tuvo mucho éxito en todo el barrio.
Ni bien pasamos por la puerta, nos acercamos hasta el mostrador para pedir lo que íbamos a comer, y por curiosidad empecé a ver lugar hasta que mis ojos se pararon en una mesa que estaba un poco lejos, en la cual estaba Valentín hablando con una chica, que no pude reconocer porque el pelo le hacía de cortina, ambos estaban agarrados de las dos manos y en una de esas, el castaño levantó la mano para dirigirla a la cara de la chica y acariciarla.
Sin pensarlo dos veces, me di la vuelta y me acerqué hasta el mostrador.—Para llevar por favor—ordené antes de preguntarle o si quiera sugerírselo a Giuliana, quien me miró con el ceño fruncido—Es que quiero comer las facturas y los sandwichitos con mate, por eso.
Obviamente mentí, no quería quedarme ahí después de haber visto esa escena con Valentín, me quería ir a mi casa.
—¿Te sentís bien?—cuestionó un poco dudosa la morocha.
—Sí, tomá—hablé y rebusqué en mi bolso la billetera para darle plata—Te espero afuera.
Mi acompañante solamente se limito a asentir con la cabeza despacio y se dio la vuelta para esperar a que le prepararán las cosas que ella había pedido.
Aunque lo que Giuliana no sabía era que me había llevado la decepción del día o quizás de mi vida.
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Bardo bardo bardOOOOOOO
aca tenes bebeee💗🥰
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