Capítulo 3
***Al intentar abrir los ojos una luz lo cegó. Intentó abrirlos lento, cosa que funcionó. Su brazo estaba pinchado con una aguja, tenía una bata puesta y la habitación era blanca. Suspiró con fastidio, sabía donde estaba. Un ligero sonido le llamó la atención.
–Oh Michelle, ¿que haces aquí? – llamó a su hija aunque sabía que no podía contestarle – ¿Donde está tu hermano?– cargó a la niña y la llevo con él a la cama.
Ahí, recostado, intentó recordar lo que había sucedido: llevó a sus hijos con el pediatra, un joven lo atendió y después... Nada. Su teléfono estaba en el buro del lado derecho y antes de poder llamar a su hermana, alguien entró a la habitación.
–Perdón por no tocar, creí que seguía durmiendo– dijo el doctor Tom, mientras miraba al pequeño que traía en brazos – exacto pequeño Jacob, tu padre acaba de despertar ¿Quieres ir con él?
"Claro que quiere venir conmigo, soy su padre" pensó Jake.
Cosa que no pasó, el pequeño se aferro a la bata del doctor que lo cargaba, como si no quisiera separarse de él.
–Creo que de todos modos tendrás que ir con él, es tu papá– replicó Tom, incómodo por la vista recelosa de Jake –Tenga– entregó al pequeño castaño.
–¿A donde lo llevó?– preguntó el mayor con intriga
–Lo llevé a comer algo, después de su desmayo los niños se inquietaron y como no despertaba les di de comer, no se preocupe, seguí las instrucciones de la doctora Zendaya y de su hermana, Maggie.
Se quedó cayado. ¿Llamó a su hermana? Lo que menos quería era problemas.
Se dio cuenta de que el joven le miraba un tanto cohibido, como un niño regañado. Sintió ternura desde que lo vio salir de su consultorio.
Parecía un niño jugando a ser doctor, pero al pensarlo bien, tendría con facilidad unos 23 años, 5 menos que él.
–Gracias, y disculpe– su respuesta lo descoloco ¿porque se disculpaba? Se dio un golpe mental, no tenía porque hacerlo. Estaba por preguntar sobre su estado de salud, cuando un olor a chocolate llegó a sus fosas nasales.
"Delicioso", pensó hasta que se dio cuenta de donde venía.
–¿Doctor?– el joven que estaba por irse volteó –¿porque no toma sus supresores?
El ardor en la cara se incrementó. ¿En verdad se había dado cuenta?
Salió corriendo de ahí. Respiró fuerte cuando llegó a su oficina. Llamó al director del hospital y manejó hasta su casa. Tomó el teléfono y llamó:
–¿Paddy? ¿Puedes venir a ayudarme?
****
–Debiste de haberte quedado, sabes que puedo cuidar a mis sobrinos– recalcó la chica
–¿Porqué nadie me deja morir?– lanzó la pregunta al aire, mejor dicho, estaba pensando en voz alta.
–¿Qué dices?– preguntó su hermana con un ligero fastidio – Sabes muy bieb que tus hijos te necesitan, ya no tienen a su padre
–Pero sabes muy bien que por eso mismo tendría que estar muerto– debatió con los ojos llorosos. Estaba cansado ¿Quien no lo estaría?
Perder a su compañero, a su amigo, apeor,todo era lo peor para cualquier persona. Comenzaban a deprimirse, y después, morían.
La diferencia fue aquel extraño tratamiento, un poco caro, pero pagado por ahorros, que lo mantuvo con vida. No era por Jake, era premio Heath y por sus hijos.
Sin embargo cada vez se ponía peor, no podía descansar y casi no comía. La única que podía cuidarlo era su hermana.
–Lo siento hermanito – Maggie abrazó al ojiazul para darle consuelo – Siempre he estado en desacuerdo con esto, pero deberías buscar una pareja, que cuide a tus hijos y a ti.
–¿Como quien?
–¿Un omega?– ambos soltaron una pequeña risa –No sé, alguien que te ame, que ames, que simpatize con tus pequeños ¿No crees?
–Si
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Mistery Of Love
RomanceJake es un alfa viudo que logrado sobrevivir gracias a unos extraños avances médicos. Su vida iba bien, hasta que conoció a Tom, un pediatra que atendía a sus cachorros. Un debate entre su atrás a su alma gemela o el amor de su vida