18

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18. yo no te puedo olvidar y no me puedo escapar.

18 meses después.

Me levanté gracias al despertador porque si era por mí seguía durmiendo, había acordado hace poco en hacerme un tatuaje pero no tenía la menor idea de qué y mucho menos dónde, lo único que tenía en mente es que quería tinta nuevamente en mi piel.
Y todo por culpa de Daniel, quién estaba rompiendo los huevos como nunca con que quería tatuarse de nuevo y me enteraron ganas de mi también.

Preparé una pila de ropa, la cual me iba a poner después de bañarme y me dirigí directamente al baño, alrededor de quince minutos ya estaba bañado y cambiado y ahora estaba enfrente del espejo que tenía en mi pieza arreglándome el pelo.
Hasta que en una de esas se me dio por mirar a uno de los bordillos del espejo y ahí estaba.

La foto que me había sacado con Nala hacía más de año y medio, donde ella me estaba abrazando por la cintura y con la cabeza apoyada en mi pecho mientras que yo tenía mi brazo por encima de sus hombros y la atraía lo más posible a mí. Aunque eso me ponía bastante nostálgico, lo mejor era la descripción de la foto.

la primera de tantas con vos, te quiero mucho chiquito

Me pasé la lengua por mis labios y note como se me hacía un gran nudo en la garganta, pero me puse firme para olvidarme de eso. No tenía ganas de llorar nuevamente por ella como lo venía haciendo durante este año y nueve meses atrás.

Ella no vino en todo ese tiempo a hablar conmigo, y desde la vez en el boliche no la vi más, así que sí, hacia más de año y medio que no la veía y no tenía ni idea de como estaba ahora ella sentimental, ni físicamente porque después de todo lo que había pasado se dió de baja la cuenta de Instagram y por lo que tenia entendido ahora tenía otra pero la tenía privada y seguía a la mínima gente.

Según Lola quería tener un nuevo comienzo lejos de todo lo tóxico y todo lo que tuviera que ver con batallas y ese tipo de cosas, sin embargo se seguía llevando con los chicos pero no se la misma manera como cuando estaba conmigo porque se había alejado de todo ese mundillo.

El timbre resonó en toda la casa haciéndome salir de mi ensoñación y antes de que saliera de la habitación, le di un último vistazo a la foto.
La extrañaba como nunca, pero iba a respetar el hecho de que no quería saber nada mas conmigo y mucho menos saber del tema de lo que había pasado con Ivanna. Obviamente, después de todo lo que me había pasado con la rubia, la vi un par de veces por el tema de la adopción del bebé y no la vi mas porque no quería saber nada con ella.

Bajé las escaleras y agarre la campera que estaba tirada en el sillón para finalmente salir, ya que afuera me estaba esperando Daniel.

Lo salude y empezamos a hablar de cosas bastantes randoms en lo que caminábamos hasta la tienda de tatuajes, en la cual estuvimos media hora después.

—Tengo que hacer un par de llamadas, vos anda entrando—avisó el morocho mientras sacaba el celular de su bolsillo, hice una mueca y abrí la puerta del negocio.

El lugar era increíble, era enorme y estaba lleno de planos, bocetos y dibujos de tatuajes y mientras mas miraba, más ganas de tatuarme tenía. Después de un rato, me acerqué hasta el mostrador para hablar con el chico.

—¿En que te puedo ayudar?—preguntó el rubio teñido con una gran sonrisa.

—Tengo cita para tatuarme a las 5, ósea ahora—corregí, el asintió y después bajo la cabeza para abrir un libro y empezar a buscar para comprobar si era cierto lo de la cita y mi nombre.

sinag ; wosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora