Te amo

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P.O.V Izzy

Me encontraba caminando por las calles de Paris, mientras escuchaba música por mis auriculares, despejando mi mente de tantos cambios repentinos, sin embargo aquellos cambios fueron mi decisión.

La tristeza de dejar a mi familia atrás ,se combinaba con un sentimiento de felicidad al estar al fin con la persona que amaba. Una mano en mi hombro derecho hizo que me saliera del trance, el que estaba sumergida, me saqué los auriculares y vi a Lydia con una sonrisa a mi lado.

-¿Qué sucede?- Pregunté sonriendo algo agotada.

-Solo queria verte, estas algo rara ¿Qué pasa contigo?- Me devuelve la pregunta Lydia con preocupación.

-Solo extraño a mi familia, me duele haberlos dejado atrás...- Mire la expresión de Lydia la cual cambiaba a una de tristeza, así que decidí poner mis manos en sus mejillas, acariciando su rostro con delicadeza - Pero es compensado con el simple hecho de que estoy con la mujer más bella que conozco-

Dicho esto acerqué a Lydia tomándola de la cintura para unir nuestros labios en un beso, sabia que ella compensaba mi imprudencia, no me arrepiento de estar aquí, con la mujer que robó mi corazón desde el primer momento. Me separé un poco y la observé, apreciando su hermoso rostro.

-¡Tengo una idea!- Dijo Ly emocionada -Quiero que regreses al apartamento y te pongas bonita Isabelle Lightwood, esta noche iremos al cine-

Sonreí ante la emoción de mi novia y asentí con la cabeza, después la tome del brazo para así caminar mientras tapando un poco mi rostro con la bufanda que traía puesta, el frío se estaba haciendo notar. Me gustaba ese momento, estar con Lydia caminando por las calles de Paris, "que escena tan cliché", dos personas enamoradas dando un paseo por la ciudad del amor. No pude evitar sonreír al imaginar cómo si esto fuera una película y tome el brazo de la chica rubia con ambas manos para apresurar un poco el paso.

-Te amo- Susurre apegandome más al brazo de mi amada, la felicidad comenzaba a tomar el control de aquel momento, la melancolía ya había desaparecido, todo gracias a ella.

-Yo también- Escuché su respuesta mientras ella ponía su mano sobre las mías.

P.O.V Magnus

Desperté sintiendo como el olor a vino se apoderaba de mis fosas nasales, bebí mucho ayer. Toque la cama a mi costado, pero no encontré lo que estaba buscando, otra vez Alexander se había ido mientras dormía, abrí los ojos y al escuchar el ruido de la ducha pude saber que estaba tomando una ducha, yo haría lo mismo, no soportaba ni yo el olor que desprendía.

-Alexander ¿Cuánto te falta?- Pregunte somnoliento mientras apoyaba mi frente en la puerta del baño con una toalla en mis manos y los ojos cerrados por el cansancio.

-Ya casi Mag...- Dijo desde el otro lado, luego abrió la puerta del baño y perdí el balance cayendo hacia adelante. Sin embargo los fuertes brazos de Alec me detuvieron, abrí los ojos de golpe y lo vi, como el primer día en que llegué, allí estaba con el torso desnudo y sujetandonme de la cintura. Baje la mirada y pude notar que solo tenía una toalla cubriendo sus partes bajas, no pude evitar sonrojarme -¿Estas bien?-

-S...si- Dije con un leve tartamudeo para luego reincorporme.

-Bien, pues te dejo para que tomes una ducha- Dice Alexander con una sonrisa algo pícara y burlesca, se había percatado de mi reacción. Salió del baño y se despidió con la mano cerrando la puerta detrás de él.

Suspire despojandome de la poca ropa que tenía, le di vuelta añl grifo, esperé a que el agua estuviera a la temperatura adecuada y entre a la ducha.

Después de 15 minutos salí del baño con una toalla en mi cintura, vi como el chico que me traía locamente enamorado se terminaba de poner unos jeans negros un poco ajustados, abrochando el botón.

-¿Que tal la ducha?- Me pregunta acercándose a mi, rezaba para que mantenga un poco la lejanía, no quería que unas partes de mi cuerpo comenzaran a reaccionar.

-Perfecta- Respondi escabullendome de sus brazos, al llegar al armario tome ropa y entre de nuevo en el baño, mis mejillas ardían.

-¿Que sucede Mag? Si no querías que te tocara me lo podrías haber dicho- Se notaba un tono molesto en su voz.

-No...no es eso Alexander- Mencione avergonzado mientras me vestía lo más rápido que podía.

-¿Entonces Podrías explicar que te paso?- Escuche el rechinar de su cama indicando que se sentó en esta.

-Nada...-

-Bien, te veo en la tarde- Otra vez el rechinar de la cama, esta vez se estaba levantando -Ahora voy a clases, tengo examen-

El tono de su voz era de enfado, así que antes de que llegara a la puerta salí del baño con la camisa desabotonada y el cinturón sin ajustar. Tome su mano y el me miro por sobre el hombro.

-No me quería... excitar- Murmure mirando el piso, escuche como se reía de mi. Alcé la mirada y se tapó la boca deteniendo su risa.

-Magnus, es normal, no me hubiera molestado saber cuanto te excitaba- Dijo coqueto tomando mi pantalón por delante para así acercarme, luego posó sus manos en mi cintura y me besó , me sonroje de inmediato, pero correspondi el beso cerrando los ojos y abrazandolo por el cuello, se sentía como la primera vez que lo besaba.

-Muy bien tortolitos hagan el favor de separarse- Alexander gruñó y se volteo.

-¿Que quieres?- Pregunto el de ojos azules viendo a Jace con el ceño fruncido. El rubio miró dentro de la habitación y me vio desarreglado.

-Primero que Bane se vista y luego que se apresuren, tu madre insiste en que no comenzara el examen si tu no estás en el salón -

-No lo mires...- Alec me oculto detrás de él, su voz sonaba desafiante -Estaremos allí pronto-

Cerró la puerta y me miró con deseo, pude notar como sus ojos subían desde mi abdomen hasta encontrarse con los míos.

-¿En que estábamos?- Me tomo de la camisa y me besó apasionadamente, pero con el dolor de mi corazón me separé.

-Deberíamos irnos, recuerda que tenemos examen- Dije terminando de vestirme, lo vi y su puchero me derritió -Esta bien, supongo que tu madre podrá esperar otros 5 minutos-

Me apoyé en la puerta y lo atraje hacia mi para unir nuestros labios otra vez con fervor, me podía convencer con tan solo unbpuchero, aunque debía admitir que no me disgustaba que insistiera, no podía dejar de besarlo, era adicto a sus labios, a sus caricias, a todo de el.

// Nota del autor//

Volví, otra vez, debo admitir que había decidido no continuar con esta historia, pero luego de leer y editar los capítulos pasados me inspiré. Así que tomé un borrador que tenía en el tintero y lo continúe, espero no me odien por esto.

Mi obsesión (Malec)  //En Edición//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora