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14. donde voy tu vas detrás, no es una necesidad eres un amuleto pa mi.

—No, olvídate—contestó de mala manera ella, a pesar de que antes le había hablado con un tono bastante firme, volvió a ponerse a la defensiva—No quiero ver a nadie y mucho menos a vos.

Palazo.

Alcé una ceja sorprendido ante lo ultimo que había salido por su boca, aunque realmente me había sentado mal ese comentario porque a mi ella me gustaba y que me cortara así el rostro era de lo peor.

De todas maneras, no quería que viera mi lado sensible —por ahora— así que me mojé los labios y la miré directamente a los ojos como si nada hubiera pasado, ella me seguía mirando con cara de orto y todavía tenia los cachetes un poco rojos de la calentura.

—¿Por que a mi no? ¿Que te hice para que no me quieras ver? A ver, contame—pedí lo más tranquilo, pero eso se ve que no le causo ni una pizca de gracia el tono que utilice porque se levanto de la cama y se puso en frente mio.

—Dejá de hacerte el interesado y el pobrecito y ándate de acá—informó señalando la puerta mientras me miraba fijamente.

—¿El pobrecito y el interesado?—recriminé y me levanté para estar a la misma altura que ella o bueno, estar de pie ya que yo era mucho mas alto que ella—En ningún momento me hice el pobrecito, el interesado si Nala, porque me importas y algo te hice para que no me quieras ver, quiero que me lo cuentes para explicarte o arreglar las cosas con vos. No me gusta estar mal con nadie y mucho menos con vos.

Había empezado bien pero cuando le empece a decir lo segundo, ya me estaba debilitando.
Realmente no quería estar mal con ella, era la primera chica con la que me sentía completamente lleno y me había hecho olvidar de todos los quilombos que había tenido anteriormente con Ivanna, mi ex, Nala prácticamente había sido un rayo de luz en mi vida, y por lo que yo tenia entendido según Mora y Agustina, yo también había sido uno para ella.

Me acerqué a ella para tomarla por la cintura con una mano mientras que con la otra la agarraba del mentón para que alzara la cabeza y ni bien pude ver su carita, note como sus pestañas estaban empapadas y sus ojos levemente rojos.
Saqué mi mano de su mentón y con mi pulgar empecé a sacar las lágrimas que se derramaban por sus mejillas.

Y antes de que pudiera hablar, ella aparto mi mano de su cara y me miró a los ojos.

—Me hace mal que me digas todo eso—explicó la rubia mientras seguían cayendo las lágrimas por su hermosa carita. Fruncí el ceño porque no entendí porque le hacía mal, y como si me hubiera escuchado, añadió:—Porque después te vas con la otra y yo como una tonta me pongo a llorar por vos.

¿La otra? ¿Eh?

Fruncí el ceño nuevamente y me puse a pensar de que piba estaría hablando porque con la única que estaba manija era con ella, y no me estaba viendo con nadie mas que con ella.

—No te hagas el que no sabés, seguro que la chica de la cafetería se sentiría para la mierda si ve que no te acordás de ella—soltó de manera molesta e insignificante.

Y ahí caí a quién se refería.

—Na—susurré y me acerqué a ella nuevamente para acariciar su cachete con dulzura, ella me miro apenas y negó un par de veces—Pará, escúchame. Es largo de explicar pero yo no estoy mas con ella, terminamos antes de que yo te conociera, pero el día que nos viste en la cafetería era necesario juntarnos porque teníamos que hablar de un tema...

Ella me miro ahora fijamente y se relamió los labios buscando algo para contestar o para aportar a aquella información.

—Dale, no estes mal conmigo—hablé despacio haciendo boca de pato y me acerque un poco mas a ella, su acción fue morderse el labio y negar un par de veces, cosa que me hizo sonreír y la agarre de los cachetes para llenarla de besos—Mi chiquita hermosa que se puso celosa.

—No hagas que me arrepienta.

—Andaaa, si te tengo loquita—solté con autosuficiencia, ella me dio un manotazo en el hombro haciéndome reir.

—En tal caso, yo te tengo loquito a vos—contraatacó ella cruzándose de brazos, alimentando su ego, faceta que todavía no conocía de ella.

Pero que igualmente me encantaba.

Y no pude estar mas de acuerdo, porque realmente ella a mi si que me tenía loquito con su forma de ser porque era lo que me gustaba de ella, a pesar de que era hermosa tenía un corazón enorme.

—No sabes cuanto—contesté haciéndola reír y me acerqué para darle un beso en la nariz y después de eso me quede mirándola.

Era perfecta.

—No me mires así, estoy horrible—acotó mientras se tapaba la cara con las manos y con mucha paciencia y suavidad se las intenté sacar.

—Sos hermosa hasta con los ojitos hinchados, los pelos hechos un quilombo y con los cachetes rojitos—halagué, me dio un empujón haciéndome reír—Te digo hermosa y te enojas.

—Porque estoy enojada con vos todavía. No me cierra lo de la piba esa—dijo mientras se cruzaba de brazos y me miraba fijamente con una ceja alzada.

Solté un suspiró y me pase una mano por el pelo, me acerqué nuevamente a ella y la agarre de la cintura acción que la descoloco un poco, pero un así mantuvo la postura. Me aproximé un poco mas a la altura de que nuestras respiraciones se chocaban y nuestros labios se rozaban, e hice algo que tenía ganas hacía bastante tiempo.

La besé.

—La única piba que me gusta y con la que quiero estar sos vos Nala.



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sinag ; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora